Por fin llegó el momento. Mañana seréis nombrado caballero. Recordad por siempre esta noche. En ella Velaréis armas ante un altar. Durante este tiempo pensad en las enseñanzas que habéis adquirido durante vuestros largos años de aprendizaje, meditad también acerca de las nobles cualidades que todo caballero ha de poseer: valor, justicia, misericordia, generosidad, fe, nobleza y esperanza.
Al amanecer seréis conducido al edificio principal del castillo. Acto seguido comenzará una misa. Tras la comunión se consagrarán las armas. Me acercaré espada en mano, mientras vos me esperáis de rodillas. En mi presencia realizaréis el triple juramento: no dudar en morir defendiendo la ley, por vuestro señor y por vuestra tierra. En este instante os tocaré con mi espada en los hombros. Os levantaréis, ofrecedme entonces vuestra mejilla y con un beso sellaremos nuestra hermandad. en el momento en que os ciñáis de nuevo la espada, seréis ya un caballero.
Buenas noches y no olvidéis esta últimas palabras mías: "Ser noble es mantenerse; ser caballero superarse"