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PASO 0: Actualización de los sistemas de evaluación

Comenzar por la evaluación es lo más lógico si pretendemos que nuestro giro metodológico sea completo, ya que esta parte siempre es la gran olvidada. De este modo nos aseguramos de que la vamos a tener presente en todo momento y además, podremos afrontar los pasos siguientes con una mentalidad más abierta (más allá del típico examen o control).

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Cedec. Paso 0: Actualizar los sistemas de evaluación (CC BY-SA)

Nuestra recomendación para desarrollar este paso inicial es seguir las siguientes indicaciones:

  1. En primer lugar es aconsejable seleccionar algún aprendizaje que tenga carácter competencial y transversal (cualquiera que pueda ser abordado desde varias áreas: la expresión oral, expresión escrita, la ortografía, la elaboración de trabajos de investigación, la elaboración de resúmenes y síntesis, la creación de presentaciones multimedia con TIC, etc.).
  2. A continuación, una vez elegido el tipo de aprendizaje, intentaremos proponer distintos procedimientos de evaluación como podrían ser la observación sistemática, el análisis de las producciones, la autoevaluación, la coevaluación, etc).
  3. Una vez seleccionado el procedimiento a emplear trataremos de diseñar un instrumento de evaluación que se adapte al mismo y que permita, en la medida de lo posible, ser utilizado tanto por el alumno como por el profesor. Debería estar adaptado según los niveles y edades de los estudiantes con los que se vaya a emplear, pero lo más importante de todo es que tienen que estar consensuados entre el profesorado; es decir, todos los profesores del mismo nivel deben utilizar el mismo. Entre estos instrumentos podríamos encontrar las rúbricas, escalas de valoración, listas verbales, listas de control o cotejo, escalas graduadas, horquillas de evaluación, gráficos radiales etc.
  4. Y finalmente trataremos de organizar un protocolo de evaluación formativa que permita al alumnado conocer y valorar en distintos momentos cómo va el trabajo y qué debe hacer para mejorar el resultado. Este proceso puede ser desarrollado a través de heteroevaluaciones (realizadas por el docente), autoevaluaciones (realizadas por el propio alumno) y/o coevaluaciones (realizadas por un compañero/a), pero en todos los casos utilizando el mismo instrumento con el que el docente llevará a cabo el proceso de evaluación y/o calificación final.

Cuanto mayor sea el número de aprendizajes que evaluemos siguiendo este protocolo, más fácil será integrar luego estas actividades en procesos dirigidos hacia la mejora de la autonomía de los alumnos, puesto que los estudiantes ya estarán familiarizados con ellas (al haberlas empleado en varias asignaturas de forma simultánea).

A continuación podemos visualizar y descargar varios ejemplos de este tipo de instrumentos que pueden servirnos cómo inspiración.