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Disparando el pensar

Los límites de la ciencia

Duración:
55 minutos
Agrupamiento:
Trabajo individual (lectura y comprensión de contenidos)

Hasta el momento hemos conocido una manera para asegurarnos de que nuestras hipótesis científicas son correctas y así convertirlas en leyes o teorías, se trataba de verificar o corroborar a través de la experiencia y los experimentos que las predicciones que nuestra hipótesis hacía sobre el comportamiento de las entidades del mundo realmente ocurrían. Este sistema de evaluación de las hipótesis científicas se denomina verificación. Buscamos con ella comprobar la verdad de nuestras afirmaciones sobre el mundo. 

Verificar
Pixel perfect. Checkmark (CC BY-SA)

El esquema que tendría este modo de corroborar nuestras creencias científicas es el siguiente: 

Si mi hipótesis es correcta, entonces pasaría X y pasaría Y

Pasa X y pasa Y

Por la tanto, mi hipótesis es correcta. 

La falacia de la afirmación del consecuente

Sin embargo, quizás algunos nos hayamos dado cuenta ya de que lógicamente esta manera de proceder no es correcta. ¿Nos acordamos de la falacia de la afirmación del consecuente? Pues eso es justo lo que aquí tenemos.

Error lógico
itim2101. Mistake (CC BY-SA)

Pongamos un ejemplo clarificador. 

Si llueve entonces las calles se mojan

Las calles están mojadas

Por lo tanto ha llovido. 

No hace falta que seamos genios para darnos cuenta de que esta manera de argumentar es incorrecta. Si vemos que las calles están mojadas, es verdad que una posible causa es que haya llovido, pero no tiene porque ser necesariamente la lluvia la causa de que las calles estén mojadas. Quizás han pasado los coches que limpian las calles hace un rato, o quizás nuestra vecina ha estado regando las plantas, o puede que nuestro padre haya estado limpiando el coche. Hay muchos motivos por los que las calles pueden estar mojadas y no tiene porque ser necesariamente que hayan ocurrido nuestra hipótesis. 

Esto significa que cuando intentamos comprobar la verdad de una hipótesis a través de la experimentación y comprobación de que se dan sus consecuencias no podemos estar seguros de que nuestra hipótesis sea correcta. Podemos considerar que es posible, pero no necesaria. 

Pongamos un ejemplo más científico. 

Newton, partiendo de la observación de la caída de los cuerpos planteó la hipótesis de la existencia de una ley de la gravedad. De esta ley se deducía que los cuerpos caerían con una determinada fuerza, y de hecho, lo hacen, la ley de la gravitación universal de Newton tiene una fuerte capacidad predictiva. Sin embargo, Newton consideró que la causa de que esta ley ocurriese (aquí entramos ya en el campo de la teoría) era que existía una fuerza que atraía a los cuerpos a distancia. Durante muchos siglos se creyó en la existencia de esta fuerza "mágica" que era capaz de actuar a distancia, puesto que los hechos que se predecían ocurrían, eso significaba que la teoría y la ley debían ser correctas. Pero, si lo pensamos bien... ¿tiene algún sentido creer que la naturaleza actúa mágicamente, atrayendo las cosas a distancia? Pues lo cierto es que no. Podría haber otros motivos que explicasen la gravedad, como la existencia de partículas tan pequeñas que no pudiésemos ver que serían las que estarían empujando a los cuerpos, o, por ponernos a imaginar alternativas, la existencia de un espacio que fuera como una lona por la que los cuerpos se desplazaran al caer en lugar de creer que caen en el vacío. 

Aunque la ley de la gravitación de Newton tiene mucha fuerza predictiva, eso no significa que explique las causas de por qué caen los cuerpos, la teoría subyacente, la idea de que los cuerpos caen en el vacío atraídos por fuerzas que actúan a distancia, no tiene porqué ser correcta, y de hecho, no lo es. Siempre puede haber otra causa posible, y por mucho que hagamos experimentos para ver si se cumplen las predicciones de la teoría de Newton, esto nunca podrá asegurarnos que sus ideas sean correctas. Puede haber otra causa que tenga las mismas consecuencias y que no estemos tomando en cuenta. 

