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¿Cómo se detecta?

Evaluación completa

Dada la complejidad del trastorno y la variabilidad de los síntomas hay que efectuar una evaluación completa que implica tener en cuenta tanto factores propiamente relacionados con el habla como otros que coexisten cuando tiene lugar un daño cerebral.

Evaluar el lenguaje en distintas situaciones

La evaluación del alumnado con disartria debe ser un proceso en el que intervengan distintos profesionales tanto del ámbito educativo como de la salud. En este proceso deben tenerse en cuenta aquellos factores que pueden condicionar el tratamiento y la adecuada respuesta educativa, tales como impulsividad e inquietud, los déficits atencionales y de memoria, lentitud en el procesamiento de la información, fatiga, alteraciones visuales u otros.

Jugar delante de un espejo es un ejercicio que a los niños y niñas les encanta: les ayuda a descubrir expresiones faciales o rasgos personales. Estos juegos permiten el autoconocimiento y la exploración, pero también pueden ser aprovechados para mejorar la pronunciación.

El vídeo titulado "Cómo ayudar a tu hijo a mejorar la pronunciación"  nos propone una serie de sencillos ejercicios que cualquier familia puede realizar con un niño o niña con problemas para comunicarse.

Recursos educativos interactivos

Aún no existen muchos materiales específicos para trabajar las disartrias. Podemos recurrir a algunos enlaces interesantes para trabajar trastornos relacionados con el lenguaje.

  • Los expertos de la web Espacio logopédico han elaborado una recopilación de diferentes recursos.
  • La web Orientación Andújar también ha seleccionado una serie de recursos educativos que pueden servir para el tratamiento de este trastorno, aunque no hayan sido creados específicamente para tratar la disartria. Este otro enlace de la misma web nos presenta algunas guías relacionadas con la disartria.

¿Cómo evaluar las disartrias?

El proceso de evaluación debe incluir la historia clínica, que se realiza antes de la valoración personal e incluye datos  sobre el inicio de la lesión o enfermedad y de su evolución hasta ese momento. Junto con estos datos se deben registrar los relacionados con posibles alteraciones neuropsicológicas. 

Por otro lado, la entrevista inicial debe aportar información sobre el nivel de conciencia del déficit, las consecuencias que sobre la comunicación tienen sus dificultades así como las conductas compensatorias que ha desarrollado. Y con esta finalidad, preguntas como qué tipo de dificultad tiene para hablar, qué dificultades tiene para hacerse entender en distintos contextos (por teléfono, cara a cara, en grupo,…) son algunas de las cuestiones que se incluyen en la entrevista.

Normalmente, la entrevista inicial es la primera toma de contacto entre el alumno/paciente y el terapeuta, y es un buen momento para explicarle los pasos que se van a seguir durante el proceso de evaluación.

En cuanto a la exploración de la visión y la audición, aportará información sobre estos receptores sensoriales tan importantes en el desarrollo general y en la interacción comunicativa

Exploración de los mecanismos del habla

Por su parte, la exploración de los mecanismos del habla incluye el examen físico de los órganos implicados tanto en la fonación como en la articulación (respiración, laringe, cuerdas vocales, velo del paladar, labios, lengua, dientes, mandíbula, etc.), así como las características de los movimientos voluntarios o involuntarios. Es necesario observar la presencia de asimetrías, atrofias en la musculatura maxilofacial, la coordinación, velocidad, fuerza y precisión de los movimientos, y aquellos otros aspectos que proporcionen información sobre el funcionamiento de los órganos bucofonatorios.

Otros aspectos implicados

Aunque la articulación es el principal ámbito de la comunicación que está alterado en la disartria, no debemos descartar la evaluación de otros aspectos implicados en el lenguaje como son los morfosintácticos, semánticos y pragmáticos. Nos aportarán una información rica y global de las posibilidades comunicativas del alumnado.

En este sentido, la aplicación de pruebas técnicas, los registros observacionales u otros instrumentos y técnicas servirán para identificar las necesidades educativas y de intervención. 

Un alto porcentaje de afectados

El habla y el lenguaje son aptitudes necesarias a la hora de leer y escribir. Por eso, son los maestros y muy especialmente las familias, las que tendrán un importante papel en la detección de los problemas y su tratamiento.

El siguiente artículo nos ofrece algunos datos acerca de los principales trastornos del lenguaje. Como se puede comprobar, su tipología es muy diversa y la incidencia mayor de lo que en principio podría pensarse.

Los datos que aparecen en este reportaje son del año 1995. No obstante, pueden servir como referencia de la situación actual. Más allá de las referencias estadísticas, lo más interesante de este material periodístico es que nos permite conocer de manera general los principales trastornos del lenguaje y las vías para detectarlos y corregirlos.

Un 15% de los niños tiene problemas para aprender a hablar

"...A los tres años, mesa suele ser meta, y zapato, tapato, pero si a medida que el niño crece no se corrige él solo, quizá padezca una dislalia, que habitualmente empieza a tratarse entre los cinco y siete años. Otros trastornos de habla son fonológicos, considerados anómalos si persisten más allá de los cinco años: 'el niño repite bien ki ka, ke, ku, ko, pero dice títate en vez de quítate, o tefélono y manika por teléfono y máquina´, explica Monfort. Suponemos que el motivo es una menor facilidad natural para discriminar o producir sonidos, algo hasta cierto punto normal, como hay quien dibuja peor."

 ("Un 15 % de los niños tiene problemas para aprender a hablar". Mónica Salamanoe (1995). El País.)

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