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Dialogando

El diálogo

Escena teatral
Pixabay/WikimediaImages. Escena teatral (Pixabay License)

Sin duda, el diálogo es el género oral por definición, ya se trate de una locución radiofónica, una obra de teatro, un monólogo cómico o en una producción audiovisual. En nuestro caso, vamos a practicarlo de forma oral para poder dramatizarlo, pero antes vamos a escribirnos nuestro guion para depurar nuestro diálogo.

La pregunta clave podría ser: ¿cómo se escribe un diálogo? Vamos a tratar de responder a esta pregunta lo más claramente posible. Para ello vamos a diferenciar entre un diálogo donde solo intervienen los personajes y se incluyen algunas anotaciones, a lo que llamaremos diálogo teatral, y un diálogo que incluye intervenciones y aclaraciones del narrador, a lo que llamaremos diálogo literario.

Diálogo teatral

No es propósito de este recurso profundizar en el texto teatral, por lo que tan solo destacaremos algunas de las características más relevantes en relación al trabajo con la oralidad:

  • La acción avanza a través del diálogo, no hay pasajes narrativos.
  • Podemos distinguir entre monólogos, cuando el personaje habla solo sin interactuar con nadie más, o diálogos, cuando intervienen dos o más personajes.
  • Cada intervención empieza en una línea nueva precedida del nombre del personaje que interviene.
  • Puede incluir acotaciones (explicaciones sobre cómo se dice la línea de diálogo) entre paréntesis, las cuales se tienen en cuenta, pero no se leen.

Si alguien quiere saber más sobre cómo escribir los diálogos teatrales puede leer este artículo de Scena Málaga.

A continuación tenéis un ejemplo extraído de la obra La zapatera prodigiosa, de Federico García Lorca. Tras la acotación inicial, encontramos un monólogo de la zapatera, seguido por otras acotaciones hasta que se inicia el diálogo en la zapatera y el niño. Ya que los diálogos teatrales están escritos para ser recitados, leedlo en voz alta y expresivamente entre 3 personas: lector/a de acotación inicial, ZAPATERA y NIÑO.

Al levantarse el telón, la ZAPATERA viene de la calle toda furiosa y se detiene en la puerta. Viste un traje verde rabioso y lleva el pelo tirante, adornado con dos grandes rosas. Tiene un aire agreste y dulce al mismo tiempo.

ZAPATERA.- Cállate, larga de lengua, penacho de catalineta, que si yo lo he hecho... si yo lo he hecho, ha sido por mi propio gusto... Si no te metes dentro de tu casa te hubiera arrastrado, viborilla empolvada; y esto lo digo para que me oigan todas las que están detrás de las ventanas. Que más vale estar casada con un viejo, que con un tuerto, como tú estás. Y no quiero más conversación, ni contigo ni con nadie, ni con nadie, ni con nadie. (Entra dando un fuerte portazo.) Ya sabía yo que con esta clase de gente no se podía hablar ni un segundo... pero la culpa la tengo yo, yo y yo... que debía estar en mi casa con... casi no quiero creerlo, con mi marido. Quién me hubiera dicho a mí, rubia con los ojos negros, que hay que ver el mérito que esto tiene, con este talle y estos colores tan hermosísimos, que me iba a ver casada con... me tiraría del pelo.

(Llora. Llaman a la puerta.)

¿Quién es?

(No responden y llaman otra vez.)

¿Quién es? (Enfurecida.)

NIÑO.- (Temerosamente.) Gente de paz.

ZAPATERA.- (Abriendo.) ¿Eres tú? (Melosa y conmovida.)

NIÑO.- Sí, señora Zapaterita. ¿Estaba usted llorando?

ZAPATERA.- No, es que un mosco de esos que hacen piiiiii, me ha picado en este ojo.

NIÑO.- ¿Quiere usted que le sople?

ZAPATERA.- No, hijo mío, ya se me ha pasado... (Le acaricia.) ¿Y qué es lo que quieres?

NIÑO.- Vengo con estos zapatos de charol, costaron cinco duros, para que los arregle su marido. Son de mi hermana la grande, la que tiene el cutis fino y se pone dos lazos, que tiene dos, un día uno y otro día otro, en la cintura.

ZAPATERA.- Déjalos ahí, ya los arreglarán.

Federico García Lorca. La zapatera prodigiosa. Fuente: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

 

Diálogo narrativo

Tampoco ahondaremos en el diálogo narrativo más allá de las siguientes pautas:

  • La acción avanza a través de la narración, el narrador aclara qué hacen y en qué tono intervienen los personajes.
  • Cada intervención empieza en una línea nueva precedida de una raya (—).
  • La raya también precede los incisos del narrador.

Si quieres saber más sobre cómo escribir los diálogos narrativos puedes leer este artículo de Clara Tíscar. Ya que los diálogos narrativos están escritos para ser leídos, leedlo en su totalidad de manera individual en voz alta de manera expresiva.

—Perdonen que venga tan tarde —empezó a decir; y entonces, perdiendo de repente el dominio de sí misma, se abalanzó corriendo sobre mi esposa, le echó los brazos al cuello y rompió a llorar sobre su hombro—. ¡Ay, tengo un problema tan grande! —sollozó—. ¡Necesito tanto que alguien me ayude!

—¡Pero si es Kate Whitney! —dijo mi esposa, alzándole el velo—. ¡Qué susto me has dado, Kate! Cuando entraste no tenía ni idea de quién eras.

—No sabía qué hacer, así que me vine derecho a verte. Lo mismo de siempre. Las personas en dificultades acudían a mi mujer como los pájaros a la luz de un faro.

—Has sido muy amable viniendo. Ahora tómate un poco de vino con agua, siéntate cómodamente y cuéntanoslo todo. ¿O prefieres que mande a James a la cama?

—Oh, no, no. Necesito también el consejo y la ayuda del doctor. Se trata de Isa. No ha vuelto a casa en dos días. ¡Estoy tan preocupada por él!

Arthur Conan Doyle. El hombre del labio retorcido. Vicens-Vives