Es necesario analizar los puntos de vista que las y los artistas han utilizado para mostrar la guerra. En ellos, podemos contemplar imágenes que van desde lo heroico, construyendo la idea del héroe o líder, como podemos ver en el cuadro de Jacques-Louise David, en el que la figura de Napoleón se yergue a caballo de modo vertical, dinámico, en una composición de abajo arriba y a contralectura (lo que indica un trabajo arduo todavía por llegar). Su cabeza se sitúa en el plano superior derecho de la imagen (centro de la sección áurea y, por ello, lugar al que se dirige principalmente nuestra atención), mirándonos a los ojos. No sabemos contra quién o qué va a luchar, porque no aparece en la imagen, pero podemos ver una construcción que eleva a Napoleón por encima los soldados, que, en un segundo plano, transportan utillaje militar. 

En esta otra imagen, de la artista Elizabeth Thompson, podemos ver otra composición muy diferente. Como podemos observar, es también una imagen dinámica, pero no existe una jerarquía tan acusada, ni tan personalizada en una sola figura. Aquí, lo importante es el grupo. Pareciera que la composición viene de atrás hacia delante, con un gran dinamismo y casi desde un punto central que se despliega hacia delante y hacia los lados:

Fijémonos ahora en esta imagen, realizada en un período entre las dos obras anteriores. Si aquellas buscan representar el heroísmo desde el punto de vista de los soldados o el emperador, la imagen de Goya es muy diferente:

En esta obra de Käthe Kollwitz, una mujer busca, en el campo de batalla, en la noche y probablemente en el silencio, el cadáver de su hijo. Es una imagen que poco tiene que ver con el dinamismo y la fuerza de las anteriores y en ella, en una composición central, solo una luz ilumina una zona, las manos de la mujer y el rostro inerte de un joven:

Finalmente, dentro de la tradición artística de posicionarse ante la guerra, vamos a presentar una obra de Pablo Picasso, Masacre en Corea, pintada por el artista en 1951. La obra, prohibida en Corea del Sur hasta 1990, y criticada cuando se hizo por varios sectores, denuncia la intervención estadounidense en Corea, como denuncia por las matanzas civiles por parte de los militares, mostrando crudamente el enfrentamiento entre una población civil (mujeres y niños) y soldados armados.

Pablo Picasso, Masacre en Corea, 1951. Museo Picasso París © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2023.

Fotógrafo: Mathieu Rabeau/Etablissement public de la Réunion des musées nationaux et du Grand Palais des Champs-Elysées