Problemas actuales relacionados con la población
Introducción: problemas y retos actuales de la población
La población se modifica con el tiempo, de forma dinámica y gracias a las tasas o indicadores demográficos se pueden establecer comparaciones y analizar la población. En este sentido, es absolutamente primordial ser capaz de realizar previsiones demográficas sobre el futuro de la población a corto, medio y largo plazo, así como establecer tendencias.
En concreto, según las últimas estimaciones la población mundial llegará en 2050 a los 9600 millones de personas y alrededor de 10.900 en el año 2100, lo que supone una serie de retos y problemas que se analizarán a lo largo de este recurso.
Crecimiento y fertilidad
En primer lugar, si bien la población seguirá creciendo, este crecimiento se situará fundamentalmente en los países con menos desarrollo, que tendrán alrededor del 88% de la población del mundo en el año 2100, aunque debido a las políticas de control de la natalidad, no se tratará de un crecimiento llamativo. En cualquier caso, la tendencia a nivel mundial es hacia una fertilidad en regresión, decreciendo de forma general, excepto en los países desarrollados, donde se elevará ligeramente respecto a las cifras actuales como consecuencia de las políticas natalistas y el efecto de la inmigración. Es necesario recordar en este punto, que la tasa mínima de natalidad para asegurar el reemplazo de la población esta situada en la cifra de 2,1 hijos por mujer.
Esperanza de vida y envejecimiento
La esperanza de vida se define como la cantidad de años que se espera que viva una persona calculada en el momento de su nacimiento según los datos de mortalidad. En este momento, las previsiones apuntan a que la esperanza de vida en el mundo se elevará llegando a los 75,9 años en 2050, aunque cabe señalar que ésta será aún mayor en los países con más desarrollo, que lograrán alcanzar cifras más altas hasta llegar a los 82,8 años.
El envejecimiento de la población también afectará a todos los países, debido a la prolongación en la esperanza de vida y la reducción de la tasa de natalidad, aunque este envejecimiento será mucho más intenso en los países desarrollados, llegando al punto de impedir el reemplazo de su población, al mismo tiempo que ocasionará numerosos problemas económicos, sanitarios y sociales. En este escenario en el que la población envejece a marchas forzadas, son ya muchos los países que están comenzando a implementar medidas para evitar esa recesión poblacional en áreas como la educación, esforzándose por crear oportunidades económicas dentro del mismo país, para evitar la fuga del talento juvenil a otros países en busca de mejores condiciones profesionales y laborales. Asimismo, el retraso de la maternidad también se traduce en un envejecimiento paulatino de la población. Estas circunstancias se observan en los perfiles de las pirámides de población, que pierden su forma típicamente triangular y se estrechan en la base a la vez que se ensanchan en la cúspide.
Costes económicos
El envejecimiento progresivo de la población no solo genera cambios demográficos, sino que se producen importantes transformaciones de tipo social y económico. Una población envejecida provoca que los estados tengan que asumir nuevas prestaciones sanitarias, al igual que se ejerce una presión gigantesca sobre el dinero público, que debe dedicarse en gran medida al pago de pensiones de jubilación. Los estados tratan de evitar esta salida de dinero de las arcas públicas endureciendo los requisitos para el cobro de una pensión de jubilación o alargando la edad a la que ésta puede producirse. También establecen controles sobre el gasto farmacéutico. Igualmente es necesario crear las infraestructuras necesarias para albergar a esta población envejecida y se construyen centros asistenciales y residencias para la tercera edad. La economía también sufre el impacto de ese envejecimiento y descenso de la población, ya que por ejemplo, se ve reducido el número de consumidores y se hace complicado estimular la economía.
Desempleo y disparidades regionales
La lucha contra el desempleo es uno de los retos más importantes a los que se enfrentan los gobiernos, ya que la incorporación de la mujer al mundo laboral, sumada a la denominada "generación babyboom" que se incorporó también al mercado de trabajo, se ha traducido en un incremento de las tasas de desempleo.
En el caso de Europa, también ha sido consecuencia de unas transiciones complicadas a la economía capitalista por parte de algunos países, como Lituania, Letonia o Polonia, creando amplias desigualdades entre los países europeos.
La lucha contra el desempleo es una de las prioridades en los estados europeos, para lo que aplican medidas de diversos tipos:
- Pasivas: se otorgan subsidios económicos o ayudas a los desempleados.
- Activas: se articulan medidas para estimular la contratación por parte de los empresarios al mismo tiempo que se trata de facilitar el acceso del trabajador al mercado laboral mediante actuaciones como la mejora de su formación.
Inmigración y conflictos sociales
La disminución de la mano de obra como consecuencia del envejecimiento de la población actúa como reclamo para atraer inmigración a estos países envejecidos, que ven aumentada su población. Este creciente número de inmigrantes genera numerosos conflictos sociales debidos a la brecha cultural y social entre la población del país y los extranjeros que llegan, produciéndose un gran número de problemas de integración. También se generan actitudes de rechazo o racistas por parte de la población nativa hacia estos grupos de población que vienen de fuera.
El éxodo rural, es decir trasladarse del campo a la ciudad, seguirá en aumento, especialmente en los países con menos desarrollo. En este sentido se cree que alrededor del 72% de los habitantes del planeta vivirá en ciudades en el año 2050, lo que conllevará una enorme presión para el medio ambiente, con escasez de agua potable, alimentos y una degradación masiva.