Es una enfermedad bastante común en los niños en edad escolar. La faringitis se produce cuando la mucosa de la faringe se inflama por un proceso generalmente producido por un virus, aunque también puede ser infeccioso (provocado por una bacteria). La faringitis vírica suele ser más leve, pero las infecciones bacterianas suelen estar causadas por una bacteria denominada estreptococo.

Los síntomas de la faringitis aguda suelen ser fiebre alta, inflamación de la mucosa de la faringe y de las amígdalas, dolor al tragar, inflamación de los ganglios linfáticos y dolor de cabeza.

Laboratorio.

Cuando consultamos a nuestro/a pediatra suele valorar la inflamación mediante la observación, para lo que utilizará un depresor lingual que introducirá haciendo presión en la parte posterior de la lengua.

En caso de necesitar esclarecer el diagnóstico se toma una muestra del líquido que segrega la faringe, y se analiza con un "test rápido del estreptococo" o bien se envía al laboratorio donde no solo analizan la muestra, sino que realizan un "antibiograma", que es una prueba en la que tratan la bacteria con diferentes antibióticos para ver cuál es el más efectivo y así poder darnos el tratamiento adecuado, ya que muchas bacterias se han hecho resistentes a los antibióticos.

Por eso es muy importante no tomar antibióticos si no nos los receta nuestro pediatra, porque sino cuando los necesitemos de nuevo puede que ya no sean efectivos.

Los adultos que son fumadores habituales o beben de forma frecuente suelen padecer faringitis recurrentes porque el tabaco y alcohol son agentes irritantes. Lo mejor es tener hábitos saludables desde pequeños y aprender a divertirnos de forma saludable para poder seguir disfrutando así cuando seamos mayores.