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Fase 1: Aprendizaje y vivencia

Sesiones de la fase 1

Esta primera fase de aprendizaje y vivencia constará de tres partes: gestualidad; representación corporal y teatralización; yoga. 

En la primera parte, el alumnado trabajará la desinhibición y representación centrándonos en la gestualidad de la cara. En la segunda parte se incluirá el cuerpo para la representación de situaciones. El uso del cuerpo permitirá el paso a la tercera parte en la que se introducirá el yoga como actividad físico-expresiva.

a) Gestualidad. Desinhibición y representación a través de la cara (sesión 1)

La vergüenza, el ridículo o el miedo a la exposición son sensaciones reales que han de ser escuchadas, comprendidas y respetadas. Son emociones naturales y recurrentes cuando nos mostramos ante los demás. Ello se acentúa más si cabe cuando nos encontramos con la carencia de oportunidades que ofrecemos a nuestros alumnos en torno a experiencias físico-expresivas. Esta implicación emocional justifica la necesidad de comenzar paulatinamente, en este caso centrándonos en los gestos que desde la cara se pueden expresar.   
 
En esta primera sesión desarrollaremos cinco actividades enlazadas y conexionadas: 
     - «Monstruos de colores»
     - «Pica-abrazo»
     - «Escondite inglés de emociones»
     - «¿Abuelita cómo te sientes?»
     - «Cadena relajante»
 
Comenzaremos retomando el trabajo sobre emociones efectuado en Educación Infantil (Real Decreto 95/2022, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Infantil). Aunque existe una gran cantidad de recursos para el trabajo de este ámbito, uno de los más utilizados en esta etapa es el «Monstruo de colores» (Llenas, 2012). Tomémoslo como ejemplo y punto de partida, considerando la gran cantidad de materiales existentes al respecto. En el «Monstruo de colores», se muestran algunas emociones básicas asociadas a colores (enfado-rojo, tristeza-azul, miedo-gris, alegría-amarillo, calma-verde y cariño-rosa). Aunque la presente situación de aprendizaje dará lugar al trabajo de otras emociones, comenzaremos por las ya reconocidas y trabajadas por ellos. 
 
Mostraremos las fichas de cada uno de los seis monstruos de colores (Anexo 1) con el fin de realizar un recordatorio de la identificación de las emociones. A continuación, intercambiaremos ejemplos de situaciones que nos generan dichas emociones y empezaremos a detectar cómo una misma situación desencadena emociones diferentes dependiendo de las características y percepciones de las personas.

MEFP. Emociones (CC BY-SA)


Por ejemplo: 
Iván, ¿cuándo te sientes contento? 
Me siento muy contento cuando mi madre me lleva a jugar al baloncesto. 
¿Todo el mundo está contento ante esta situación? 
Yo no me sentiría contento porque no me gusta el baloncesto. 
… 
Otro ejemplo: 
Me siento muy asustado cuando veo un perro. 
Y a ti, ¿te asustan los perros? ¿Qué te asusta? 
A mí los perros no me dan miedo, pero lo que me da miedo es la oscuridad.
… 

Enfatizaremos sobre la importancia de sentir todas las emociones y exteriorizarlas, así como sobre la necesidad de respetar las emociones de las demás personas, desarrollando actitudes de empatía. El o la docente debe mostrar ejemplo, validando los sentimientos de cada niño o niña (Ejemplo. «No me extraña que te asuste la oscuridad. Uno se siente indefenso porque no ve»). 

Del mismo modo, indagaremos sobre las estrategias que utilizan cuando sienten tristeza, miedo o enfado. 

Por ejemplo:
¿Qué hacéis cuando os sentís tristes? 
Llorar. 
Quedarme solo. 
Nada. 
… 

Aprovecharemos para validar la posibilidad de llorar como mecanismo de descarga cuando se está triste u otros como la necesidad de contarlo a otra persona o de un abrazo, o de nada de esto. 
 
Podemos enlazar esta actividad con la lectura de un cuento -por ejemplo, el de «Armando ¿no estarás llorando?» (Gaudes y Macías, 2017- que aborde la reflexión y el respeto del lloro, más allá de los estereotipos. Estas acciones se pueden emprender bien desde nuestra área o en coordinación con Lengua Castellana y Literatura.  
 
Indagaremos sobre sus modos de actuación para expresar otras emociones. 

