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Los subgéneros teatrales populares

El humor es una cosa muy seria

La tragedia, la comedia y el drama son los hermanos mayores del género teatral. Al lado, más pequeños, más breves, más insignificantes están los subgéneros teatrales populares a los que siempre se les ha llamado teatro menor. Sin embargo, el hecho de estar a la sombra de los grandes géneros dramáticos, no impidió que triunfaran entre la gente que asistía al teatro con ganas de divertirse un rato. Lo popular, tantas veces denostado por la crítica, es un arte para mayorías y, en el género teatral, estas obras breves y humorísticas eran aclamadas por el público. Tenemos que pensar que, en los siglos XVI y XVII, el teatro era la actividad de ocio de la gente: iban al teatro a ver una obra, por supuesto, pero también a relacionarse con las personas de su condición social y, en el tiempo que duraba la representación, participaban, gritaban, interrumpían, incluso llegaban a pelearse. Digamos que en nuestros Siglos de Oro el entretenimiento principal no era el fútbol sino el teatro. 

Los subgéneros teatrales populares surgen como pasatiempo para ocupar el intermedio de la obra principal. Por eso, una de sus características es que son breves ya que tenían que representarse en poco tiempo. Esta brevedad hace que las tramas sean sencillas y que se centren en imitar las costumbres y el lenguaje común que se hablaba en la calle. Los personajes, herederos de la Commedia dell' arte italiana, son personajes prototípicos que encarnan a personas corrientes como el criado, el señor, el viejo, la dama... Uno de los que siempre debía aparecer era el bobo o simple porque en él se focalizaban la mayoría de momentos cómicos.

Las obras eran muy originales, con un gran valor artístico y estaban repletas de disparates que hacían reír al público. El humor, como dice el título, es una cosa muy seria y más difícil de conseguir de lo que parece a priori. Tiene mucho que ver con nuestra cultura y con cómo entendemos la vida. Todo el mundo se ríe: nos reímos incluso antes de hablar, pero, ¿nos reímos todos de las mismas cosas? Evidentemente no, pero sí es cierto que muchos tópicos en los que nos vemos irremediablemente reflejados nos provocan la risa. 

Bebé riéndose
Pixabay/1095178. Bebé riéndose (Pixabay License)

Los pasos son pioneros como subgénero teatral que tiene éxito con los espectadores. Creados por Lope de Rueda, fueron la antesala de los entremeses y estos, a su vez, sirven de preludio para los sainetes que triunfaron en el siglo XX. Como ya hemos dicho, son obras de teatro que, con el objetivo de ridiculizar con humor, a veces daban lecciones de conducta social. El denominador común de los pasos, los entremeses y los sainetes es su éxito popular, la brevedad y la comicidad, algo que también triunfa mucho en nuestros días en los que ocupamos el tiempo viendo vídeos cortos y cómicos en nuestras redes sociales. 

¿Qué te hace gracia?

Los recursos para hacer reír son infinitos pero, si pensamos un poco, entre todo el grupo de clase, podremos hacer una lista con las cosas que nos provocan la risa.

Un caballo parece que se ríe
Pixabay / Perlen Muschel. El caballo que ríe (Pixabay License)

Seguro que en nuestra lista aparecen los juegos del lenguaje que, como veremos, también se usan en los subgéneros teatrales populares. Por descontado, incluimos los chistes con falta de lógica, los momentos donde se da el equívoco, es decir, la confusión sobre la que se construye lo que resulta gracioso, la caricatura de alguna persona, la parodia o exageración de los gestos de alguien o el humor absurdo. Todos estos elementos humorísticos se usaban -y se usan- en el teatro popular y eran característicos del personaje que representaba al bobo. Reciben el nombre de lazzi y se llaman así porque es un recurso que viene de la Commedia dell'arte italiana

Esta es la clasificación de los tipos de lazzi que encontraremos en los subgéneros teatrales y que, según César Oliva en su artículo "Tipología de los lazzi en Lope de Rueda", eran muy frecuentes en los pasos: 

1. Dar palos. Muchas obras terminaban con el amo pegando al criado. Las peleas, las persecuciones y los juramentos con amenazas eran muy frecuentes. 

2. Soliloquios acompañados con mímica. Los personajes hacen de forma exagerada lo que van diciendo.

3. Rematar el cuadro. Esta expresión se utilizaba para referirse al momento en el que uno de los personajes simula que se cae cuando va a salir. Los tropiezos y las caídas suelen provocar la risa.

4. Información equívoca. Sucede cuando un personaje tiene que dar una información pero la transmite mal de tal manera que esa información se tergiversa. Es el ingrediente principal del juego del teléfono roto (o escacharrado). 

5. Efecto de bululú. Es la representación de un diálogo en el que el mismo actor se desdobla y hace como que habla con otro personaje imaginario cambiando la forma de hablar y los gestos.  

6. Disfraz. El personaje se disfraza con intención de ocultarse pero, ante la evidencia de quién es, el espectador espera que lo pillen y eso hace gracia. 

7. Titubeos expresivos. Consiste en cambiar palabras con intención hilarante (orina por harina) o dejar la frase a medias de forma intencionada o por un ataque de risa del propio actor.  

8. Exageración mímica. Resulta muy humorístico que un personaje exagere con gestos lo que le pasa como, por ejemplo, temblar exageradamente de miedo o de frío.

¿Te resultan graciosos estos recursos humorísticos? A continuación, vamos a ver a Nachter, un cómico que se ha hecho famoso con vídeos como este. ¿Hay algún lazzi en este vídeo

Nachter. Es difícil de decir (Licencia de YouTube estándar)

En parejas o pequeños grupos, vamos a elegir uno de estos tipo de lazzi y pensar en vídeos o memes en los que aparezca. Se puede hacer una lista de vídeos y pasar un rato divertido viéndolos en clase.

El siguiente paso es ¿nos atrevemos a crear un vídeo cómico usando alguno de los lazzi?