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Biodiversidad en la cocina

Una forma de biodiversidad es también la variación dentro de la propia especie. La humanidad mediante la selección artificial, lo lleva haciendo desde tiempos inmemoriales en los campos de la agricultura y ganadería, con el fin de proveernos de alimentos que sean resistentes a los factores ambientales.

A lo largo de la historia, el ser humano ha ido seleccionando y cruzando ejemplares vegetales y animales para conseguir variedades e híbridos que resistan mejor las plagas, las lluvias, el frío, sean de mayor tamaño, se conserven por más tiempo, etc.   

Seguramente no nos hemos dado cuenta, pero en nuestra propia cocina hay hortalizas que parecen diferentes, siendo variedades de la misma especie. Este es el caso de la planta Brassica Oleracea. A partir de esta col silvestre, hoy en día disponemos de diferentes verduras derivadas de la selección de diversas partes de esta planta. Ejemplos:

Col o repollo Coliflor Coles de Bruselas Brócoli
Col
Frank Vincentz. Col
(CC0)
Coliflor
Rasbak. Coliflor
(CC BY-SA)
Coles de Bruselas
Rasbak. Coles de Bruselas
(CC BY-SA)
Brócoli
USDA Lance Cheung. Brócoli
(CC BY)

La col o berza común se seleccionó a partir de las hojas más grandes.  Las coles de Bruselas, de los brotes a lo largo del tallo de la planta. El brócoli  se desarrolló seleccionando las flores más grandes y la coliflor  de una de las variedades del brócoli.

Pues bien, nosotros y nosotras vamos a investigar este aspecto genético de la biodiversidad en !nuestra propia cocina!

Tarea: La lengua de las mariposas

Duración:
1 hora
Agrupamiento:
Parejas

En esta tarea vamos a leer un fragmento del relato “La lengua de las mariposas”, de Manuel Rivas, que reproduce la fascinación que a un niño le producen los conocimientos de Historia Natural que su maestro enseña.  Nos disponemos en parejas y leemos con atención:

Fragmento de: Manuel Rivas, La lengua de las mariposas, Madrid 2006, Edición Punto de lectura

“Las patatas vinieron de América”, le dije a mi madre a la hora de comer, cuando me puso el plato delante.

“¡Qué iban a venir de América! Siempre ha habido patatas” sentenció ella.

“No, antes se comían castañas. Y también vino de América el maíz.” Era la primera vez que tenía clara la sensación de que gracias al maestro, yo sabía cosas importantes de nuestro mundo que ellos, mis padres, desconocían.

Pero los momentos más fascinantes de la escuela eran cuando el maestro hablaba de los bichos. Las arañas de agua inventaban el submarino. Las hormigas cuidaban de un ganado que daba leche y azúcar y cultivaban setas. Había un pájaro en Australia que pintaba su nido de colores con una especie de óleo que fabricaba con pigmentos vegetales. Nunca me olvidaré. Se llamaba el tilonorrinco. El macho colocaba una orquídea en el nuevo nido para atraer a la hembra.

Tal era mi interés que me convertí en el suministrador de bichos de don Gregorio y él me acogió como el mejor discípulo. Había sábados y festivos que pasaba por mi casa e íbamos juntos de excursión. Recorríamos las orillas del río, las gándaras, el bosque y subíamos al monte Sinaí. Cada uno de esos viajes era para mí como una ruta del descubrimiento. Volvíamos siempre con un tesoro. Una mantis. Un caballito del diablo. Un ciervo volante. Y cada vez una mariposa distinta, aunque yo sólo recuerdo el nombre de  una a la que el maestro llamó Iris, y que brillaba hermosísima posada en el barro o el estiércol.

Ahora, en parejas, contestamos a las siguientes cuestiones en nuestro cuaderno:

  1. El descubrimiento de América supuso un intercambio fundamental en el campo de la agricultura y la alimentación e incluso de ciertos hábitos cotidianos, como el café y el tabaco. Hacemos una búsqueda rápida por Internet y nombramos al menos cinco alimentos que se exportaron de América al resto del mundo 
  2. ¿Qué estrategia de aprendizaje se muestra en este relato? ¿Qué opinamos sobre ella? 
  3. Don Gregorio les dice a sus alumnos y alumnas que las clases de ciencias naturales, a partir de que haga buen tiempo, las harán en el campo porque así se pueden convertir en investigadores de su entorno. ¿Qué nos parece?

Tarea: nuestros semilleros

Duración:
1 hora + trabajo en casa
Agrupamiento:
Grupos de cuatro

Como hemos comentado, el ser humano, a lo largo de su historia, ha ido seleccionando variedades de cultivo. Pues bien, si queremos conservar esta biodiversidad, es muy importante que no se pierdan. Por eso existen lo que se denominan “bancos de semillas”, lugares dónde se conservan, en condiciones especiales, todas las semillas seleccionadas por la humanidad. La finalidad de estos semilleros es su conservación y uso, en caso de que cambien las condiciones ambientales.

1.- Vemos este vídeo para conocer el mayor semillero mundial : La bóveda del fin del mundo.

euronews (en español). Noruega: el "Banco Mundial de Semillas" , un tesoro a 130 metros de profundidad (Licencia Youtube)

2.-Para dar a conocer la importancia de las semillas, vamos a hacer un póster 3D, a modo de semillero. Trabajaremos en grupo. Cada grupo traerá de su casa por lo menos 10 semillas de alguna planta asequible, por ejemplo pipas de calabaza, huesos de frutas, legumbres, semillas de plantas, etc. 

3.-Introducimos cada semilla en una bolsita de plástico y le ponemos una etiqueta con su nombre.

4.- Pegamos en una cartulina A3 todas las bolsitas con las semillas, a modo de póster 3D o collage y lo colocamos en un pasillo del centro. 

5.- En esta ocasión, serán los visitantes los que valoren nuestro trabajo. Para ello, junto a los collages, colocaremos una escala de valoración (ver apartado "Reflexión y evaluación)

Evaluación y reflexión

Una vez que hemos finalizado la tarea, es un buen momento para reflexionar en nuestro diario de aprendizaje. Algunas cuestiones que nos podemos preguntar pueden ser:

  • ¿Qué he aprendido?
  • ¿Qué me ha sorprendido más de todo el proceso? ¿Por qué?
  • ¿He cambiado alguna idea previa? ¿Cuál?
  • ¿Qué me ha resultado más difícil? ¿Por qué?

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