Las lenguas evolucionan, y lo hacen en gran medida en función de los cambios sociales. Si bien esta evolución es más visible en el plano léxico (palabras que nacen, palabras que van desapareciendo), también los cambios afectan al plano morfológico pues surgen, por ejemplo, desdoblamientos de género en palabras que hasta ahora no contaban con ellos, las cuales nombraban profesiones hasta ahora desempeñadas exclusivamente por hombres o por mujeres.
Veamos algún ejemplo. Una vez que la profesión de azafata es también desempeñada por hombres, ¿cómo los denominamos? Una vez que la profesión de médico es también desempeñada por mujeres, ¿cómo las designamos? Este es el objeto de la quinta sesión, que acerca el microscopio a nuestros jóvenes lingüistas a fin de que observen un campo semántico preciso: el de los oficios, cargos y profesiones, a fin de observar qué soluciones da el sistema de la lengua a la nueva realidad social.
¿«Catedrática»?, ¿«jueza»?, ¿«modisto»?, ¿«la médico» o «la médica»?, ¿«la presidente» o «la presidenta»?, ¿«la jefe de estudios» o «la jefa de estudios»? «Pediatra»: ¿masculino o femenino? ¿Cómo se forman las palabras que se refieren a cargos y trabajos desempeñados por mujeres en profesiones que en el pasado han sido tradicionalmente desempeñadas por hombres?