Tras obtener el visto bueno a la planificación comenzará verdaderamente la fase de trabajo autónomo autorregulado, que se prolongará hasta el final de la unidad y que pondrá a prueba la capacidad del alumno para cumplir con sus propias obligaciones de forma completamente independiente. Pero el trabajo del docente también será clave en esta fase.
Veamos las responsabilidades de cada uno de ellos por separado.
En el caso del alumnado
Su trabajo consistirá, sencillamente, en ir siguiendo día a día (o sesión a sesión) el plan previsto tratando de no desviarse ni lo más mínimo para así demostrar su capacidad. Si queremos conseguir que este proceso sea verdaderamente eficaz es necesario asegurarnos de que el estudiante afronta el proceso desde una perspectiva reflexiva y consciente. Para ello debe ser capaz de ir valorando sobre la marcha la validez y adecuación (o no) de su planificación inicial. Una forma de asegurar este aprendizaje es involucrar al alumno en un proceso de evaluación formativa diario muy simple que consiste en asignar un código de colores al día/sesión en el plan según el resultado. Así, si al finalizar la clase el alumno que ha conseguido realizar las tareas que se había propuesto en su plan de trabajo, coloreará la celda correspondiente a ese día en color verde. Por el contrario, si no hubiera sido capaz de cumplir con su planificación, tendría que colorearla en rojo. ¡Así de fácil! Esta medida tan sencilla proporcionará una información muy interesante tanto al alumno como al profesor ya que si la mayoría de los días aparecen marcados en rojo, deberían encenderse las alarmas ya que el propio plan nos estaría indicando que ha habido algún tipo de desajuste.
Además, el alumnado también tendrá que llevar a cabo un proceso de autocorrección de las tareas (siguiendo las consignas mencionadas en el Paso 8) que pondrá a prueba su capacidad para contrastar respuestas, identificar errores y comprender y razonar las soluciones correctas. Para llevar a cabo este proceso existen varias formas de proceder: fichas autocorrectivas, coevaluación, corrección en grupos, libro con solucionario, etc. Cada una tiene sus ventajas y sus inconvenientes por lo que la elección deberá adaptarse a las circunstancias específicas de cada clase y cada profesor.
En el caso del profesorado
La tarea del profesor durante los periodos de trabajo autónomo autorregulado es probablemente la más importante de todo el proceso ya que es precisamente en ella donde va a poder aprovecharse de dos de las ventajas más evidentes que ofrece el MITAA como son la atención individualizada (a todos, pero especialmente a los que más lo necesitan) y el seguimiento diario del desempeño de los estudiantes.
Lo primero que tendrá que hacer, nada más comience la sesión, será iniciar la revisión diaria de los planes de trabajo. Para ello irá acercándose a cada alumno para comprobar el cumplimiento de las tareas planificadas para el día anterior así como su estado (bien, mal, corregidas, sin corregir, etc.). Esta mini-tutoría diaria con cada alumno le permitirá detectar posibles problemas de forma rápida sin esperar a que sea demasiado tarde para intervenir. Para favorecer el seguimiento del trabajo por parte de las familias y transmitirles seguridad es posible acompañar esta actuación con la imposición de un sello o marca particular según cada circunstancia (por ejemplo, una carita feliz si se han cumplido las expectativas o una triste si no se ha hecho). Esta información diaria permitirá a las familias estar informadas en todo momento de la satisfacción del docente acerca del trabajo de los estudiantes y será de gran ayuda para orientar su contribución hacia el proceso de enseñanza-aprendizaje de sus hijos.
Además, una vez finalizado el proceso de revisión de planes, el docente podrá centrarse en ayudar a los alumnos que presenten más dificultades, ya sea porque están catalogados como tal o porque mediante la evaluación inicial realizada durante la fase de presentación de los contenidos (ver Paso 6) evidenciaron problemas de comprensión con alguno de los aprendizajes de la unidad. De esta forma podrá realizar explicaciones individuales o en pequeño grupo que son realmente eficaces ya que se dirigen exclusivamente a aquellos que necesitan dicha explicación y no al grupo entero (como sucede a menudo con las explicaciones magistrales).
