Un mundo en crisis. El fin de siglo | Somos literatura
Creamos y recreamos
El paisaje de nuestra vida...
A lo largo del proyecto hemos visto que uno de los temas clave de los escritores de este fin de siglo es el paisaje, especialmente en los escritores del 98. Recordemos el título de uno de los libros de Unamuno, “Paisajes del Alma”, o el de otro de Machado, “Campos de Castilla”, o el de Azorín, “Castilla”.
Por supuesto, los escritores de épocas anteriores también describían paisajes, pero en este momento el paisaje, en la literatura como en la pintura, adquiere otra mirada. Importa más quién lo mira, qué emociones suscita, la historia que hay en él… que simplemente retratarlo. Es la mirada subjetiva ante el paisaje. Por ejemplo, como hemos visto en algunos de sus textos, los escritores del 98 recrearon el paisaje, especialmente Castilla como símbolo de España, de sus valores más profundos, de su preocupación por el país…, pero también a veces recuperan sus paisajes personales, los paisajes de su vida, de la infancia… A menudo los sentimientos que lo acompañan tienen que ver con la pérdida, la nostalgia, la crítica… También los modernistas, por su parte, en su afán por evadirse de la realidad, escogen los paisajes lejanos y exóticos como un reflejo de sus sentimientos de insatisfacción con el ansia de un mundo más bello y mejor.
Nos proponemos ponernos en su lugar. Vamos a escoger un paisaje que sea especial para nosotros y nosotras, y lo plasmaremos con palabras pero también con imágenes. Con todo ello haremos un collage sobre el paisaje de nuestra vida y lo compartiremos en una cuenta de Instagram que crearemos para ello.
Antes de comenzar, revisemos bien los objetivos. ¿Tenemos claro que significa cada uno? Al acabar la tarea debemos pensar si los hemos conseguido y qué dificultades hemos encontrado.
Además de utilizar otras herramientas de evaluación para valorar el trabajo realizado, nuestra tarea será evaluada de acuerdo con la rúbrica para evaluar El collage: El paisaje de mi vida (descargar documento en formato editable odt y en pdf).
Objetivos:
Al finalizar esta tarea debemos ser capaces de:
. Entender las características propias de la descripción de un paisaje
. Diferenciar entre descripciones objetivas y subjetivas
. Conocer y generar recursos literarios propios de una descripción subjetiva y literaria
. Crear una descripción de un paisaje significativo para nosotros/as utilizando este tipo de recursos
. Elaborar un collage/mural sobre el paisaje de nuestra vida
. Compartir con la comunidad educativa el trabajo realizado
Redescubriendo el paisaje: la mirada subjetiva
Ante un paisaje podemos tratar de hacer una descripción lo más real posible para que alguien que no lo ha visto lo pueda reconocer. O podemos describirlo más desde nuestro interior, desde la emoción que nos produce, por lo que el paisaje y el alma de quien lo mira se combinan en una interpretación del mismo. Leemos lo que decía Azorín sobre ello (cita 1, cita 2).
Ya trabajamos sobre la descripción y sus tipos en el Proyecto La yincana de los seres de ficción. Podemos repasar las ideas generales sobre los textos descriptivos. Allí nos ocupamos más de describir personas. En este caso nos fijaremos en la descripción de lugares o descripción topográfica, y lo haremos de manera subjetiva y con un lenguaje literario.
Vamos a observar estas dos descripciones de las nubes:
Las nubes (Wikipedia, la enciclopedia libre)
Una nube es un hidrometeoro que consiste en una masa visible formada por cristales de nieve o gotas de agua microscópicas suspendidas en la atmósfera. Las nubes dispersan toda la luz visible y por eso se ven blancas. Sin embargo, a veces son demasiado gruesas o densas como para que la luz las atraviese, cuando esto ocurre la coloración se torna gris o incluso negra. Considerando que las nubes son gotas de agua sobre polvo atmosférico y dependiendo de algunos factores las gotas pueden convertirse en lluvia, granizo o nieve. Las nubes son un aerosol formado por agua evaporada principalmente de los océanos.
Las nubes, Azorín.
