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¿Debo compartir mi trabajo?

El trabajo docente

Antes de ver herramientas libres que podemos utilizar en la escuela, utilizando así el trabajo realizado por otros, vamos a hacer otra pregunta interesante para los docentes: "¿qué hay del que realizamos nosotros mismos?". Los docentes generan una enorme cantidad de materiales que suelen amarillear en el fondo de sus ordenadores ya que jamás los hacen públicos, excepto para sus propias clases. El espíritu de colaboración que ha originado el software libre no puede permanecer al margen de la tarea docente, precisamente porque los profesores crean gran cantidad de materiales.

Es cierto que cada clase es diferente y que lo que funciona en 3ºA resulta un fracaso en 3ºB, no solo eso, cada persona es diferente y la forma de explicar la Biología de Ana no es la misma que la de David, cada uno pone el énfasis en cosas que no siempre son las mismas. David explica con detalle una enfermedad del tubo digestivo mientras que Ana no la llegó a nombrar y Ana realizó una actividad práctica que David no tuvo tiempo de hacer. En parte, esta dispersión hace que muchos profesores y profesoras piensen que no merece la pena poner a disposición de otros lo que ellos mismos han construido. Expresiones como "lo que yo haga no le servirá a otro" o "lo que he hecho no es tan bueno como para ponerlo en Internet" frenan parte de la rica producción docente que en realidad existe. Aunque quizás el mayor impedimento surja de la indiferencia de parte de una parte del profesorado a todo lo que sea compartir, cuando no directamente el rechazo. No son raros los profesores que se niegan a poner sus materiales en Internet y algunos ni tan siquiera a disposición de sus alumnos. Los utilizan durante su hora de clase y luego el material queda bien guardado en la memoria USB propiedad exclusiva del docente.

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Imagen de Gerd Altmann en Pixabay (Dominio público)

No hay que decir que esta última es una conducta contraria a lo que debe transmitir la educación por egoísta e insolidaria. Si, además, no se desea que el alumnado disponga de este material, estamos ante una conducta directamente antieducativa y muy cuestionable.

Quizás no todos los materiales sean aptos para su difusión, pero es indudable que muchos otros sí lo son. Si participamos de la cultura libre no debemos solo tomar como si Internet fuese un gran bazar de oportunidades, sino que debemos también compartir y ayudar a crear el mundo de la cultura, del que por nuestra profesión, participamos todos los que nos dedicamos a la enseñanza. Esto lo podremos hacer a través del uso de las licencias Creative Commons.

Estrategias en la escuela

  • Los centros deben poner a disposición de su profesorado la formación apropiada para poder compartir los materiales creados. Enseñar una variedad de técnicas y herramientas facilitará luego su difusión.
  • En el ámbito del centro educativo hay que favorecer el uso de formatos abiertos, tanto entre alumnos como entre los profesores. Pedir documentos en formato odt, en lugar de doc, y otros estándares abiertos, ayuda a concienciar sobre el uso de programas libres y fomenta su uso.
  • Las notas informativas, comunicados y en general las informaciones de los centros educativos deben evitar las expresiones como "crear un Word" cuando se quiere decir "crear un documento" o "hacer un PowerPoint" cuando se refieren a "crear una presentación". El uso preciso y correcto del lenguaje ayuda a establecer una disposición de ánimo adecuada. 

Estrategias en la familia

  • Cuando los niños y niñas en Primaria empiezan a realizar sus primeros trabajos con ordenador es el momento apropiado para que desde casa se les enseñe a utilizar los programas libres. Los padres y madres, o adultos responsables, deben guiar a los niños en estas primeras fases que harán que se acostumbren a utilizar este tipo de programas y sea algo habitual y normal más adelante.