Los buenos hábitos alimentarios son un excelente instrumento para prevenir enfermedades, mejorar nuestra salud y en los niños nos ayudan a crecer sanos y fuertes. Por eso vamos a aprender a diseñar nuestro plato de Harvard teniendo en cuenta los distintos grupos de alimentos. Vamos a comenzar por la porción más importante de nuestro plato diario que son las frutas y las verduras. Éstas ocupan la mitad del plato dando algo más de prioridad a las verduras.

Las frutas y las verduras.

Las verduras y hortalizas son una importante fuente de vitaminas minerales, fibra y antioxidantes, por lo que es recomendable consumirlas diariamente, aprovechando la gran variedad de colores y sabores que nos ofrece nuestro entorno mediterráneo. Deben de ocupar más de una cuarta parte de nuestro plato.

La mejor manera de aprovechar toda sus vitaminas y minerales es tomarlas en crudo, solas o en ensalada, pero también cocinadas y siempre hay que limpiarlas muy bien. Se debe tomar a diario de dos a tres raciones de verduras variadas.

Las frutas frescas nos aportan agua, azúcares, vitaminas como la vitamina C y carotenos, que son unos pigmentos naturales que gracias a sus compuestos químicos se convierten en nuestro organismo en vitamina A. También son una fuente muy importante de minerales como potasio y selenio. 

Es recomendable consumir las frutas enteras y debemos tomar tres o más piezas al día. Si optamos por los zumos éstos contienen mucho azúcar y se pierde la fibra que contiene la fruta entera. Podemos tomar un zumo al día, pero siempre de fruta fresca natural, nunca envasados. 

También es importante optar por el consumo local y de temporada, buscando huertas cercanas que puedan abastecernos de las frutas de cada estación. Así contribuiremos al beneficio de nuestro barrio o localidad y también al medio ambiente, sobre todo, si pensamos la cantidad de combustibles y energías no renovables que supone traer a nuestra tienda frutas que tienen su origen a miles de kilómetros.