¿Cómo expresáis vuestro cariño hacia una persona? 
Con un beso. 
Con un abrazo.
Con nada porque no me gustan los besos. 
A mí me gustan los besos y los abrazos, pero solo cuando quiero. 
… 

Veremos cómo cada niño necesita una cosa para calmarse (incidiendo en que todo es válido, siempre y cuando no se haga daño a los demás) o para expresar su afecto, y que hay que escucharlo, aceptarlo y respetarlo. 
 
Es posible enlazar esta actividad con la lectura de un cuento (por ejemplo, el de «Marta no da besos» (Gaudes y Macías, 2017) que aborde la enseñanza y reflexión sobre la expresión libre de afecto. Bien, desde nuestra área o en coordinación con Lengua Castellana y Literatura.  
 
Enlazaremos esta conversación sobre el afecto con la siguiente actividad motriz, «Pica-abrazo», que consistirá en que uno la queda y el resto escapa corriendo. Cuando el que la queda pilla a otro, este se quedará quieto con las piernas abiertas y con los brazos hacia delante y entrelazando las manos. Para salvar, otro puede entrar dentro del hueco que forman sus brazos y darle un abrazo. Pero, si no le apetece dar un abrazo, podrá pasar por debajo de las piernas para salvarle. Con esta actividad, trabajaremos el vínculo y el afecto voluntario a través del contacto y la motricidad.

Un niño y una niña dándose un abrazo
Imagen en Freepik de @brgfx. Abrazo (Licencia Freepik)

Esta propuesta dará paso a la siguiente: «Escondite inglés de emociones». La persona que la queda se pone en una parte del gimnasio, mientras que el resto de niños y niñas se ponen en frente (a 20-30m de distancia) colocados unos al lado del otros. El que la queda dice una emoción (por ejemplo. alegría), se da la vuelta y dice: «Escondite inglés sin mover manos ni pies». Mientras tanto, el resto trata de avanzar rápidamente. Pero, cuando el que la queda se da la vuelta, todo el mundo tiene que estar quieto y mostrando en su cara la emoción planteada. Si alguien se mueve o no transmite dicha emoción, tendrá que volver a la línea de partida.  El primero que llegue y toque al que la queda hará que comience la carrera por parte de todo el alumnado hasta el punto de inicio ya que el que la queda tendrá que tocar a un compañero o compañera para que este pase a quedársela. 
 
La representación comenzará solo a través de la expresividad facial, pero, a continuación, les propondremos al alumnado incluir el cuerpo como acompañante de la expresión observando la apertura o cierre de extremidades de acuerdo a lo que se quiere mostrar. 
 
Representadas las emociones, se pasará a la siguiente actividad («Abuelita, ¿cómo te sientes?»), en la que no solo se indicará la emoción, sino la situación que la desencadena. Un alumno hará de «abuelita». El resto se situará en la misma línea que en la actividad anterior. Estos preguntarán al unísono indicando el nombre del voluntario: «¿Manuel cómo te sientes?». Manuel responderá, por ejemplo, «Hoy me siento triste porque he perdido mi goma favorita. Dad tres pasos de elefante triste». Así, con otras emociones hasta que Manuel diga: «Hoy me siento enfadado y con ganas de gritar. Ahhhhhhh». Todos los niños se irán corriendo y el primero al que Manuel toque, se convertirá en «abuelito/a». 
 
En estas actividades previas, primero será el o la docente quien haga de ejemplo; luego se prestarán los alumnos y alumnas de forma voluntaria con el fin de favorecer la desinhibición. Del mismo modo, la desinhibición se verá respaldada porque la expresión gestual se realizará con exposición progresiva de la mirada de los demás. En un primer momento, ante la mirada del o la docente (persona de confianza) y, posteriormente, ante la mirada de uno o una de los compañeros (quien la queda). Recordemos que la «mirada del otro» es uno de los aspectos que retiene y retrae la actuación natural de las personas. Esto justifica la evolución y secuencia de las actividades planteadas. 
 
Enlazaremos la emoción del enfado trabajada en la actividad anterior, para enseñarles una herramienta útil que permite aminorar la sensación y hacerles sentir mejor: la respiración.  
 
En este sentido, existe la posibilidad de relacionar o practicar la respiración relatando un cuento. Por ejemplo, el de «La pelota roja. Cuento sobre la frustración» (Morató, 2018), que ejemplifica diferentes situaciones que generan en los niños de su edad frustración, representada a través de la sensación de tener una pelota grande y roja dentro de sí mismos. La respiración permitirá hacerles conscientes de que la pelota va reduciendo su tamaño y cambiando de color al tiempo que ellos se sienten mejor. 

