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Un repaso a los conceptos básicos

La Educación Secundaria Obligatoria (LOE/LOMCE 2013) tiene como finalidad:

  1. Lograr que todos adquieran los elementos básicos de la cultura: humanísticos, artísticos, científicos y tecnológicos.
  2. Desarrollar y consolidar hábitos de estudio y de trabajo.
  3. Preparar para la incorporación a estudios posteriores y para su inserción laboral.
  4. Formar a todos para el ejercicio de sus derechos y obligaciones en la vida como ciudadanos.

Atendiendo a cada uno de los puntos de la finalidad legislativa constatamos que:

  1. Para que “todos” adquieran esos elementos básicos de la cultura, el acceso a ellos debe ser gratuito y libre. De lo contrario se producirán desigualdades para que “todos” adquieran esos elementos básicos. Por una parte, el coste económico, por pequeño que sea, ya es discriminatorio. Por otra parte, si el acceso a los elementos culturales no es libre, siempre habrá una entidad con la capacidad de limitar o condicionar su acceso. Considerando el software como elemento tecnológico, esta finalidad, con carácter de ley, sólo puede ser cubierta por el software libre.
  2. El riesgo de desarrollar hábitos en los alumnos es precisamente el de desarrollar “hábitos dependientes”. Conscientes de ello las empresas desarrolladoras de software privativo destinan departamentos enteros al sector educativo. Ofreciendo su software de manera gratuita para que, aprovechando los fondos públicos y la condición obligatoria de la educación, los alumnos desarrollen hábitos dependientes de su software concreto. Las libertades de copia, modificación y distribución del software libre conceden tal diversidad de soluciones entre las que elegir, que la dependencia hacia un programa concreto no existe.
  3. Una vez adquiridos esos hábitos de estudio y trabajo, preparamos a los alumnos para su inserción laboral. Concretamente, preparamos a los alumnos para desenvolverse en un mercado consumista y agresivo en el que, para competir, habrá de exprimir de la manera más eficiente sus hábitos de trabajo; “hábitos dependientes” de un software privativo de libertades que, en este mercado profesional, no es gratuito. El software libre siempre será gratuito, o no será libre.
  4. Entre los derechos y obligaciones de un ciudadano, está la obligación de atender y ayudar al prójimo. ¿Cómo es posible que un software, recurso ilimitado, pueda solucionar los problemas a un alumno en un aula, mejorar sus capacidades, potenciar su aprendizaje... pero éste alumno no pueda compartir ese recurso, repetimos, “ilimitado”, con sus compañeros? El software privativo de la libertad de distribución de copias, limita el ejercicio de los derechos y obligaciones como ciudadanos.
  5. Finalmente, desde el punto de vista de los usuarios que hablamos euskera (o cualquier otra lengua minorita), nos encontramos con que los productos ofrecidos por Google y otra multinacionales no siempre están disponibles en las lenguas “no rentables”. A día de hoy, si utilizas Chrome en euskera, no podrás utilizar el corrector ortográfico y los centros que han querido utilizar los Chromebook en el aula se han encontrado con que ChromeOS no está disponible en nuestra lengua. No nos cabe la menor duda de que, si los responsables educativos pusieran este requisito como indispensable, una multinacional como Alphabet pondría los medios para traducir todos sus productos, pero, una vez más, se demuestra que una comunidad de usuarios implicados puede llegar antes y mejor a aquellos lugares en los que los beneficios económicos no son tan claros.

Recomendamos la visualización del video de Richard Stallman, promotor del concepto Software Libre, en el que argumenta por qué las escuelas deberían educar empleando exclusivamente Software libre. Un mensaje que nosotros compartimos.