Nuestra lengua romance
El castellano es una lengua romance, denominación que otorgamos a las lenguas que provienen del latín. A partir del siglo V con la caída del Imperio Romano, el latín culto comienza a declinar y, ya en el siglo IX, las lenguas romances empiezan a desarrollarse plenamente. En su mayor parte, el léxico del castellano está formado por términos patrimoniales, es decir, palabras con una gran evolución fonética desde el latín hasta el castellano actual, pero también cultismos, que son las palabras incorporadas desde el latín culto sin apenas modificación.
Aproximadamente el 70% del léxico de nuestro idioma procedería del latín, junto a un 10% proveniente del griego, un 8% del árabe y un 3% del gótico. Sin contar los préstamos lingüísticos modernos, que serán vistos más adelante, nos quedaría un 9% de palabras persas, germánicas o amerindias, que también forman parte de nuestro léxico desde hace ya varios siglos.