Al igual que en las familias humanas, las lenguas pueden ser hijas, hermanas, primas o parientes lejanas de otras con quienes comparten un ancestro común.

Actualmente se calcula que quedan poco más de 7.000 lenguas en el mundo. Algo menos de 300 de ellas son idiomas aislados o sin clasificar (es decir, que no están emparentados con otros). El resto, que abarca más del 98% de los hablantes del mundo, forma parte de alguna familia de lenguas parecidas que, en origen, provienen de una madre común.

Como seguramente hayáis respondido ya en la pregunta de arriba, la legua madre del español es el latín vulgar, que se hablaba en el Imperio romano. Los romanos conquistaron enormes terrenos alrededor del Mediterráneo y construyeron un Imperio próspero y muy duradero. Por esta razón, muchas de esas tierras se romanizaron por completo, adoptando de lleno la cultura y las leyes romanas. Dos mil años después, en muchos de esos lugares seguimos hablando idiomas parecidos que provienen de aquel latín vulgar y se denominan lenguas romances. Seguro que conoces varias como el rumano, el italiano, el francés, el catalán, el gallego, el portugués y el castellano o español.

Seguramente ya sabías que lenguas como el gallego y el italiano eran hermanas. ¿Pero alguna vez se te había ocurrido pensar que el inglés y el español fuesen primos? Efectivamente, la mayor parte de las lenguas europeas, pertenecientes a familias diversas (como la germánica o la romance), tienen un ancestro común. Y no solo eso: muchas familias lingüísticas cuyo origen geográfico se encuentra entre Europa y la India están emparentadas. Por eso, a todas ellas se las denomina lenguas indoeuropeas. Eso quiere decir que proceden de un tatarabuelo lingüístico común que se desconoce, pero que se ha podido reconstruir parcialmente comparando los rasgos de idiomas aparentemente tan alejados como el sánscrito y el latín. A este antiguo idioma originario reconstruido por los lingüistas lo llamamos indoeuropeo.

Quizá estés pensando que actualmente las lenguas indoeuropeas se hablan en regiones mucho más grandes que lo comprendido entre Europa y la India. Efectivamente, estos idiomas ahora son la lengua materna de millones de personas repartidas por el planeta entero. Una vez más, eso se explica por razones históricas y políticas: los países europeos conquistaron buena parte del mundo y la mantuvieron bajo sus imperios durante siglos. El resultado de ello es que sus lenguas -sobre todo el español, el inglés y el francés- se hablen hoy en decenas de países de los siete continentes.