Lee en voz alta la siguiente historia, encontrarás onomatopeyas; las onomatopeyas son palabras que imitan un sonido. 

Mi dron

¡Miau, miau, miau, miau, miauuuuuuuuu! Así comenzó mi fin de semana; tenía pensado ir a jugar al parque con mis hermanos pero empecé a escuchar a un gatito, no era un maullido normal, era un maullido de queja; cada vez lo escuchaba más y más fuerte: ¡miau, miau, miauuuuuuuuuuuuuuu!

Cogí a mi perro y juntos nos asomamos al jardín del vecino. El maullido venía de ahí. Mi perro empezó a ladrar: ¡guau, guau!; y el gato a maullar: ¡miauuuuuuuu! 

Estaba seguro de que le estaba pasando algo al gatito, me asomé entre los matorrales que separan los dos jardines pero no lo veía; se me ocurrió una fantástica idea: coger mi dron, sobrevolar el jardín del vecino y ver qué le pasa al gatito. ¡Dicho y hecho!

Fui corriendo a mi habitación, cogí el dron, el mando y lo posé en mi jardín. Empecé a manejarlo para dirigirlo hasta el jardín del vecino y efectivamente allí estaba el gatito. Tenía atrapada su cabeza entre dos maderas y estaba sufriendo mucho. Llamé corriendo a mis padres y ellos llamaron por teléfono al vecino que estaba fuera de casa. 

Gracias a mi dron todo acabó bien, pues mi vecino regresó y salvó al gatito. Ahora todos los días lo voy a ver; me sigue maullando, pero esta vez suena a cariño: ¡miau, miau!

María González Benito