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De la Edad Media a los Siglos de Oro

El entretenimiento popular

Continuamos el viaje por el tiempo y pasaremos por un túnel oscuro hasta llegar a una época florida. La siguiente parada de nuestro viaje es la Edad Media, esa época oscura en la que la religión marcaba el pulso vital de la sociedad. Después, llegaremos al Renacimiento, una época de luz en la que el teatro goza de muy buena salud y brilla por sí solo. ¡Adelante, no tengan miedo: los comediantes les están esperando!

Postal con el recorrido de la historia del teatro. Próxima parada: la Edad Media y los Siglos de oro.
Isabel Cortijo Delgado. Recorrido por la historia del teatro (CC BY-NC-SA)

Edad Media

Como decíamos, con la caída del Imperio romano, el teatro también decae y casi no hay producción teatral. La iglesia no veía con buenos ojos a los actores ya que tenían fama de inmorales porque no vivían conforme a las normas establecidas por la iglesia. Las únicas representaciones permitidas eran aquellas de temática religiosa. Era frecuente representar pasajes de la Biblia, especialmente los episodios concernientes a la Navidad y la Pascua. De hecho, la obra considerada como primer texto teatral español es el Auto de los Reyes Magos en el que, aunque está incompleto, se recrea la adoración de los Reyes Magos. Al principio, el espectáculo tenía lugar en las iglesias, pero, a medida que fue pasando el tiempo y se incorporaron aspectos más teatrales, como el gesto provocador, las representaciones pasaron a hacerse en las plazas y en la calle

En el ámbito profano, es decir, aquello que no tiene que ver con lo religioso, el desarrollo de las actuaciones teatrales se redujeron al papel de los juglares. Estos trovadores eran artistas itinerantes que actuaban en las calles y, en ocasiones, amenizaban los banquetes de los nobles. No solo eran narradores de historias sino que también incluían en sus espectáculos funciones de títeres, malabares, bailes, cantos... 

Los papeles femeninos en el teatro religioso eran interpretados por hombres que se cubrían la cabeza con un pañuelo. ¿Y había juglaresas o trovadoras? Aunque no tenemos registro de muchos nombres, destaca la figura de la condesa de Día, trovadora francesa que formaba parte de las trobairitz.

Juglar
Pixabay / Open Clipart-vectors. Juglar (Pixabay License)

Commedia dell'arte

A partir del siglo XV, el Renacimiento ubica al ser humano en el centro de todas las cosas y lo religioso da paso a temas más relacionados con la humanidad. Por un lado, hay una tendencia al teatro culto, en latín, que se daba en las universidades y en ámbitos elitistas cuyo objetivo era enseñar. Por otro lado, el teatro popular asentó las bases del teatro tal como lo conocemos ahora. 

En esta época destaca por encima de todo lo demás, la Commedia dell'arte italiana. Esta forma de hacer teatro surgió en Italia y tenía un sabor mayoritariamente popular. Los actores, con máscaras que solo les cubrían la parte superior de la cara, improvisaban sus papeles de personajes arquetípicos. Por un lado, estaban los criados (zanni) y, por otro, los señores (padroni). Los criados estaban polarizados: uno era el bobo y el otro el inteligente. Su propósito era engañar al amo. Los señores, cumpliendo con el tópico, eran ricos, listos y, en ocasiones, militares. Los únicos personajes que no llevaban máscara eran los enamorados (con su enamoramiento tenían bastante) y la criada, que solía ser el personaje con más sentido común. 

Máscara de Il Dottore: negra y con la nariz alargada
Pixabay / Croisy. Máscara de Il Dottore (Pixabay License)

La improvisación y la espontaneidad caracterizaban a este teatro. No había ensayos pero los actores tenían una esquema de la representación sobre el que se improvisaba (canovacci). Estos guiones son los que nos han llegado hasta nuestros días, por lo que sabemos que las representaciones se basaban en la improvisación de los actores. Los personajes, espontáneos y muy expresivos, siempre mantenían el nombre, el vestuario y las características y sobre estas premisas se construía el espectáculo teatral. 

La herencia de este tipo de teatro es notable. Se profesionalizó la labor de los actores, se incluyó a las hijas y esposas de los actores como actrices, cosa que tenían prohibida en otros países, se incluyeron monólogos, canciones, acrobacias y todo tipo de lazzi o recursos escénicos para darle vida y comicidad a la representación. Otro elemento que viene de la Commedia dell'arte es la pervivencia del bobo como personaje cómico. Todas estas características son evidentes en muchas de las obras de teatro actuales e incluso de las películas que son comedias. 

Tiempo después, Molière supo conjugar la idiosincrasia francesa con las características de este teatro italiano y tuvo mucho éxito con obras como El avaroEl enfermo imaginario. Sin duda, el dramaturgo con más reconocimiento internacional es Shakespeare, que consiguió unir en sus obras el teatro culto y el popular. 

