Actividad 1: La expresión de lo absurdo

Antes de nada, presentaremos al alumnado el proyecto o situación de aprendizaje, consistente en diseñar y realizar, tras un trabajo de formación e información previo, una representación teatral a través de la cual experimentar e indagar en el problema del absurdo y el sentido (o sinsentido) de la existencia.  

La primera actividad, que podríamos denominar «La expresión de lo absurdo», está dirigida a despertar el interés del alumnado por los problemas que vamos a tratar y a generar el clima de desinhibición y trabajo en equipo necesario para afrontar el proyecto. En esta primera tarea analizaremos, a través de una o más dinámicas de grupo, las ideas de «absurdo» y de «sentido», con objeto de que el alumnado tome conciencia del significado y uso de tales ideas en diversas situaciones cotidianas reconocidas o recreadas por él mismo, así como en relación con determinadas creaciones estéticas (sean tomadas del ámbito del arte, del de la cultura popular o de otros ámbitos).  

Si se desea trabajar con situaciones cotidianas, se puede empezar por disponer al alumnado en círculo y pedir a algunos alumnos o alumnas (o a todos y todas, si se trata de un grupo pequeño) que salgan al centro y expongan o representen, lo más teatralmente posible, algo absurdo (preferiblemente relacionado con él o ella y con su vida cotidiana). El resto del grupo evaluará (con folios numerados, aplausos o con gestos de aprobación también absurdos, para promover la empatía y la desinhibición) la intervención de cada compañero o compañera. Tras la intervención del alumnado, se establecerá un diálogo filosófico (siguiendo las pautas correspondientes, tal como se indica en la descripción de la competencia específica cuatro de la materia de Filosofía) acerca del significado del término «absurdo» en contraposición a la idea de «sentido», de cuyas conclusiones más importantes deberán tomar nota, todos, en sus diarios de clase.  

Una dinámica alternativa, si se quiere trabajar más directamente en el ámbito de lo estético y artístico, es la que podríamos llamar «La estética de lo absurdo». Esta consiste en distribuir al alumnado en pequeños grupos y que cada grupo opte por un género artístico (la literatura, el teatro, la música, la pintura, el cómic, etc.), con objeto de buscar y expresar lo absurdo a través de distintos lenguajes artísticos. Para realizar esta última dinámica se procurará informar antes al alumnado de algunas técnicas básicas de creación colectiva: la escritura automática y en grupo, la improvisación teatral (inspirada, por ejemplo, en el denominado «teatro del absurdo»), algunas características de la música o las artes plásticas contemporáneas, etc. Las creaciones de cada grupo se expondrían al resto, que las valoraría del mismo modo que en la propuesta anterior, y se establecería un diálogo como el mencionado antes y con un registro similar de las conclusiones en el diario de clase. Esta variante exigiría seguramente algo más de tiempo (dos sesiones) y podría realizarse como una actividad interdisciplinar en colaboración con profesores y profesoras de las materias de la modalidad de Artes, de Lengua y Literatura, o de Literatura Universal, entre otras. 

En todo caso, la finalidad de la actividad (se escoja la dinámica que se escoja) es proporcionar al alumnado una «experiencia del absurdo» lo más vivida posible, que contribuya, a su vez, a clarificar la idea complementaria de «sentido».  

Tras acabar la actividad, se acordará, entre todos, una definición provisional de ambos términos o ideas (la de «absurdo» y la de su opuesto, la idea de «sentido»), que se anotará en el diario de clase y con la que se trabajará, a manera de hipótesis, en el resto de las sesiones.