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Dificultades (y suspensos)

La vida de los estudiantes pasa por muchas etapas diferentes. En muchos casos, los chicos mantienen una trayectoria estable o incluso mejoran su rendimiento a medida que avanzan de curso. Algunas veces, sin embargo, pueden surgir problemas que requieran de alguna intervención de los padres y los profesores.

 Cómo actuar ante los problemas. Vídeo de CeDeC MEDC en Youtube. Licencia Creative Commons

Javier Molano, profesor del Lengua y Literatura en el IES "Enrique Díez-Canedo", incide en que la actitud de los padres tiene que ser la de participar desde el primer momento en la solución de los problemas. Una implicación rápida y la coordinación con el centro educativo serán las mejores maneras de buscar soluciones. Esperar al final de curso es un error porque ya será demasiado tarde.

Cómo responder a las dificultades

¿Qué hacer si creemos (o sabemos) que hay algún problema?

  • Hacer operativo el problema. En lugar de decir "es un vago", diremos que habitualmente no cumple el horario de estudio por la tarde. En lugar de decir "tiene dificultades en la lectura", diremos que no sabe entonar lo que lee, su comprensión lectora es escasa y le falta velocidad.
  • Determinar cuándo ha comenzado el problema y con qué frecuencia se da: al pasar de un nivel educativo a otro, de un centro educativo a otro, de un profesor, de clase...
  • Investigar sobre la causa del problema, cosa que no siempre es fácil.  

 

¿Quiénes pueden ayudarnos?

  • Ante un problema de hábito de estudio el centro dispone de un Departamento de Orientación que es, junto al tutor o tutora del alumno, la primera instancia a la que se debe acudir.
  • Además, todos los profesionales del instituto y en especial los tutores y tutoras, los educadores sociales y el equipo directivo están a disposición de los padres y madres que detecten o sospechen problemas que afecten a los alumnos del centro.

 

¿Qué pueden decirnos nuestros hijos?

  • Escuchar a nuestros hijos es importante para aprender a diferenciar si los problemas proceden realmente del colegio o instituto. Nos aportan información para que sepamos a qué atribuyen el bajo rendimiento. Este aspecto tiene más valor cuanto más maduro es el hijo, porque nos da pistas de sus dificultades.
  • Nuestros hijos también pueden comunicarnos muchas cosas con sus actitudes y comportamientos.