Podríamos decir que el espectáculo, como tal, es cualquier manifestación artística que se desarrolla para divertir o emocionar al público. De hecho, las artes escénicas como la danza, el teatro, la ópera, la zarzuela, el circo, la narración oral o la performance son expresiones creativas que provocan emociones en el público. En estas artes escénicas, el actor usa su cuerpo para hacer una interpretación pero no en todas hay un papel que declamar. 

El espectáculo teatral es la puesta en escena del texto teatral. Esto no solo supone que el actor se aprenda las palabras que dicen unos personajes y haga lo que está escrito en las acotaciones de una obra literaria sino que conlleva la implicación de todo un equipo de personas que hacen posible la puesta en escena. Para que esto ocurra, tiene que haber un director que elija y oriente a un elenco de actores familiarizados con las técnicas de dramatización para llevar a las tablas el texto que ha hecho un dramaturgo. Además, el equipo técnico, en coordinación con el director, se habrá encargado de supervisar qué se necesita para la escenografía, el vestuario, el maquillaje así como lo relacionado con la iluminación, la música y el sonido. Sin embargo, ninguno de estos preparativos tendrá sentido si no hay público ocupando el sitio que le corresponde en el teatro, en la calle o en el lugar donde se haga la representación.

Para que una realización escénica pueda tener lugar, actores y espectadores han de reunirse durante un periodo de tiempo en un lugar concreto y hacer algo juntos.

Erika Fischer-Lichte

Las artes escénicas en general y el espectáculo teatral en concreto son el arte del aquí y ahora: solamente puede darse cuando el actor y los espectadores coinciden en el espacio y en el tiempo. Es un momento único y efímero que invita a disfrutar del presente.