Siglos de Oro

En España, los siglos XVI y XVII reciben el nombre de Siglos de Oro porque fue la época de máximo esplendor de las letras españolas y, en concreto, fue una época de gran éxito para el teatro. Los espectáculos teatrales se vivían como auténticas fiestas que duraban horas. Por ello, en los descansos de las comedias se representaban obras del género menor, como pasos, entremeses o sainetes. Era un teatro para todos los públicos porque todo el mundo quería asistir a estas obras y evadirse de la realidad. Pasó de representarse en las calles a hacerse en los patios de las casas. Al hacerse en estos corrales de comedias, se podía cobrar entrada lo que contribuía también a que las compañías de teatro fueran de actores profesionales. En la actualidad, se han puesto de moda los conciertos en las azoteas y, de alguna manera, recuerdan a estos corrales de comedias. 

Corral de comedias de Almagro
CC Search / Santiado López Pastor. Corral de comedias de Almagro (CC BY-ND)

Lope de Vega, apodado por Cervantes como el Fénix de los ingenios por su capacidad creadora, triunfó mucho en esta época con obras como La dama bobaFuenteovejuna. Además, publicó el Arte nuevo de hacer comedias, en la que explica su fórmula para hacer teatro, como, por ejemplo, que sean de temática libre o unan lo trágico y lo cómico. Además de Lope de Vega, destacan las figuras de Tirso de Molina y Calderón

Los personajes de la Commedia dell'arte

Los personajes de la Commedia dell'arte son el emblema de este teatro. Cada uno tiene características que siempre se repiten. Por ejemplo, cada personaje es de un lugar de Italia, lo que hace que se puedan trabajar sus peculiaridades. Los actores de la compañía se especializaban en uno de estos personajes memorizando algunos parlamentos o canciones que podía integrar en la comedia y que eran el rasgo distintivo de ese personaje. 

Esculturas de Arlecchino, Panteleone y Il Dottore
Wikimedia Commons / Pra. Arlecchino, Panteleone y Il Dottore (CC BY)

Vamos a profundizar en cada uno de estos personajes estableciendo las relaciones que tenían entre sí así como el vestuario y la máscara con la que se identificaban. 

Los criados (zanni)

Colombina: es una criada alegre, optimista y graciosa. En muchas ocasiones parece ser el personaje más sensato de todos. Es leal a su ama y la ayuda a conseguir el amor. Atrae el interés amoroso de muchos personajes aunque es frecuente que termine casándose con Arlecchino. Tenemos que decir que ser actriz en esta época y representar a personajes como Colombina era un acto de valentía porque la sociedad reprobaba a las mujeres que se dedicaban al teatro. 

  • Ropa: vestido de campesina con corpiño y delantal. 
  • Máscara: no lleva pero va bastante maquillada.

Arlecchino: este personaje se caracteriza por tener buen corazón. Es, probablemente, el personaje más reconocible de todos porque es el bobo. El actor que lo encarnaba tenía que ser ágil porque se mueve con mucha gestualidad. 

  • Ropa: su traje tiene una tela estampada con figuras geométricas y se representa generalmente con una porra que le sirve para todo. 
  • Máscara: de nariz chata, deja al descubierto su boca para que se vea bien cuando hace una burla o cuando se ríe.  
    Escultura de Arlecchino
    Pixabay / Matthias Boeckel. Arlecchino (Pixabay License)

Brighella: este criado se contrapone al de Arlecchino por ser cínico. Ayuda al amo pero también lo engaña con tretas e intrigas para sacar provecho. Es inteligente y suele cantar o tocar algún instrumento. 

  • Ropa: su traje es más elegante que el de Arlecchino. Suele vestir de blanco con adornos verdes. Lleva un gorro o boina con el mismo verde y siempre lleva una bolsa de cuero en el cinturón. 
  • Máscara: suele ser una máscara con ojos grandes y oscura. 

Pulicinela: es un personaje característico por su joroba. Generalmente es un viejo solterón que se entromete en la vida de los demás. Es muy irónico e ingenioso. 

  • Ropa: suele llevar un cuello con pliegues y una blusa blanca y ancha que se sujeta con un cinturón. 
  • Máscara: con nariz en forma de gancho o pico. 

Los señores (padroni)

Pantalone: es el viejo rico que se caracteriza por su avaricia. Es cabeza de familia, aunque a veces se le olvide, y tiene una hija en edad de casar. A menudo, es engañado por sus criados.

  • Ropa: viste de rojo porque es el color de Venecia y se cubre con una capa y un gorro. Suele llevar una bolsa con monedas.
  • Máscara: su máscara recuerda a las águilas por la nariz  curvada.

Il Dottore: es el personaje culto al que le encanta presumir de lo que sabe. Habla mucho y siempre tiene que dar su opinión. Parece que le encanta escucharse. Es vecino de Pantaleone y, en ocasiones, es amigo y, en otras, enemigo. 