Las nubes nos dan una sensación de inestabilidad y de eternidad. Las nubes son —como el mar— siempre varias y siempre las mismas. Sentimos mirándolas cómo nuestro ser y todas las cosas corren hacia la nada, en tanto que ellas —tan fugitivas— permanecen eternas. A estas nubes que ahora miramos las miraron hace doscientos, quinientos, mil, tres mil años, otros hombres con las mismas pasiones y las mismas ansias que nosotros. Cuando queremos tener aprisionado el tiempo —en un momento de ventura— vemos que han pasado ya semanas, meses, años. Las nubes, sin embargo, que son siempre distintas en todo momento, todos los días van caminando por el cielo. Hay nubes redondas, henchidas de un blanco brillante, que destacan en las mañanas de primavera sobre los cielos traslúcidos. Las hay como cendales tenues, que se perfilan en un fondo lechoso. Las hay grises sobre una lejanía gris. Las hay de carmín y de oro en los ocasos inacabables, profundamente melancólicos, de las llanuras. Las hay como velloncitas iguales o innumerables que dejan ver por entre algún claro un pedazo de cielo azul. Unas marchan lentas, pausadas; otras pasan rápidamente. Algunas, de color de ceniza, cuando cubren todo el firmamento, dejan caer sobre la tierra una luz opaca, tamizada, gris, que presta su encanto a los paisajes otoñales.
Las dos hablan de las nubes pero... qué distintas, ¿verdad? Una es una descripción objetiva, científica y la otra es una descripción subjetiva, literaria.
Nuestra tarea va a ser, precisamente, hacer una descripción subjetiva y literaria, así que nos interesa conocer qué recursos utilizan Azorín u otros escritores a la hora de describir un paisaje de esta manera. Para ello, vamos a fijarnos en algunos de sus textos:
TEXTO 1
«Se respira en la ciudad un ambiente hostil a todo lo que sea expansión, elevación de espíritu, simpatía humana. El arte ha huido de Yécora, dejándolo en medio de sus campos que rodean montes desnudos, al pie de una roca calcinada por el sol, sufriendo las inclemencias de un suelo africano que vierte torrentes de luz sobre las casas enjalbegadas, blancas, de un color agrio y doloroso, sobre las calles rectas y monótonas y sus caminos polvorientos.» (Camino de perfección, Pío Baroja)
TEXTO 2
Fue una clara tarde, triste y soñolienta tarde de verano. La hiedra asomaba al muro del parque, negra y polvorienta… La fuente sonaba.
Rechinó en la vieja cancela mi llave; con agrio ruido abrióse la puerta de hierro mohoso y, al cerrarse, grave golpeó el silencio de la tarde muerta.
(Soledades, Antonio Machado)
TEXTO 3
La cumbre. Ahí está el ocaso, todo empurpurado, herido por sus propios cristales, que le hacen sangre por doquiera. A su esplendor, el pinar verde se agria, vagamente enrojecido; y las hierbas y las florecillas, encendidas y transparentes, embalsaman el instante sereno de una esencia mojada, penetrante y luminosa.
Yo me quedo extasiado en el crepúsculo. Platero, granas de ocaso sus ojos negros, se va, manso, a un charquero de aguas de carmín, de rosa, de violeta; hunde suavemente su boca en los espejos, que parece que se hacen líquidos al tocarlos él; y hay por su enorme garganta como un pasar profuso de umbrías aguas de sangre.
El paraje es conocido, pero el momento lo trastorna y lo hace extraño, ruinoso y monumental. Se dijera, a cada instante, que vamos a descubrir un palacio abandonado... La tarde se prolonga más allá de sí misma, y la hora, contagiada de eternidad, es infinita, pacífica, insondable... (Platero y yo, Juan Ramón Jimenez)
Al igual que la de Azorín son descripciones subjetivas. ¿Qué emociones nos suscitan? ¿Cómo consiguen hacerlo? ¿Qué elementos, qué recursos utilizan los autores para crearlas? Vamos a fijarnos en ellos porque luego nos servirán para crear nuestra descripción literaria. Para ello utilizaremos la plantilla Recursos para una descripción subjetiva y literaria (descargar documento en formato editable odt y pdf).
¿A qué conclusiones podemos llegar? Consultamos este enlace y completamos si fuera necesario el apartado de Conclusiones en la plantilla anterior.
“El paisaje somos nosotros; el paisaje es nuestro espíritu, sus melancolías, sus placideces, sus anhelos” (El paisaje de España visto por los españoles, 1917)”.
