Saltar la navegación

Nuevos tiempos, nuevas herramientas

En clase


-Además de las presentaciones, hoy contamos con una tecnología muy avanzada para la exposición oral. A ver qué me podéis decir al respecto.

-¿Te refieres, por ejemplo, a la pizarra digital, como la que tenemos en la Biblioteca?

-Sí. Como dice Bea, la pizarra digital es un buen ejemplo. Y a propósito, ¿cuántos tipos de pizarras conocéis?

-Sin ser tan "modernas", están la pizarra de tiza, la que utiliza los rotuladores estos que se borran...

-Muy bien. Sin embargo, en una exposición lo más importante no es la tecnología que usemos sino lo que contemos y cómo lo contemos. Por eso, antes de seguir avanzando, vamos intentar crear una especie de normas para una buena exposición.

Actividad de Lectura

Hablar en público
Cibercorresponsales. Taller hablar en público (CC BY)

Como podéis ver, la exposición oral es un ejercicio complicado. Leamos el fragmento que nos amplía este punto de vista.

La práctica de la exposición oral supone en el contexto escolar uno de los aprendizajes más completos, pues, desde todas las áreas, explicar lo aprendido requiere un esfuerzo superior al que se hace escribiendo o contestando preguntas muy concretas. El aprendizaje se hace explícito cuando somos capaces de explicar a otros lo aprendido y, en este caso, la exposición oral es un ejercicio académico en el que se ponen en funcionamiento varias competencias que no atañen sólo a lo lingüístico, sino también a capacidades que tienen que ver con la organización del pensamiento, la concentración, la planificación de textos, la ejemplificación, la conceptualización, la selección de la información, el dominio de la materia y de los recursos lingüísticos y no lingüísticos...

Cuando un alumno realiza una exposición oral formal sobre un tema del currículo de un área, el procesamiento y la transmisión de la información que conlleva preparar el tema supone que ese alumno ha tenido que escuchar los textos expositivos orales que le han servido como modelos para preparar el suyo propio, así como escuchar las exposiciones de los compañeros, leer textos de distinto tipo, principalmente informativos, escribir y anotar la información obtenida, organizar dicha información en un texto expositivo previo, que es el que se va a oralizar, aprender dicho texto y los recursos para exponerlo. 

Cómo preparar una exposición oral en todas las áreas de Secundaria. Departamento Educación del Gobierno de Navarra. 2004. pág. 19.

¿Qué métodos utilizas para trabajar y estudiar los temas? ¿Cuáles  son las ventajas que supone emplear la exposición en el aprendizaje? 

Recuerda

Conferencia
Joao Alves. Conferência (CC BY)

Cuando utilizamos la moderna tecnología para apoyar nuestra intervención conviene tener presente algunos consejos:

    • Hay que evitar leer lo que hay escrito en la pantalla. El auditorio ya sabe leer, así que el ponente debe utilizar la presentación para fijar la atención y motivar a sus receptores.
    • Motivar, sí. Distraer, nunca. La utilización excesiva de recursos en las presentaciones (música, vídeo, gráficos, fotografías...) pueden dificultar la comunicación entre el emisor y el receptor. A veces, menos es más.
    • Una letra demasiado pequeña no transmite. El tamaño menor que deberíamos manejar sería el tipo 24. Aunque tampoco debemos recurrir a tipos demasiado grandes.
      • Ojo con la combinación texto-fondo. Utiliza tu sentido común. Si la letra es clara, el fondo debe ser oscuro, y viceversa.

        En la Red

        Para reforzar los consejos anteriores, consulta esta presentación que te ofrece ideas para el para el uso de soporte visual en las exposiciones.