Pelota roja
Pelota roja (Licencia Flaticon)

Mediante la respiración, los alumnos experimentarán cómo se llega a un estado de relajación.  
 
Primeramente, se sentarán y lo harán de forma individual. En ese estado de relajación, el docente irá tocando la cabeza uno por uno para formar una «cadena relajante» grupal conectada, en la que la cabeza se posa sobre el vientre del compañero. 
 
El hecho de finalizar con esta actividad permite cerrar el círculo de emociones experimentadas y representadas, con la práctica de una herramienta como es la respiración para regular y gestionar emociones como la rabia, el enfado, la frustración o el miedo. El contacto corporal a través de la actividad de la «cadena relajante» favorecerá el vínculo y el sentido de pertenencia en el grupo. 

b) Representación corporal y teatralización (sesión 2)

La siguiente sesión retomará lo visto en la anterior y dará un paso más en cuanto a trabajo de expresión (incluyendo el cuerpo) y de representación y teatralización (incorporando pequeños diálogos).  
 
Además, pasaremos del trabajo individual e independiente sobre el que se centró la sesión anterior al trabajo en pequeños grupos por afinidad. El hecho de que los alumnos y las alumnas trabajen con sus afines les permitirá mitigar su inhibición y mostrarse de forma más confiada y segura. 
 
De este modo, en esta segunda sesión se desarrollarán dos actividades conexionadas: 
     - «Películas de emociones»
     - «Dramatización de situaciones»
 
Para la actividad «Películas de emociones», retomaremos las emociones básicas vistas en la sesión anterior (enfado, tristeza, miedo, alegría, cariño y calma). La clase formará grupos por afinidad de cuatro o cinco personas (seis grupos en total aproximadamente si la clase es de 24-25 alumnos) y cada grupo permanecerá junto sentado. El o la docente se situará en una posición externa y, a su señal, un miembro de cada uno de los seis grupos irá a donde está él o ella, quien mostrará el monstruo de color que representa una emoción. El niño se irá corriendo y se pondrá en frente de su grupo dramatizando sin poder hablar, la emoción que el docente ha mostrado. El grupo tiene que adivinarlo lo antes posible. El primer grupo que lo adivine, obtendrá un punto. 
 
El hecho de que los alumnos y alumnas se agrupen por afinidad aumentará las posibilidades de que todos ellos quieran salir a representar una emoción. 

Tras esta actividad, que sirve de enlace con la anterior sesión y también de activación, pasaremos a la siguiente: «Dramatización de situaciones». 
 
Mantendremos los grupos de afinidad de la actividad anterior. A cada uno de los seis grupos, entregaremos una situación cotidiana (Anexo 2) que puede desencadenar diversas emociones. 
 
Por ejemplo, una de las situaciones puede ser la celebración de su cumpleaños (Anexo 2).

MEFP. Anexo II (CC BY-SA)

Se trata de situaciones que ellos mismos pueden vivir en su día a día, lo que permitirá hablar sobre ello y orientarles en el trabajo de empatía y la regulación y gestión de las emociones. 
 
El grupo observará e interpretará su ficha y ensayará su representación sin hablar, para finalmente mostrarla al resto de grupos. 
 
A través de esta actividad daremos un paso en autonomía de trabajo, con lo que es fundamental que el o la docente se pase por los grupos orientándolos y guiándolos en cómo llevar a cabo la pequeña representación (evaluación formativa). 
 
Del mismo modo, daremos un paso más con respecto a la desinhibición, ya que, en este caso, tendrán que mostrarse ante el resto de compañeros y compañeras. 
 
Tras el ensayo y evaluación formativa, cada grupo representará su situación al resto de compañeros, quienes tendrán que adivinar la situación que han representado.  
 
Es interesante comprobar cómo una misma situación puede generar emociones muy diferentes dependiendo de la persona, lo que permite conectar con la aceptación, autoestima, autoconcepto y autoeficacia. 
 
Así, por ejemplo, reflexionaremos sobre la propia actividad («Dramatización de situaciones») y veremos lo que en ellos ha supuesto. Para algunos, alegría y divertimento; para otros, algo que no saben muy bien definir y que quizá se acerque a la vergüenza. 
 