“Lo que da la medida de un artista es su sentimiento de la naturaleza, del paisaje… Un escritor será tanto más artista cuanto más sepa interpretar la emoción del paisaje… (…) Es una emoción completamente, casi completamente moderna.” “AZORÍN, La voluntad.
¿Qué necesitamos para hacer una buena descripción? Jugando con las palabras
A través de los ejemplos que hemos analizado, ya hemos aprendido mucho sobre cómo es y cómo se crea una descripción subjetiva de un paisaje pero, antes de ponernos a escribir, vamos a trabajar todavía un poco más sobre el lenguaje propio de este tipo de textos y generaremos algunos recursos que nos servirán para nuestra descripción:
Hemos visto que la descripción subjetiva utiliza la adjetivación, las imágenes, las metáforas, las comparaciones… así que vamos a jugar un poco con las palabras para generar un banco de recursos que podremos utilizar en nuestro texto.
Procedimiento de trabajo
Seguiremos el siguiente procedimiento con la estructura cooperativa del Folio giratorio:
Cada grupo se ocupará de cuatro palabras que representen elementos propios del paisaje.
El folio se divide en cuatro partes y en cada una de ellas aparece una de esas palabras.
Un miembro del grupo propone adjetivos, metáforas, comparaciones... que se podrían aplicar a la primera palabra. Por ejemplo, si escogemos la palabra “nube” podemos pensar en que puede ser…… blanca, sangrante, amenazadora, brillante, como algodón...
El folio va girando para que el resto del grupo aporte también sus ideas.
El siguiente miembro se encarga de la segunda palabra y hacemos lo mismo, y así hasta completar el folio.
Para terminar, ponemos en común los resultados y los vamos apuntando en un documento compartido para que podamos utilizarlos todos los equipos.
Sugerimos algunas posibles palabras básicas, como por ejemplo, campo, río, mar, casas, cielo, árboles, montañas, fuente… pero podéis escoger las que queráis. Recordad que queremos mostrar nuestras emociones y sensaciones ante el paisaje, por lo que al escoger los adjetivos o las imágenes también podemos y debemos incluir aquellos/as que las reflejen como misterioso, tranquilo, triste… , o las propias de los sentidos (olfato, gusto, tacto...) como áspero, rugoso, dulce, embriagador...
Más recursos para la descripción
Para contar con más ayuda, podemos consultar estos enlaces en los que encontramos un resumen de lo que hemos ido aprendiendo hasta ahora y muchos consejos y recursos para hacer una buena descripción subjetiva de un paisaje:
Por último, algunos textos de escritores de esta época que os pueden servir de inspiración:
Texto 1
"No puede ver el mar la solitaria y melancólica Castilla. Está muy lejos el mar de estas campiñas llanas, rasas, yermas, polvorientas; de estos barrancales pedregosos; de estos terrazgos rojizos, en que los aluviones torrenciales han abierto hondas mellas; mansos alcores y terreros, desde donde se divisa un caminito que va en zigzag hasta un riachuelo. Las auras marinas no llegan hasta esos poblados pardos de casuchas deleznables, que tienen un bosquecillo de chopos junto al ejido. Desde la ventana de este sobrado, en lo alto de la casa, no se ve la extensión azul y vagarosa; se columbra allá en una colina con los cipreses rígidos, negros, a los lados, que destacan sobre el cielo límpido. A esta olmeda que se abre a la salida de la vieja ciudad no llega el rumor rítmico y ronco del oleaje; llega en el silencio de la mañana, en la paz azul del mediodía, el cacareo metálico, largo, de un gallo, el golpear sobre el yunque de una herrería. Estos labriegos secos, de faces polvorientas, cetrinas, no contemplan el mar; ven la llanada de las mieses, miran sin verla la largura monótona de los surcos en los bancales. Estas viejecitas de luto, con sus manos pajizas, sarmentosas, no encienden cuando llega el crepúsculo una luz ante la imagen de una Virgen que vela por los que salen en las barcas; van por las callejas pinas y tortuosas a las novenas, miran al cielo en los días borrascosos y piden, juntando sus manos, no que se aplaquen las olas, sino que las nubes no despidan granizos asoladores".
