Las fuentes históricas escritas se pueden encontrar desde el momento en el que comenzaron a idearse los sistemas de escritura entre el cuarto y tercer milenio a. C. Dentro de este grupo se pueden encontrar muchos tipos de objetos en los que se han plasmado los diferentes sistemas de escritura que, por supuesto, han ido evolucionando a lo largo de los siglos. Las fuentes históricas escritas nos proporcionan mucha información, dado que reflejan a través del lenguaje muchos tipos de datos, tanto de la vida diaria, como acontecimientos de gran trascendencia.

Ejemplos de fuentes escritas son cartas, libros, manuscritos, telegramas, periódicos, revistas, diarios privados, textos jurídicos, censos, registros de nacimientos y defunciones, memorias, textos literarios como novelas, obras de teatro, poesías, crónicas, textos oficiales y muchísimos más.