El problema de la inducción

Pero la verificación no tiene solo el problema de que está basada en un tipo de argumentación incorrecta, en la falacia de la afirmación del consecuente. También tiene el problema de que para verificar sus hipótesis utiliza la inducción, esto es, colecciona multitud de ejemplos y casos concretos basados en la experiencia para demostrar la validez universal de las hipótesis.

Recogida de datos
Freepik. Mineral Collecting (CC BY-SA)

A esto se le ha llamado el problema de la inducción. Este fue descubierto por Hume, pero siglos más tarde un gran filósofo de la ciencia, Karl Popper, volvió a sacarlo a la palestra para hacerles ver a los científicos que no podían estar tan seguros de las verdades que creían estar demostrando. 

El problema de la inducción consiste pues en que, por muchos casos concretos que recopilemos para demostrar una hipótesis, esta nunca podrá ser verificada completamente. 

Un ejemplo claro del problema de la inducción sería el siguiente:

Partiendo de observaciones concretas, como por ejemplo que todos los cisnes que he visto en mi vida son blancos, llegamos a una ley pretendidamente universal (como todos los cisnes que he visto en mi vida son blancos, eso significa que todos los cisnes, de manera universal, son blancos).

Este tipo de afirmaciones que se hacen de lo particular a lo general (afirmaciones construídas de manera inductiva) nunca pueden ser necesarias y universales, pues bien podría ocurrir que haya una isla en algún lugar del mundo donde haya cisnes azules y hasta ahora no los hayamos descubiertos, o bien podría ocurrir que a día de hoy todos los cisnes sean blancos pero que mañana surja una nueva especie de cisnes amarillos. 

Pongamos otro ejemplo más científico. Durante muchos siglos se creyó que la energía y las leyes que explicaban cómo esta se comportaba eran universales, es decir, en todos los rincones del universo las leyes de la ciencia eran las mismas y todo está compuesto y sigue las leyes y la naturaleza de la energía. Sin embargo, en 1998 se descubrió otro tipo de energía en el universo, la energía oscura, la cual no sigue las leyes ordinarias (por ejemplo, la ley de gravitación universal) ni interacciona con los cuerpos que están formados por la energía ordinaria. Esta energía oscura, de la cual aún se desconoce mucho, forma aproximadamente el 70% de la energía del universo. Estaba ahí, pero no la conocíamos, como los cisnes azules de nuestra pequeña isla, y su existencia demuestra que las leyes que hasta ese momento se creían universales no tienen por qué tener validez para todos los rincones del universo.  

En conclusión, el método científico de verificar nuestras hipótesis y de hacerlo partiendo de hechos concretos nunca podrá darnos la certeza de que las leyes y teorías que estamos intentado demostrar (y que puesto que son científicas se consideran universales) realmente sean universales y necesarias. 

La solucion de Popper: El falsacionismo

Si la verificación no es una buena estrategia, o al menos no es una estrategia suficiente para asegurar la verdad de nuestras teorías científicas, entonces, ¿cuál es?

Niño dudando
Freepik. Question (CC BY-SA)

Karl Popper reflexionó acerca de los problemas citados y llegó a la siguiente conclusión. 

Nunca podremos estar seguros de que hemos alcanzado la verdad, nuestras teorías científicas son siempre provisionales. Pero aunque no podemos estar seguros de haber alcanzado la verdad, sí podemos estar seguros de elegir, de entre las distintas teorías explicativas rivales que haya, la más racional. 

El método que propone Popper para avanzar en la ciencia, a la cual se refiere como una búsqueda sin fin, es el falsacionismo. Es verdad que afirmando el consecuente no podemos estar seguros de que la hipótesis (el antecedente, lógicamente hablando) sea verdadero, pero sí podemos estar seguros de otra cosa, y es de que negando el consecuente podemos negar con total seguridad el antecedente, esto es lo que hemos conocido previamente en nuestra aventura "Las palabras del poder" como Modus Tollens

Recordemos en qué consistía: 

p --> q
¬q
___
¬p

Es decir: 

Si llueve las calles se mojan

Las calles no están mojadas

Por lo tanto, no ha llovido. 