  • Ropa: su traje es un vestido largo y oscuro que representa a los eruditos de Bolonia.
  • Máscara: su máscara también es oscura y lleva un pico largo para protegerse de la peste. 

Il capitano: es un soldado fanfarrón y cobarde que presume de ser valiente aunque es el primero que huye del peligro porque le da miedo. Sus discursos son extravagantes y están llenos de interferencias entre el italiano y el español. 

  • Ropa: viste los colores de la bandera española y suele llevar espada y sombrero de plumas. 
  • Máscara: casi siempre en tonos rojos recuerda a un águila. 

Los enamorados: son jóvenes, atractivos y elegantes. Se caracterizan por ser unos románticos y su única preocupación es el mal de amores. Forman parte de la burguesía pero están en manos de los criados. Sus cuitas amorosas son la base de la trama cómica. Aunque parecen superficiales y refinados, se contraponen a Pantaleone por ser la nueva generación que defiende utopías. 

  • Ropa: elegante. 
  • Máscara: no llevan.

Hechos con molde

La que se avecina es una serie española muy conocida y probablemente una de las más vistas por los jóvenes de hoy en día. Esta comedia cuenta las relaciones que tienen una comunidad de vecinos. Se crean situaciones absurdas y muy cómicas para tratar de abordar los problemas. Aunque ha habido cambios en los personajes a lo largo de las trece temporadas que lleva emitiéndose, queremos generar un debate sobre si los personajes que aparecen son prototípicos o no, es decir, ¿se puede decir que los protagonistas de esta serie cumplen con un modelo de persona? En el caso de que así sea, haremos una lista con los personajes que pensemos que tienen un papel estereotipado y qué características hacen que cumpla el prototipo. 

Con esto descubriremos si los personajes de la Commedia dell'arte siguen vigentes en las series o películas cómicas de la actualidad. ¿Se os ocurre algún ejemplo en el que los protagonista de una película o serie actúen conforme al modelo prototípico?

Estereotipados

Vamos a trabajar ahora con los estereotipos. Iremos haciendo varias tareas para terminar con una pequeña improvisación. 

Guion de la actividad. Está explicado en la propia actividad.
Isabel Cortijo Delgado. Estereotipados (CC BY-NC-SA)

En pequeños grupos tendremos que caracterizar cuatro o cinco personajes prototípicos. Podéis buscar inspiración en la realidad más cercana: vuestros amigos, vuestros compañeros de clase, vuestra familia e incluso cada uno de nosotros cumplimos estereotipos. No se trata de describir a una persona específicamente sino más bien de exagerar los rasgos que nos hacen gracia. Podéis caracterizarlos con la ropa que suelen llevar. Este es un ejemplo que os puede servir de inspiración para caracterizar a vuestros personajes prototípicos: 

El deportista: hace deporte (uno o varios), su canal favorito es Teledeporte, se pasa las tardes jugando a videojuegos de deporte… ¡el deporte es vida! Su vida entera gira en torno al deporte, sea el que sea. Los libros los deja para después de entrenar, cuando llega a casa tan cansado que no puede hacer nada que tenga que ver con el instituto. Curiosamente, es disciplinado pero solamente por las tardes con los entrenadores. Su frase favorita es decirle al profesor de Educación Física que les deje juego libre. 

Una vez que tengáis las descripciones de los cuatro o cinco personajes, tenemos que decidir qué relación tienen entre ellos: si se llevan bien, si no se pueden ver... Ya hemos dicho que sin conflicto no hay teatro por lo que tendremos que decidir qué conflicto hay entre los personajes. Recordamos que, en teatro, el conflicto no tiene por qué ser pelearse con otra persona; el conflicto puede ser con uno mismo o puede consistir en un amor no correspondido. 

Cuando tengamos claro cómo son los personajes y el conflicto que se puede representar, repartiremos los papeles entre los componentes del grupo, decidiremos dónde se desarrolla la escena y escribiremos el canovacci, es decir, el esquema de la escena que vamos a representar. No hay que escribir todo el texto que dirán los personajes porque, como sabemos ya, la Commedia dell'arte se basaba en la improvisación. Para ello, tenemos que tener en cuenta que, cuando estemos actuando, no podemos contradecir a nuestros compañeros de escena: digan lo que digan, hay que buscar las herramientas para evitar decir que no. Pongamos un ejemplo de esta situación: imagina que se va a representar una escena de una vendedora y un comprador. Si el comprador le pregunta si tiene tomates y ella le dice que no, la actuación puede convertirse en un diálogo de besugos donde uno se niega a todo y no deja que la trama continúe. Para evitarlo, si decimos que no en algún momento, tenemos que proponer un plan alternativo: «¡Ay, señor, disculpe! No me quedan tomates pero tengo unas lechugas estupendas para hacer una ensalada». Esta técnica es típica de los espectáculos de improvisación de la actualidad.