Y es que veremos cómo quizá alguna situación genere una emoción no encasillada en las emociones vistas y trabajadas con anterioridad (alegría, tristeza, enfado, calma, cariño o miedo). Esto permitirá abrir su abanico y aumentar la verbalización y lenguaje emocional. 
 
Por ejemplo, una situación en la que alguien no te compre algo que quieres en ese momento o en la que no consigas lograr algo, tenderemos a encasillarlo en la emoción de rabia o enfado, si bien, ayudaremos a concretar dicha sensación con palabras como frustración. 
 
Del mismo modo, aunque a menudo hablemos de tristeza cuando alguien se ría de nosotros por diferentes motivos como, por ejemplo, porque siendo un niño te gusten las muñecas o por tus características físicas o personales, aparecerán otros términos que definen más concretamente esas emociones y que permitirán ampliar el lenguaje emocional: decepción, sentimiento de rechazo... Aprovecharemos este momento para hablar de la necesidad de desarrollar la empatía. 
 
Igualmente, podremos relacionar esta actividad con la lectura de cuentos que aborden la enseñanza y reflexión sobre estas situaciones, bien desde nuestra área o en coordinación con Lengua Castellana y Literatura. Ejemplos respectivos a lo nombrado pueden ser Benito y su carrito (Gaudes y Macías, 2017) o «Zapatitos mágicos. Cuento sobre la empatía» (Morató, 2018). 
 
En cualquier caso, es necesario trabajar en la ampliación de su lenguaje y vocabulario emocional más allá del bien o mal, que no se identifica con ninguna emoción. 
 
Tomaremos como base esta actividad para añadirle un poco más de dificultad en cuanto a organización e implicación expresiva. Cada grupo retomará su situación y tendrá que verbalizar una frase que permita teatralizar corporalmente y complementar con la voz la situación y emoción que se pretende transmitir. Por ejemplo, en la situación de la celebración de cumpleaños, se pueden poner todos en círculo alrededor del cumpleañero o cumpleañera, cantarle el cumpleaños feliz y mientras sopla las velas, aplaudir. 
 
Durante el período de ensayo, el o la docente se pasará por los grupos guiándolos, corrigiéndoles y dándoles alguna idea que les pueda ayudar (evaluación formativa). Formulará, para ello, interrogantes para generar procesos inductivos y promover el pensamiento divergente y la creatividad. En este momento, enfatizaremos sobre la interpretación y teatralización. Daremos importancia a la entonación (por ejemplo, alta y efusiva en momentos de alegría, o más silenciosa en momentos de tristeza). También a la exposición y expresión corporal (por ejemplo, con apertura de extremidades cuando se muestra felicidad o cierre de las mismas cuando se muestra miedo). 
 
En la puesta en común con el resto de grupos, evaluaremos la forma en que se expresan las emociones y les indicaremos la necesidad e importancia de exteriorizarlas, porque eso es el primer paso para regularlas y gestionarlas. Por eso, la representación de las diferentes situaciones dará paso a la conversación y reflexión. 
 
Por ejemplo, ¿qué puedo hacer cuando me siento triste? 
Aceptarlo y pensar que a veces las personas nos sentimos así. La tristeza nos hace reflexionar, ahondar más en nuestros sentimientos, y motiva a superar y hacer frente a aquello que nos está haciendo tanto daño. 

Niño triste
Imagen de Freepik. Niño triste (Licencia Freepik)

Por eso, contar cómo te sientes a otra persona puede ayudarte a sentirte mejor, pero, tras un momento de tristeza, debemos intentar que vuelva a aparecer la alegría. Es por ello por lo que el autodiálogo positivo o la reestructuración cognitiva son estrategias necesarias para remitir a la aceptación.

Recordaremos que el día anterior habíamos utilizado la respiración y que esta es una herramienta que puede proporcionarnos calma y tranquilidad cuando estemos enfadados, preocupados, nerviosos…

Les diremos que existen otras actividades que nos pueden servir de herramientas para calmarnos y liberar esas emociones que nos incomodan o desagradan, por ejemplo, el yoga.

c) Yoga (sesiones 3 y 4)

La introducción del yoga constituirá la tercera parte dentro de esta primera fase de vivencia y aprendizaje en la presente situación de aprendizaje.  
 
