¿En qué momento el ser humano emitió sus primeras palabras? ¿Dónde se escribieron para que hubiera constancia? ¿Qué hubiera pasado si no se hubiesen anotado?
Muchas preguntas para responder a un tiempo pasado, que resulta difícil de comprender. Lo que sí tenemos claro es que los primeros vocablos comenzaron con el nacimiento del homo sapiens. Será a partir de este momento cuando el ser humano empieza a nombrar su entorno más próximo y a relacionarse. Así nacerá lo que hoy conocemos como lengua, tanto oral como escrita.
Fue necesario anotar y registrar todas estas palabras, y, poco a poco, unas tablillas sirvieron como base para los primeros escritos, naciendo los diccionarios. Unas civilizaciones ordenaron las palabras por temas y otros diccionarios por su uso, como el que conocemos habitualmente en las escuelas.
Pero si la lengua ha ido cambiando y transcendiendo es gracias a la necesidad de comunicación del ser humano, a esas interacciones y sus circunstancias, que impulsan al lenguaje a evolucionar, cambiar, generando así palabras nuevas y relegando otras al olvido. De esta forma, la intención de la presente situación de aprendizaje es valorar la riqueza léxica y ampliar nuestro vocabulario, rescatando algunas palabras que se quedaron en el olvido, así como ser conocedores de palabras de otras lenguas con o sin similitud lingüística.