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Teatro contemporáneo

El espectáculo debe continuar

Como hemos visto a lo largo de este viaje, el teatro es un reflejo de la sociedad y siempre ha servido como altavoz de los problemas de cada época. En el siglo XX hay dos acontecimientos tristemente históricos que afectan a toda la sociedad y marcan las tendencias en las artes escénicas: la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Otros hechos históricos y sociales tendrán también su reflejo en los espectáculos teatrales. Con esta parada en el siglo XX, veremos que los elementos teatrales que van más allá del texto son cada vez más importantes. De hecho, el teatro se convierte en la suma de todas las artes. Las tendencias se multiplican. El viaje termina en nuestros días con variedad para todos los gustos. ¡Disfruten del último trayecto!

Postal con el recorrido por la historia del teatro. Última parada: el teatro contemporáneo
Isabel Cortijo Delgado. Recorrido por la historia del teatro (CC BY-NC-SA)

Siglo XX

Después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), los postulados de la Revolución rusa provocaron una ruptura con el teatro realista anterior. El teatro pasa a ser un medio para intentar cambiar la realidad social, como sucede, en España, con compañías como La Barraca de Lorca. Este grupo de teatro ambulante tenía como objetivo llevar la cultura a todas los rincones de España para lo que representaban obras de Lope de Rueda, Calderón, Lope de Vega, Cervantes o Tirso de Molina. En Rusia se conoció como teatro proletario aquel que se usaba para hacer propaganda de las ideas políticas. Los decorados, los carteles, las proyecciones, la música... todo era susceptible de ser llevado a la escena teatral con tal de servir de altavoz para las ideas socialistas. 

Otro tipo de teatro que se hizo en esta época fue el teatro simbolista o poético. En él, se huye del realismo para dotarlo de poesía y símbolos. Para entenderlo, hay que mirar más allá de lo que se dice y lo que se ve. El espacio que se recrea en este tipo de espectáculos no es real y pretende sugerir imágenes que despierten sus sentidos. Las obras de Lorca son un gran ejemplo de teatro poético. 

Entre las tendencias de este periodo, debemos hablar del teatro expresionista, que buscaba deformar la realidad para mostrar la naturaleza humana; y el teatro épico, que, en lugar de buscar la empatía del espectador, quería provocar un distanciamiento de lo que sucede en la escena para que el público pueda juzgarlo, criticarlo y provocar el cambio social. En la actualidad, obras de teatro documental como Jauría toman como referente el teatro épico que desarrolló Bertolt Brecht. 

Tras las Segunda Guerra Mundial (1941-1944), las reglas del teatro se rompen y el mundo del teatro reacciona con el teatro del absurdo. Son obras sin lógica y los diálogos no tienen mucho sentido. Sin embargo, los temas tienen que ver con la denuncia a lo incomprensible de cómo estaba el mundo. Este tipo de antiteatro provocaba la risa ante las situaciones ilógicas o la búsqueda de significados existencialistas contra la injusticia social. 

A partir de la segunda mitad del siglo XX, el texto pierde importancia y se le da cada vez más peso a todos los elementos que forman parte del espectáculo teatral: luces, sonido, música, proyecciones, escenografía... y todo se mueven al compás de la batuta del director de escena. Hay distintas tendencias entre las que destacamos el teatro del oprimido de Augusto Boal, las propuestas arriesgadas de La Fura dels Baus y la concepción del teatro de Els Joglars. En el siguiente vídeo podemos ver su versión de El coloquio de los perros, de Cervantes, en la que podremos observar cómo han cambiado los elementos del espectáculo teatral: 

Els Joglars. Promoción de El coloquio de los perros (Licencia de YouTube estándar)

Siglo XXI

En la actualidad se sigue la estela de las tendencias de finales del siglo XX. Destacan el triunfo masivo de los teatros musicales, como El rey león, y la proliferación de microteatros. Estos espectáculos breves han tenido cabida en el panorama cultural por distintas razones. La primera es que las salas de teatro suelen ser salas pequeñas por lo que hacen que haya una gran cercanía entre los actores y el público; además, las compañías han visto reducido el número de integrantes y el formato breve con una trama de pocos personajes se ajusta a esta realidad. Juan Mayorga, uno de los dramaturgos actuales más reconocidos, dice que «el valor de una obra teatral no depende de su extensión sino de su intensidad, de la generosidad con la que enriquezca en experiencia a sus espectadores».

Una pareja en un escenario haciendo un gesto teatral.
Pixabay/Tibor Janosi Mozes. Arriba (Pixabay License)

Para hacerse una idea de cuáles son los espectáculos que marcan tendencia es recomendable hacer caso a los nominados en Premios Max. El nombre de estos premios se debe a Max Estrella, el protagonista de Luces de bohemia, de Valle-Inclán. En ellos se reconocen los mejores espectáculos de las artes escénicas españolas.

