Saltar la navegación

Ser mujer escritora en la Edad de Plata

Aplica: el papel de las mujeres escritoras

Después de ver el vídeo de Irene Vallejo, en el que alude a los orígenes de la escritura y su vinculación al mundo de las mujeres, lee el fragmento del siguiente artículo de opinión, titulado "Sí, es todavía necesario un  'Día de las escritoras', publicado en el diario 20 minutos, el día 14 de octubre de 2019. En él, Diana P. Morales hace una defensa sobre la necesidad de seguir celebrando el Día de las escritoras y señala como culpables de esta situación cuatro razones:

1. A las mujeres se nos publica menos: De acuerdo con los datos que el Ministerio de Cultura publicó el pasado mes de junio, la desigualdad dentro del sector literario es una realidad. De los 55.501 títulos inscritos, el 61,6% son de hombres y el 32,1% de mujeres (el 6,3% no consta).

La escritora británica Catherine Nichols comprobó que, si una obra viene firmada por una mujer, tiene muchas menos posibilidades de pasar la criba editorial: envió su novela a 50 agencias literarias, primero con su nombre y tiempo después, con un pseudónimo masculino. Como Catherine, recibió dos respuestas; sin embargo, al enviarla con un seudónimo masculino, recibió respuestas de cinco de cada seis agencias, y 17 de ellas le solicitaron directamente el manuscrito muy interesadas. En total, tuvo 8 veces más éxito con su nombre masculino que con el femenino presentando la misma novela.

2. A las mujeres se nos reseña menos: En el libro de ensayo Infiltradas (Palabaristas Press, 2018), Elena Lozano, editora de la editorial Crononauta, muestra cómo esa discriminación se refleja también en los medios: una autora de ciencia-ficción con 13 premios literarios, la estadounidense Anne Leckie, aparece en 9 artículos en los medios de nuestro país, mientras que el autor chino Cixin Liu, con 4 premios en su haber aparece en 72 (datos de 2018).

Y cuando se nos reseña, se nos critica más duramente, como muestra el estupendo libro Cómo acabar con la escritura de las mujeres, de Joanna Russ (Editorial Dos Bigotes y Barret, 2018)

3. Leemos menos libros escritos por mujeres:  Y no solamente por las razones anteriores, sino porque además existe el prejuicio  de que los libros escritos por mujeres son “para mujeres” y solo tratan “ciertos temas”, usualmente identificados como “femeninos”. Es la razón por la que la editorial de una tal Joanne Rowling la obligó a firmar su libro, Harry Potter y la piedra filosofal solo con sus iniciales: J. K. Rowling. Han pasado 20 años y aún hay autoras escondidas tras iniciales, como N. K. Jemisin, la reciente ganadora de tres Premios Hugo (los más prestigiosos de literatura fantástica en EEUU).

Por eso son importantes iniciativas que den visibilidad a las autoras, como el Premio Ripley de novela de ciencia-ficción y terror para escritoras o la campaña #LeoAutorasOct, que nos anima a leer solo autoras durante este mes para compensar el desfase.

4. A las mujeres nos cuesta más defender nuestras obras: Sería injusto atribuir toda la responsabilidad a la industria que rodea a la literatura, pues el machismo que impregna el mundo en el que vivimos también nos afecta a las propias escritoras desde todos los niveles: es mucho más frecuente que una mujer se sienta insegura ante sus capacidades (es un fenómeno estudiado, el “confidence gender gap”). Hace un par de años, la tuitera @lulusintilde creó el meme “Quiérete como un señor” para intentar combatir el “síndrome del impostor” que nos suele afectar más a las mujeres. Y desde luego la menor presencia de mujeres en este ámbito (como “role models” a quienes seguir) no ayuda.

Por eso, en este Día de las Escritoras es bueno que cada persona reflexione:  ¿Me estoy frenando a la hora de enviar mis libros a premios o editoriales? ¿Estoy publicando -o reseñando- menos mujeres? ¿Hay en mi biblioteca muchos menos libros escritos por autoras?

Este es el día, y el mes, para empezar a marcar la diferencia.

Diana P.  Morales. "Sí, es todavía necesario un 'Día de las escritoras'"20 minutos

Contesta a las siguientes preguntas:

  1. ¿Por qué se dice en el texto que hay publicadas menos obras de mujeres que de hombres y por qué leemos menos obras escritas por mujeres que por hombres?
  2. ¿Qué es reseñar? ¿Por qué dice que a las mujeres se las reseña menos que a los hombres? ¿Qué importancia puede tener para el reconocimiento y la carrera profesional de las mujeres?
  3. DEBATE: ¿Creéis que debe seguir celebrándose este Día de las Escritoras? Preparad bien vuestros argumentos antes de realizar el debate con el grupo-clase.
  4. ¿Conoces el caso de J.K. Rowling? Investigad cómo le cambió la vida a la escritora gracias a la publicación de Harry Potter y la piedra filosofal. Hacedlo primero individualmente, después comparad vuestra documentación con el/la compañero/a y, por último, ponedlo en común en grupos de cuatro.

Investiga: la Residencia de Señoritas

Placa de la Residencia de Señoritas
Wikimedia Commons / Moniquiña. Placa de la Residencia de Señoritas (CC BY-SA)

La modernización que experimentó España durante el primer tercio del siglo XX lleva consigo la incorporación de la mujer a la vida cultural del momento. Este cambio ayudó a cuestionar el modelo tradicional femenino en el ámbito doméstico (esposa y madre) para pasar al ámbito público de acción: las mujeres intelectuales se rebelaron y quisieron crear una nueva identidad femenina, independiente y con decisión política. Por ello, se crean instituciones como la Residencia de Señoritas en Madrid.

Al igual que existió la conocida Residencia de Estudiantes, también encontramos a principios del siglo XX la Residencia de Señoritas, fundada en 1915 y que se encargaba de fomentar la educación superior de las mujeres de la época. En la Residencia de Estudiantes convivieron políticos, escritores, artistas del momento; del mismo modo, en la Residencia de Señoritas se conocieron reconocidas diputadas, científicas, deportistas, escritoras influyentes del primer tercio del siglo XX. Fue un lugar de encuentro para las primeras luchadoras de los derechos y las libertades de las mujeres en la época.

Además de con los servicios de alojamiento, las residentes contaban con un servicio capaz de «ofrecer a las alumnas la garantía de un hogar espiritual rodeado de benéficos influjos, en el que poder disfrutar de las ventajas de la vida corporativa, de un sano ambiente moral y de toda clase de estímulos y facilidades para el trabajo», según un folleto de 1933.

Algunas de sus residentes más conocidas fueron Victoria Kent o Josefina Carabias. María Zambrano o Maruja Mallo fueron profesoras. También participaron Zenobia Camprubí, Concha Méndez, Clara Campoamor o Gabriela Mistral en sus actividades. 

¿Cómo crees que fue la vida en esta residencia? Investigad en parejas sobre algunas de las actividades que se llevaron a cabo en la Residencia de Señoritas y reflexionad sobre su importancia para las mujeres en general, y para las intelectuales en particular, en el contexto del primer tercio del siglo XX.