En el siglo XIX la ciencia estaba de moda. Era muy frecuente que, en los eventos que se celebraban en los salones de la época, se hablase de temas científicos y se realizasen espectáculos para entretener a la gente. Esto no pasó desapercibido para muchos magos de la época, que no dudaron en usar la ciencia para sorprender al público. El químico francés Gaston Tissandier desveló el misterio que había detrás de muchos supuestos trucos de magia de la época y los recopiló en su libro «Recreaciones científicas». Entre esos misteriosos trucos de magia se encontraba el caso de una enigmática copa.
¿Qué ocurría en aquella misteriosa copa? El propio Tissandier no los contó:
El operador tomaba una copa de las del agua, perfectamente transparente, y la colocaba encima de una mesa: en seguida anunciaba que iba a taparla con una bandeja o plato, y que, desde cierta distancia, se proponía introducir en la copa el humo de un cigarrillo. Tal y como lo anunciaba lo ejecutó, y mientras el experimentador fumaba lejos de la copa, esta se llenaba, como por encanto, de un humo blanco muy abundante.
Gaston Tissandier