La presencia de una capa de gases de casi 10 000 km de espesor rodeando a nuestro planeta nos ofrece distintas ventajas que hacen posible la vida en la Tierra. Por ejemplo, una de estas funciones es la de servir como escudo protector frente a la radiación dañina que procede del Sol. En la atmósfera se encuentra la capa de ozono que absorbe la mayor parte de esta radiación.

La atmósfera también es esencial en la regulación de la temperatura del planeta. La presencia de gases que absorben el calor hace posible que la temperatura media de nuestro planeta sea de 15 ºC. Estos gases son llamados gases de efecto invernadero (GEI) y se llaman así porque absorben y almacenan calor como hace el plástico en un invernadero. La radiación solar calienta la superficie de la Tierra, de modo que la Tierra emite calor (radiación infrarroja). Esta radiación se refleja hacia el espacio exterior, pero la presencia de los GEI atrapa gran parte de esta radiación infrarroja, favoreciendo el calentamiento del planeta. A este fenómeno lo llamamos efecto invernadero. Vamos a ver un poco mejor en qué consiste en el siguiente vídeo: