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Aparte

Dímelo aparte

El aparte es el comentario que hace un personaje como si estuviera hablando consigo mismo y no le escuchara nadie. Sus características son:

  • Buscar la complicidad del público o de otros personajes. Cuando el aparte se hace hacia el público, se rompe la cuarta pared teatral. 
  • Suele ser un comentario irónico o gracioso. 
Un hombre mira sorprendido a la cámara.
Pixabay / Olya Adamovich. Tú, sí tú (Pixabay License)



La cuarta pared es la pared imaginaria que separa el escenario del público. Cuando se rompe la cuarta pared es que algún personaje interactúa con el público saliéndose de la situación que está representando.

Tarea

En este fragmento de La zapatera prodigiosa, el Zapatero disfrazado de titiritero habla con la Zapatera que echa de menos a su marido. Es una situación curiosa porque la Zapatera no sabe que está hablando directamente con su marido. Leed este texto en parejas marcando con un gesto hacia el público el aparte del Zapatero. 

ZAPATERO: (En el último trago) ¡Ay, qué envidia me da su marido!
ZAPATERA: ¿Por qué?
ZAPATERO: (Galante) ¡Porque se pudo casar con la mujer más preciosa de la tierra!
ZAPATERA: (Derretida) ¡Qué cosas tiene!
ZAPATERO: Y ahora casi me alegro de tenerme que marchar, porque usted sola, yo solo, usted tan guapa y yo con mi lengua en su sitio, me parece que se escaparía cierta insinuación...
ZAPATERA: (Reaccionando) ¡Por Dios, quite de ahí! ¿Qué se figura? Yo guardo mi corazón entero para el que está por esos mundos, para quien debo, ¡para mi marido!
ZAPATERO: (Contentísimo y tirando el sombrero al suelo) ¡Eso está pero que muy bien! ¡Así son las mujeres verdaderas, así!
ZAPATERA: (Un poco guasona y sorprendida) Me parece a mí que usted está un poco... (Se lleva el dedo a la sien.)
ZAPATERO: Lo que usted quiera. ¡Pero sepa y entienda que yo no estoy enamorado de nadie más que de mi mujer, mi esposa de legítimo matrimonio!
ZAPATERA: Y yo de mi marido y de nadie más que de mi marido. Cuántas veces lo he dicho para que lo oyeran hasta los sordos. (Con las manos cruzadas.) ¡Ay, qué zapaterillo de mi alma!
ZAPATERO: (Aparte) ¡Ay, qué zapaterita de mi corazón!

Federico García Lorca. La zapatera prodigiosaFuente: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.