Y nos estaremos preguntando, ¿y esto qué tiene que ver con la ciencia? Pues mucho. La propuesta de Popper consiste en ser súmamente críticos. No podemos estar seguros de que nuestra hipótesis sea correcta por más pruebas que encontremos a favor de ella, pero sí podemos ser honestos e intentar falsar nuestras hipótesis. Si resisten las pruebas de falsación (de negación), al menos sabremos que tenemos motivos para aceptarla como la más fuerte de las alternativas explicativas existentes hasta el momento. Si no soporta nuestros intentos de falsación, entonces, al menos sabremos que es una hipótesis o una teoría incorrecta y que hay que rechazarla. 

Para Popper este es el auténtico modo que tiene la ciencia de avanzar, a través de la negación y refutación de sus teorías y la necesidad de buscar alternativas mejores. A este método lo llamó el falsacionismo. 

Para poder avanzar será por tanto necesario que hagamos experimentos cruciales, es decir, experimentos que intenten demostrar que nuestras hipótesis son falsas. Esto permitirá poner a prueba nuestras teorías y , hasta que no seamos capaces de demostrar su falsedad, podremos aceptarlas como la mejor teoría hasta ese momento. 

En resumen, la verificación como método para avanzar en la ciencia tiene dos problemas fundamentales: El primero de ellos es que está basada en la falacia del afirmación del consecuente y el segundo de ellos es el problema de la inducción. La mejor propuesta hasta el momento para solucionar estos problemas es el falsacionismo de Karl Popper. 



Disparando el pensar

Duración:
30 minutos + 25 minutos
Agrupamiento:
Primera parte: Trabajo individual/ Segunda parte: Gran grupo

A continuación vamos a realizar nuestro último entrenamiento de fortaleza. Este consistirá en la lectura y trabajo individualizado de un texto de Karl Popper. 

Daremos un tiempo para leerlo (30 minutos), comprenderlo y responder a las preguntas.

Después, pondremos en común nuestras ideas y reflexiones con el resto de aventureros de la clase. Para ello nos sentaremos en círculo y elegiremos cuál de las preguntas nos parece la más interesante para discutir. Una vez lo hayamos consensuado comenzaremos a reflexionar en comunidad, de manera conjunta e intentando aproximarnos entre todos a la verdad. 

Texto: 

"La diferencia fundamental entre mi enfoque y el enfoque que he denominado "inductivista" consiste en que yo pongo el acento en los argumentos negativos, tales como casos negativos o contra-ejemplos, refutaciones e intentos de refutación -brevemente, crítica-, mientras que el inductivista pone el acento en los casos positivos de los que saca inferencias no-demostrativas que pretende que garanticen la fiabilidad de las conclusiones de estas inferencias. Para mí, lo único que puede ser "positivo" en el conocimiento científico sólo es positivo en tanto en cuanto ciertas teorías son, en un momento dado, preferidas a otras a la luz de nuestra discusión crítica consistente en intentos de refutación que incluye contrastaciones empíricas [...]

Vi que lo que había que eliminar era la búsqueda de justificaciones, en el sentido de justificar la pretensión de verdad de una teoría. Todas las teorías son hipótesis, todas pueden ser rechazadas. Sin embargo, no sugería, ni mucho menos, que hubiese que eliminar la búsqueda de la verdad: nuestra discusión crítica de las teorías está presidida por la idea de encontrar una teoría explicativa verdadera. Contrastamos para encontrar la verdad, eliminando la falsedad."

POPPER, K.: Conocimiento objetivo, Madrid, Tecnos, 1988. 

Diario de metacognición

Esta era la última prueba de nuestro entrenamiento. Deja anotado en tu cuaderno de metacognición todo aquello que hayas aprendido gracias a la actividad. ¡No olvides echarle un vistazo a la escalera de metacognición para guiar tu pensamiento!