Hasta ahora, hemos visto que casi todas las actividades cotidianas que realizamos conllevan (aunque no seamos conscientes de ello) una serie de consecuencias sobre el medio ambiente. También hemos investigado cuáles son los hábitos sostenibles, que podemos resumirlos en grandes apartados, relacionados unos con otros:
- Gastar menos energía y agua
- Cambiar los hábitos de alimentación
- Reducir la contaminación
- Cambiar los hábitos de transporte
- No generar tantos residuos
El modelo económico lineal tradicional, basado principalmente en el concepto “usar y tirar”, requiere de grandes cantidades de materiales y energía. Para que el ciclo de vida de un producto pueda extenderse, existe un modelo económico, basado en la naturaleza, llamado “economía circular”. Esto implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. En la práctica, implica reducir los residuos al mínimo.
La Unión Europea produce más de 2.500 millones de toneladas de residuos al año. Las instituciones comunitarias trabajan en la reforma del marco legislativo para promover un cambio del modelo de gestión de residuos actual, que tiene un carácter lineal, por una verdadera “economía circular”.
¿Cómo podemos contribuir nosotros y nosotras a la generación de menos residuos?