Teorías antropológicas I
- Duración:
- 3 sesiones
- Agrupamiento:
- Trabajo individual (lectura y comprensión de contenidos)
En nuestras próximas jornadas de entrenamiento nos acercaremos a las distintas concepciones que sobre el ser humano ha habido a lo largo de la historia. Una vez tengamos la información en nuestro poder, podremos acometer nuestra siguiente prueba, un concurso de comparaciones, pero antes, veamos qué se ha creído acerca del ser humano en los distintos momentos históricos.
EL HÉROE HOMÉRICO
Una de las primeras concepciones del ser humano fue la del ideal del héroe homérico. En la Ilíada y la Odisea de Homero se narraban las aventuras de Aquiles y Odiseo. Estos héroes se presentaban como modelos a seguir para los ciudadanos de la Grecia antigua. El principal rasgo de estos héroes era que eran virtuosos, es decir excelentes. Esto significaba que eran valientes, fuertes, justos, luchadores... a pesar de sus problemas siempre se comportaban de manera honorable y admirable. Sobre el ideal de estos héroes homéricos se construyó la propuesta de ser humano de filósofos como Platón o Aristóteles, quienes también le dieron gran importancia a la valentía, a la rectitud y por supuesto, tal y como veremos, a la búsqueda de la excelencia, de la areté, de la virtud.
PLATÓN
Platón asumió el ideal de héroe homérico pero fundamentó esta manera de ver al ser humano en una teoría filosófica (recordemos que hace ya tiempo aprendimos que esta era una de las grandes diferencias entre el mito y la filosofía; mientras que el primero era infundado, la segunda estaba bien justificada y fundamentada).
En concreto Platón considera que, si las personas debían buscar la excelencia era porque tenían alma. Esta pertenecía al mundo de las ideas, al menos, la parte más pura de esta, la racional. Sin embargo, el cuerpo, y las almas asociadas a él (la irascible y la concupiscible) pertenecen al cuerpo, el cual procede del mundo sensible y es por tanto imperfecto y mortal. Platón defiende un dualismo antropológico, del mismo modo que propuso un dualismo ontológico. El cuerpo no es sino la cárcel del alma y esta última debe purificarse para poder ascender y volver a llegar al mundo que le corresponde, el inteligible o mundo de las ideas.
Ser un ser humano supone no solo tener un cuerpo y un alma, sino intentar perfeccionarlos. Así no sólo seremos seres humanos, sino el mejor ser humano que podamos ser. Para perfeccionar nuestras almas (ya que para él disponemos de tres almas o tres partes del alma) habremos de lograr que sean excelentes en lo que a cada una se le da mejor.
Esas tres almas son:
- Alma racional
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Situada en la cabeza. Es la que nos permite pensar y conocer las ideas (sí, las esencias de las cosas que se encuentran en el mundo inteligible). Su virtud, su excelencia, es la sabiduría o prudencia. Esto significa que cuando logramos conocer las ideas cumplimos con la naturaleza de esta alma, la perfeccionamos, obteniendo así la sabiduría que otorga el conocimiento de las ideas y la capacidad para elegir y decidir de manera prudente, esto es, pensando bien antes de actuar. .
- Alma irascible
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Situada en el pecho. Es la que produce las pasiones nobles como el coraje y la entrega. Estas pasiones o fuerzas nacen del alma irascible y cuando nos esforzamos y nos guiamos por los dictados del alma racional (que es la que sabe decidir cómo actuar y qué hacer en cada momento) logra perfeccionarse y comportarse de manera valerosa y digna. Su virtud o excelencia es por ello la valentía o fortaleza.
- Alma concupiscible
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Situada en el vientre bajo. Es fuente de pasiones innobles como la gula, la pereza o la lascivia. Para perfeccionarla se requiere también que esta doblegue sus deseos a los mandatos del alma racional, que es la que sabe que no se debe abusar ni de la comida, ni de la bebida, ni del sueño, ni de... nada. Logramos tener un alma concupiscible excelente cuando somos templados, esto es moderados y capaces de mitigar y enfriar nuestros deseos. Su virtud es por tanto la templanza.
La teoría de Platón del ser humano se entiende muy bien con el mito del carro alado. En este vídeo conoceremos ese mito explicativo de la teoría antropológica de Platón:
ARISTÓTELES
Aristóteles, discípulo de Platón, también considera que el ser humano tiene tres almas aunque su concepción del alma va a ser algo diferente.
Aristóteles considera que las almas son "principio de vida", el alma (psyché), es un soplo de vida, lo que alienta y permite que los seres permanezcan en su existencia como seres vivos.
Para este pensador el cuerpo y el alma forman una unidad indisoluble. Atendiendo a su teoría hilemórfica, considera que el cuerpo es la materia y el alma la forma. Juntos forman la sustancia, forman a un ser, y es imposible que este ser subsista si falta alguno de los dos elementos, el cuerpo (su materia) o el alma (su forma).
Puesto que existen distintos tipos de seres vivos, existen distintos tipos de almas. Cada tipo de ser vivo puede desarrollar ciertas funciones y estas funciones son las que definirán el tipo de alma de cada ser.
Así, las plantas tienen alma vegetativa, que les permite desarrollar las funciones de nutrición y reproducción.
Los animales tienen alma sensitiva. Esta alma, además de poseer las funciones de la vegetativa permite que los seres que la tengan puedan moverse, percibir, recordar y desear. Es además la fuente del placer y del dolor.
Por último encontramos a los seres humanos. Además de tener las funciones del alma vegetativa y sensitiva tenemos las funciones del alma racional o intelectiva. Esta nos permite pensar y tomar decisiones racionales, a diferencia del resto de seres vivos. Los seres humanos podemos decir que poseen los tres tipos de alma.
Pero además, Aristóteles caracteriza al ser humano como "zoon politikón", esto es, como animal social y político, como aquel ser vivo que vive en polis, en sociedad, y que de hecho, solo viviendo en sociedad será capaz de perfeccionar sus almas y alcanzar la virtud.
Para que nos quede más claro podemos ver el siguiente vídeo:
EL HOMBRE MEDIEVAL VS EL HOMBRE RENACENTISTA
Aunque no vamos a profundizar demasiado en las concepciones que del ser humano se tenían en la época medieval y en el mundo renacentista, sí es importante que nos hagamos una idea de cómo se veía al hombre en estas épocas.
Partiendo de las siguientes imágenes y recurriendo a investigar en Internet, intentaremos hacer un resumen de la visión medieval del ser humano (unas 10 líneas) y de la visión que se tenía del hombre en el Renacimiento (otras 10 líneas). Luego pondremos en común nuestros apuntes para poder completarlos y mejorarlos con las aportaciones de nuestros compañeros y compañeras.