De este modo, en la sesión 3 desarrollaremos tres actividades conexionadas en las que se trabajarán fundamentalmente seis posturas de yoga (mono, ratón, tigre, árbol, perro y dragón-guerrero): 
     - «Yogui-cuento I»
     - «Posturas de yoga diferentes, de acuerdo a cómo te sientes»
     - «Yogui-posturas»

En la sesión 4, se trabajarán otras seis posturas de yoga (conejo, serpiente, caballo, cabra, gallo, buey) a través de tres actividades secuenciadas y enlazadas: 
     - «Más Yogui-posturas»
     - «Yogui-posturas dramatizadas»
     - «Yogui-cuento II»


 Sesión 3

Comenzaremos la sesión con la actividad «Yogui-cuento I». Esta consistirá en la puesta en práctica de un cuento motor (Anexo 3), que permitirá establecer un puente conector entre el trabajo de emociones llevado a cabo en sesiones previas y la introducción del yoga. Dispondremos al alumnado en círculo y será el o la docente quien relate el cuento y, al tiempo, realice las diferentes posturas de yoga. Durante el contado, los alumnos escucharán e imitarán las acciones y movimientos que el docente haga.  

MEFP. Yoga (CC BY-SA)

Al efectuar el cuento motor, los niños no son conscientes de que estamos llevando a cabo posturas de yoga; por eso, al finalizarlo, les explicaremos que hemos puesto en práctica esta actividad (yoga) y que la misma puede favorecer nuestro bienestar físico y mental.

Postura básica
Inagen en Freepik de macrovector. Postura básica (Licencia Freepik)

Enlazaremos con la siguiente actividad: «Posturas de yoga diferentes, de acuerdo a cómo te sientes». Las fichas de los monstruos de colores, trabajadas en días previos, se encuentran dispuestas por el gimnasio. Nos detendremos en cada ficha, detrás de la cual se encontrará la postura de yoga que hemos hecho en el cuento y que sirve para gestionar cada una de las emociones referidas en la historia. Por ejemplo, detrás de la ficha del monstruo azul de la tristeza, se encontrará la postura del ratón. Mostraremos la imagen a los alumnos y haremos la postura todos juntos. Incidiremos en la realización de la posición de manera muy básica centrándonos en la colocación de la cabeza, brazos y piernas. Enfatizaremos sobre la necesidad de estar concentrados y de mantener la postura al tiempo que realicemos dos respiraciones. En este momento, el docente llevará a cabo un proceso de evaluación formativa durante el cual corrija al alumnado teniendo en cuenta los cuatro aspectos: colocación de cabeza, brazos y piernas y concentración-respiración. 
 
Habiendo hecho un repaso general de todas las posturas tratadas en el cuento a través de las fichas que se encuentran detrás de los monstruos de colores, pasaremos a la actividad «Yogui-posturas». Los alumnos se colocarán por parejas y elegirán una de las seis posturas trabajadas (mono, ratón, tigre, árbol, perro y dragón-guerrero). Así, si son 24 alumnos en clase, dos parejas trabajarán el mono, dos parejas el ratón, otras dos el tigre, otras dos el árbol, otras dos parejas harán el perro y otras dos parejas practicarán el guerrero.  
 
A cada pareja se le entregará la ficha con la imagen, y la volverán a realizar por parejas (Anexo 4). Un miembro de la pareja la realizará y el otro coevaluará la postura de su compañero o compañera con la escala de valoración gráfica que aparece en la ficha. La escala de valoración gráfica pretende ser un instrumento sencillo que pueda ser utilizado por el o la docente y, sobre todo, por el alumnado en su proceso de aprendizaje. A través de dicha escala, el alumnado tendrá que poner atención sobre los cuatro aspectos que en los que nos hemos centrado en la anterior actividad para la realización correcta de la postura:

  1. Colocación de cabeza
  2. Colocación de brazos
  3. Colocación de piernas
  4. Respiración y concentración
MEFP. Anexo IV. Ficha "perro" y escala gráfica (CC BY-SA)

Ambos miembros de la pareja ejercerán la función de coevaluador-corrector y de «yogui-ejecutor». Posteriormente, se juntarán con la pareja que tiene su misma postura y la harán los cuatro juntos. 

En este momento, se establecerá un proceso de evaluación formativa bidireccional. Primero, por los propios niños, llevando a cabo una coevaluación, y, en segundo lugar, por el propio docente, quien se pasará por los grupos corrigiendo y llevando a cabo un feedback para la correcta realización de la actividad, centrándose siempre en los cuatro aspectos seleccionados: cabeza, brazos, piernas y concentración-respiración. 