Como decíamos al principio de este recurso, el teatro siempre se renueva, se adapta y sobrevive a los nuevos tiempos, tal vez porque la magia que se genera es ese momento único que comparten los actores y el público tiene algo adictivo que hace que queramos que el espectáculo no pare. Show must go on!

Con texto

Vamos a leer un fragmento de El chico de la última fila, de Juan Mayorga. Este autor contemporáneo plantea en la obra una situación muy peculiar: Claudio es un estudiante que, gracias a un trabajo que le mandó su profesor Germán, está escribiendo una especie de novela basándose en su obsesión por la familia y el hogar de un compañero suyo de clase. Hay una atmósfera de inquietud que atrapa a Germán y este quiere que Claudio siga escribiendo. ¿Qué diferencias encuentras entre este texto y un texto tradicional de teatro?

Claudio
¿Conflictos?

Germán:
Un personaje desea algo y desarrolla estrategias para realizar ese deseo. Pero le surgen dificultades. Le salen al paso rivales, enemigos. Antagonistas. Ulises desea volver a casa, pero el cíclope quiere matarlo, la ninfa se enamora de él y lo secuestra, las sirenas lo hipnotizan con su canto… A veces el conflicto no es del héroe contra otro, sino consigo mismo. No me refiero a dilemas tipo “Reforma del salón o negociete en China”. Me refiero a luchas en el corazón del personaje. Aquiles: ¿marcho a Troya, como me pide mi ardor guerrero, o me quedo con mi amada Deidamia? El lector se pregunta si el héroe superará sus dificultades y conseguirá su objetivo. Es la pregunta de oro, la pregunta que hay que sembrar en la mente del lector: ¿qué va a pasar? Al lector no se le puede dar tregua, hay que mantenerlo tenso. El lector es como el sultán de Sherezade: si me aburres, te corto la cabeza. Hay quien no cree necesario todo eso: conflictos, incertidumbre… Pero yo necesito que pasen cosas. Yo y todo el mundo, salvo cuatro pedantes extraviados. La gente necesita que le cuenten historias. (Silencio.)

Claudio:
Gracias, maestro.

Germán:
No me llames “maestro”. Y otra cosa: tienes que intervenir en clase. Cuando pido voluntarios, o cuando pregunto. Abrir la boca de vez en cuando. Si no, tendré que suspenderte. (Claudio va a irse. Se vuelve.)

Claudio:
El miércoles tenemos parcial de Matemáticas. Rafa no va a aprobar. Y si no aprueba, le buscan profesor particular y a mí me echan. Hay que conseguir el examen como sea.

Germán:
¿Me estás pidiendo que robe el examen de Matemáticas?

Claudio:
No veo otra solución. Los números imaginarios no le entran. (Silencio.)

Germán:
Ya no necesitas estar allí para escribir. Imagina.

Claudio:
Lo he intentado, pero no me sale. Necesito verlos. En la sala de profesores, en el seminario de Matemáticas, en la fotocopiadora, usted sabrá. Si no quiere que me echen de esa casa. 

Rafa Padre:
¡Un ocho! ¿Ves cómo, si te lo propones, lo consigues?

(Rafa y Rafa Padre chocan sus manos como baloncestistas que festejasen una canasta.)

Rafa Padre:
¡Un ocho! ¿Y tú, Claudio?

Claudio:
Un seis con cinco.

Rafa Padre:
Tampoco está mal, un seis con cinco. ¡Un ocho! ¡Habrá que celebrarlo! ¿Lo sabe tu madre? ¡Ester! ¡Un ocho en el parcial de Matemáticas!
(Rafa y Rafa Padre chocan sus manos.)

Claudio:
Mi seis con cinco tampoco les parece mal, empiezan a mirarme como a uno más del equipo. Me proponen jugar con ellos al baloncesto.

Rafa:
Nos juntamos unos cuantos los sábados, de seis a ocho.

Juan Mayorga. El chico de la última fila. Editorial: La uña rota.

La chica que soñaba

La chica que soñaba es un espectáculo de la compañía Cross Border. Está nominado para los premios Max 2021 en la categoría de Mejor espectáculo para público infantil, juvenil o familiar. La trama consiste en el conflicto de una chica que quiere estudiar ingeniería y se enfrenta a las opiniones de la gente que la rodea. Lo curioso es que es un espectáculo de teatro foro. Este formato teatral que viene de Augusto Boal consiste en plantear un problema que sirve de punto de partida y en darle la oportunidad a los espectadores de cambiarlo. Tras ver el vídeo, comentaremos lo que nos ha llamado la atención y explicaremos con nuestras palabras cómo los espectadores han intentado modificar la realidad. 

Crossborder. La chica que soñaba