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Empezando a cambiar lo que sucede en el aula

El docente tiene el poder de decidir lo que sucede en el aula. Ahora bien, antes debe tener claro qué quiere que suceda. Si quiere reproducir la educación bancaria de la que hablaba Freire y que sus alumnos estén constantemente en silencio escuchando sus explicaciones y memorizando irreflexivamente datos y contenidos que luego tendrán que vomitar en un examen, la solución es sencilla: solo tiene que aplicar el enfoque tradicional basado en la lección magistral. Si quiere que además de escuchar sus explicaciones lel alumando también sea capaz de mostrar autonomía, iniciativa, independencia y capacidad para integrar esa información y cuestionarse su utilidad aplicándola en situaciones reales o relevantes para ellos, la cosa se complica... O no. Tan solo es cuestión de afinar bien la puntería y seguir los pasos que se muestran a continuación porque el MITAA pretende precisamente esto.

Paso 0

Por algún sitio hay que empezar. ¿Y qué mejor forma que hacerlo por el final? Casi siempre dejamos los procesos de evaluación para el final y sin embargo, casi es lo primero en lo que deberíamos pensar a la hora de plantear un cambio metodológico ya que esto repercutirá de manera directa en la forma en la que se produzca la evaluación del aprendizaje.  Por eso, aunque podría parecer que es empezar la casa por el tejado, creemos que la transformación de los procedimientos básicos de evaluación (habitualmente ligados al examen) en sistemas más complejos vinculados a la evaluación formativa y continua suponen un punto de partida ideal tanto para alumnos como para profesores (Pérez-Pueyo, Casado y Hortigüela, 2019) por la actualización del los sistemas de evaluación-calificación constituirán una suerte de PASO 0 en este proceso.

Paso 1

Una vez superado este requisito inicial en el proceso de implantación del MITAA afrontaremos el PASO 1, en el que será preciso valorar el nivel de autonomía de los alumnos. Esta evaluación inicial supone un paso clave para detectar si realmente los alumnos presentan carencias en los procesos de autorregulación del aprendizaje y por consiguiente, en su autonomía. Si no fuera así, quizá la clase podría avanzar automáticamente hacia niveles superiores en el proceso de implantación.

Paso 2

A continuación, en el PASO 2, procederemos a explicar el sistema de trabajo a las familias. Si realmente queremos que nuestras iniciativas funcionen los padres deben conocer de antemano lo que va a suceder y las razones por las que vamos a generar un cambio tan significativo en la forma de aprender de sus hijos. Esto facilitará mucho las cosas y les convertirá en verdaderos aliados del profesor. 

Paso 3

En tercer lugar, en el PASO 3 aprovecharemos para transformar el aula y convertirla en un lugar más apto para desarrollar la autonomía de los alumnos. La adecuada gestión de los espacios y la distribución de materiales en la clase son elementos clave para lograr este objetivo.

Paso 4

Y finalmente, en este primer bloque nos detendremos en el PASO 4 en el que trataremos de familiarizar a los alumnos con actividades que fomenten su autonomía (y cuyo uso posteriormente será recurrente en las distintas unidades de nuestra programación). Dado que los cambios siempre son complicados, la experiencia nos dice que lo más recomendable es aprender a nadar antes de lanzarse desde el trampolín más alto de la piscina. Así pues, antes de aplicar en bloque todas las estrategias metodológicas y organizativas que afectan directamente al alumnado, es recomendable comenzar familiarizando a los implicados con actividades que posteriormente constituirán el eje central de toda la intervención pero que en este primer momento no tienen por qué estar necesariamente contextualizadas en él. De esta forma cuando luego llegue el momento de pasar a la acción tendremos mucho recorrido hecho y podremos poner el acento en otros aspectos más relevantes y no en la explicación de las actividades que los alumnos ya conocerán.