Finalmente, se establecerá una puesta en común. Cada grupo de cuatro (pareja + pareja) responsable de la postura de yoga que han elegido la presentará a sus compañeros. El resto, tendrá que imitarla. 

Sesión 4

Comenzaremos la sesión 4 con la actividad «Más yogui-posturas». A través de esta, presentaremos al alumnado otras seis posturas diferentes de yoga que realizar (conejo, serpiente, caballo, cabra, gallo, buey). Igual que en la sesión anterior, daremos a elegir a cada pareja una postura y les entregaremos su ficha. La ficha tendrá el mismo formato que las trabajadas en la sesión anterior. 
 
A continuación, se les propondrá que, relacionada con la postura de yoga que han elegido, tienen que inventar y dramatizar una frase con rima o sin ella («Yogui-posturas dramatizadas»). Se les darán ejemplos que les faciliten su creación (Ejemplos: «Me pongo el sallo para montar en mi caballo»; «Esta yegua no da tregua»; «Miro al espejo y ¡¡ahhhh!! ¡Veo un conejo!»). Una opción que facilita la rima sería poner otra palabra o una imagen de la palabra con la que se puede hacer el emparejamiento para la rima. 
 
La llevarán a cabo de la misma forma que en la sesión previa, un miembro de la pareja la realiza y el otro le corrige utilizando la escala gráfica que aparece en la misma ficha (Anexo 5). En esta escala, se añadirá un nuevo ítem, «la interpretación» en la que el alumnado ha de intentar dar el tono a la frase y representarlo a través de la cara y el cuerpo expresando la emoción que se pretenda transmitir.

MEFP. Anexo V. Ficha "serpiente" y escala gráfica (CC BY-SA)

Después de practicar la dramatización de su postura de yoga, la pareja se juntará con una pareja a la que les ha tocado una postura diferente de yoga y juntos harán una pequeña dramatización realizando las dos posturas y asociándolas a sendas frases.

Postura a caballo
Imagen en Freepik de macrovector. Postura a caballo (Licencia Freepik)

Tras esto, se efectuará una puesta en común con toda la clase, de manera que todos practiquen las posturas de todos. 
 
La sesión 4 finalizará con la actividad «Yogui-cuento II», que consistirá en el relato de un cuento motor en el que se recapitularán las seis posturas de este día (Anexo 6). El cuento motor resulta un recurso educativo interesante que permitirá que los niños se introduzcan en una historia, al tiempo que repasan las posturas trabajadas. Durante el mismo, el o la docente dará especial peso a la interpretación y dramatización, focalizando su esfuerzo tanto en la entonación como en el trabajo gestual y corporal que acompañen la historia y la realización de las diferentes posturas.   

MEFP. Anexo VI. Cuento motor 2: «El granjero Jero» (CC BY-SA)

Este cuento, además de introducir las emociones y posturas de yoga trabajadas hasta el momento, incluirá un aspecto importante sobre el que reflexionaremos: la confianza en uno mismo. Por eso, podría ser interesante la relación de este relato con cuentos como el de «Rayos de sol. Cuento para trabajar la confianza en uno mismo» (Morató, 2018) en coordinación con Lengua. 

Reto

El reto propuesto al alumnado consiste en la teatralización de un cuento-motor mediante posturas de yoga.

Recursos y evaluación de los aprendizajes

Recursos

  • «Monstruo de colores»
  • Fichas de monstruos (Anexo 1)
  • ¿Cómo te sientes cuando lees un cuento, escuchas música, pintas o juegas con tus juguetes? (Anexo 2)
  • Cuento motor 1: Yoga y emociones (Anexo 3)
  • Fichas «perro» y escala gráfica (Anexo 4)
  • Ficha «serpiente» y escala gráfica (Anexo 5)
  • Cuento motor 2: «El granjero Jero» (Anexo 6)

Productos evaluables

  • Representaciones en yoga.
  • Escala de valoración (coevaluación)

Instrumentos y técnicas de evaluación

  • Instrumento de evaluación:
    • Lista de cotejo (heteroevaluación) de las representaciones y la escala de valoración de la coevaluación
  • Técnicas de evaluación:
    • Observación sistémica

Creado con eXeLearning (Ventana nueva)

Financiado por la Unión Europea — Ministerio de Educación y Formación Profesional (Gobierno de España) — Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia