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Bienestar social

Bienestar Social

         Bienestar social.
Niña jugando
BIS (INTEF)/ Laura Fischer Ferrera. Juego (CC BY-NC-SA)

 

Otro de los pilares de la salud es el bienestar social, aunque el término correcto debería ser bienestar psicosocial porque se trata de un equilibrio entre cuerpo-mente y nuestras relaciones sociales.

Nuestra familia, el colegio, nuestras amistades y las actividades de ocio en las que estamos inmersos se convierten en nuestro entorno social, aquellos con quienes compartimos nuestro tiempo diario, nuestros sentimientos e intereses. Por eso, es importante saber gestionar nuestras relaciones con los demás.   Existen tres formas de participación afectiva en la sociedad que nos pueden ayudar a mantener un equilibrio en la relación con las personas que nos rodean: la empatía, la asertividad y la resiliencia.

La empatía

Significa saber ponerse en el lugar de la otra persona e identificar cómo se siente esa persona, si recibe por nuestra parte o la de nuestros compañeros una determinada forma de actuar.

Existe una expresión para definir la empatía que es "ponerse en los zapatos del otro", así podemos saber cómo se sienten las personas que nos rodean. ¿Cómo nos sentiríamos si al entrar en clase saludásemos y nadie nos devolviera el saludo? Igual así podemos comprender como actúa un compañero.

Existe el término "diversidad funcional", que significa que las personas gestionan sus capacidades utilizando sus puntos fuertes frente a otros más débiles.

Todos somos personas que funcionamos en la vida diaria de manera diferente, así algunos estudiantes prefieren tomar apuntes con dibujos, otros prefieren escuchar al profesor durante la clase y otros necesitan manipular un objeto para comprender una explicación.   Esto nos sucede a todos, por eso si una persona tiene un grado de pérdida auditiva o hipoacusia, preferirá que le hables de frente para poder leer sus labios. Otros compañeros tendrán dificultad para concentrarse, por eso, se ponen tan molestos cuando les hablamos justo antes de comenzar la clase, y sin embargo, están tan contentos y afables al terminar.

Tenemos que pensar que todos somos diferentes y que eso nos enriquece ya que podemos tener diferentes puntos de vista que compartir.

La asertividad

En las relaciones sociales con nuestra familia, amigos, profesores, van a surgir conflictos propios de la vida diaria que tendremos que resolver. Para ello tendremos que desarrollar habilidades sociales, como la asertividad, que consiste en conocer nuestros derechos y saber defenderlos de forma positiva teniendo en cuenta el punto de vista de la otra parte implicada, con la premisa de que todos tenemos derechos que deben de ser respetados. 

Cuando tenemos que exponer nuestros deseos podemos elegir un estilo de comunicación afable, que permita el diálogo, expresar nuestra opinión y nuestros sentimientos. Comunicarnos con amabilidad y de forma afectiva, escuchando y exponiendo nuestro punto de vista puede ayudarnos a ser "asertivos".

La resiliencia

Es la capacidad que tenemos las personas para superar la adversidad. A veces tenemos que superar retos en la vida y cuando lo conseguimos se genera en nosotros una fortaleza que nos ayudará a superar las siguientes metas desde un aprendizaje que ya hemos vivido previamente. La fortaleza que nos aporta la resiliencia, esa capacidad de "levantarnos" cuando sentimos que no somos capaces de gestionar una situación, va a ir generando un mayor conocimiento de nosotros mismos, de nuestras fortalezas, de nuestra autoestima.

A veces, conseguiremos superar un reto simplemente con perseverancia, insistiendo una y otra vez hasta conseguir salir adelante solos de esa situación. Eso a su vez nos hará más autónomos, cada vez sabremos resolver los problemas de forma más independiente sin ayuda de un adulto. Y lo más importante es afrontar los retos con ganas y optimismo, eso nos ayudará a enfocarnos en lo importante y quitar de entrada barreras que no son importantes.