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Evaluación de la situación de aprendizaje

Para que la evaluación sea efectiva y tenga un valor formativo, debe responder no solo a la evaluación de los aprendizajes, sino, también, de la enseñanza.

A lo largo del desarrollo de la situación de aprendizaje, se presentan varios momentos en los que el o la docente puede aprovechar para recabar información y así averiguar la efectividad de su práctica en el aula. Si bien la función del profesorado debe ser señalar y orientar los aprendizajes, es en el propio desarrollo de la actividad, dentro de la situación de aprendizaje, donde el docente debe graduar sus intervenciones y su protagonismo respecto al alumnado. 

Las numerosas actividades y las puestas en común que tienen lugar en la situación de aprendizaje son un buen momento para observar, partiendo de las intervenciones del alumnado y del clima generado, si la situación se desarrolla correctamente y si las actuaciones del o la docente apuntan en la dirección deseada o, por el contrario, debe hacer modificaciones en su línea de interacción con el alumnado. 

El profesorado dispondrá de diferentes rúbricas para los criterios de evaluación, así como de una rúbrica de evaluación de la práctica docente, con espacio para observaciones que recoja información para la evaluación de aspectos generales de la situación de aprendizaje a lo largo de su desarrollo, registrando los logros y las carencias, así como las posibilidades de mejora (Anexo 15). 

Con ese mismo objetivo, la autoevaluación y coevaluación del alumnado se llevará a cabo mediante un cuestionario de autoevaluación y una diana de coevaluación que recaben información sobre el desarrollo y la adecuación de las diferentes tareas. 

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