El teatro es una mentira que parece verdad
¿A qué nos referimos cuando decimos la palabra teatro?
La palabra teatro viene del griego y significa "mirar". La usamos para denominar las obras literarias que forman parte del género dramático ya que los textos teatrales se leen como el resto de géneros literarios. Sin embargo, a diferencia de la narrativa y la lírica, el teatro está pensado y escrito para ser representado. Por ello, también utilizamos la palabra teatro para designar a la representación teatral así como para referirnos al lugar donde se da el espectáculo: el teatro donde vamos a ver la representación, donde vamos a mirar a los actores y a asomarnos a la vida de esos personajes en vivo y en directo. Además, según la RAE, hacer teatro es también la "acción fingida y exagerada". Por ejemplo, cuando un futbolista se queja exageradamente de la falta que le han hecho podemos decir: "ese delantero hace mucho teatro en las faltas".
Desde los ritos del Paleolítico, los cazadores imitaban a los animales para celebrar la caza y, tiempo después, el chamán o sacerdote dirigía una ceremonia para comunicarse con los dioses. Podríamos decir que esos son los orígenes del teatro. Ya en la Antigua Grecia nació el teatro tal y como lo entendemos ahora: el público asiste a una puesta en escena en la que unos actores dan vida a los personajes que aparecen en el texto teatral interpretando sus conflictos humanos.
En estas representaciones vemos que, además de las palabras, el teatro requiere usar otros códigos no verbales como el decorado, la ropa, el maquillaje y, por supuesto, los gestos. Generalmente en el teatro no solo importa lo que dicen los personajes sino también cómo lo dicen y lo que hacen. Los actores tienen que representar una historia como si la estuvieran viviendo en ese mismo momento. Por eso, decimos que el teatro es una mentira que tiene que parecer verdad.
El texto teatral, que puede estar escrito en verso o en prosa, se concibe para ser representado ante un público porque reproduce el diálogo que tienen los personajes sin que haya un narrador que nos cuente la historia. Además del diálogo, el autor usa otro tipo de textos como el monólogo o los apartes. Delante de cada intervención de los personajes, aparece el nombre de quien habla en letra mayúscula. Por otra parte, con las acotaciones el autor introduce pautas para la representación que pueden ser matizaciones hacia los actores sobre cómo decir una frase o bien hacia el director para configurar el espacio escénico.