Fragmento de CASTILLA. Azorín
Texto 2
"¡Colinas plateadas, gises alcores, cárdenas roquedas por donde traza el Duero su curva de ballesta en torno a Soria, oscuros encinares, ariscos pedregales, calvas sierras, caminos blancos y álamos del río, tardes de Soria, mística y guerrera, hoy siento por vosotros, en el fondo del corazón, tristeza, tristeza que es amor! ¡Campos de Soria, donde parece que las rocas sueñan, conmigo vais! ¡Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas!..."
CAMPOS DE CASTILLA. Antonio Machado
Texto 3
"Yo recordaba nebulosamente aquel antiguo jardín donde los mirtos seculares dibujaban los cuatro escudos del fundador, en torno de una fuente abandonada. El jardín y el Palacio tenían esa vejez señorial y melancólica de los lugares por donde en otro tiempo pasó la vida amable de la galantería y del amor. Bajo la fronda de aquel laberinto, sobre las terrazas y en los salones, habían florecido las risas y los madrigales, cuando las manos blancas que en los viejos retratos sostienen apenas los pañolitos de encaje, iban deshojando las margaritas que guardan el cándido secreto de los corazones. ¡Hermosos y lejanos recuerdos! Yo también los evoqué un día lejano, cuando la mañana otoñal y dorada envolvía el jardín húmedo y reverdecido por la constante lluvia de la noche. Bajo el cielo límpido, de azul heráldico, los cipreses venerables parecían tener el ensueño de la vida monástica. La caricia de la luz temblaba sobre las flores como un pájaro de oro, y la brisa trazaba en el terciopelo de la yerba, huellas ideales y quiméricas como si danzasen invisibles hadas." Fragmento de SONATA DE OTOÑO.
Valle Inclán
Elaboramos el mural
Duración:
2 sesiones
Agrupamiento:
Individual
Recordamos la frase de Azorín:
«El paisaje somos nosotros; el paisaje es nuestro espíritu, sus melancolías, sus placideces, sus anhelos».
Llegó el momento de poner en práctica todo lo que hemos aprendido. Vamos a crear un collage/mural sobre el paisaje de nuestra vida.
Procedimiento
Estos son los pasos que vamos a seguir:
Pensamos y decidimos cuál es ese paisaje. Puede ser un paisaje de la infancia, el paisaje de nuestro primer amor, el de las vacaciones, o puede ser también el paisaje que más nos ha impresionado por distintos motivos (por su belleza, por su grandiosidad, por su diferencia, por su pobreza…), o un paisaje que nos preocupe, como a los escritores del 98 (la España vaciada, las consecuencias del cambio climático…).
Buscamos imágenes que se parezcan o que representen aspectos, emociones relacionadas con ese paisaje, serían como las metáforas en el lenguaje.
Combinamos las imágenes y el texto buscando reforzar las emociones que queremos transmitir y teniendo en cuenta los aspectos estéticos (composición, color, tipografía...).
Solo nos queda el último paso: darlo a conocer. Podemos sacar fotos de cada uno de los collages y crear una cuenta en Instagram con el nombre "el Paisaje de mi vida" donde podemos publicarlos.
Nuestros collages los guardaremos también en la capsula del tiempo junto al resto de los textos de esta época que queremos preservar.
Antes de empezar, consultaremos también la rúbrica para evaluar El collage: El paisaje de mi vida (descargar documento en formato editable odt y en pdf) con la que se va a evaluar el collage para tener en cuenta todos los aspectos importantes de la tarea.
Pensar para aprender: completo el semáforo de mi aprendizaje
Para aprender es importante pensar sobre lo hecho. Por ello, al acabar cada secuencia de aprendizaje es importante aclarar qué emociones o sensaciones nos ha despertado, qué dificultades hemos encontrado, qué hemos aprendido, qué podemos cambiar... Antes de empezar otra secuencia del proyecto, terminaremos haciendo una reflexión sobre lo trabajado en los últimos días.
Vamos a emplear la cuarta versión del “Semáforo de de mi aprendizaje”. Utilizaremos la plantilla Semáforo de aprendizaje. Creamos y recreamos (descargar documento en formato editable odt y en pdf) que hemos preparado para anotar los resultados de nuestra reflexión de manera individual, y la guardaremos, con nuestro nombre, en el apartado individual del portafolio de grupo. Esta reflexión debe servir para:
Aclarar los puntos fuertes de nuestro trabajo
Resolver las dudas sobre nuestro trabajo
Reconocer los elementos que han resultado más complicados