El arte románico se introduce en la Península a través del Camino de Santiago. Esta ruta de peregrinación surge en torno a la ciudad de Santiago de Compostela, donde en el siglo IX, se descubre la tumba del apóstol Santiago. Los cristianos empezaron a visitar este lugar para venerar los restos del Santo. Algunos procedían de Europa, lo que favoreció la introducción de otras corrientes culturales, como ocurrió con el arte románico.

A lo largo del camino se construyeron iglesias y monasterios de estilo románico para atender a los peregrinos que se dirigían a Santiago.

Materiales

Las construcciones solían hacerse en piedra, por eso muchas se han conservado hasta nuestros días.

Características

• 

  La planta o plano de los edificios más utilizada es la de cruz latina, compuesta de una o de tres naves.
• El ábside es la parte trasera de la iglesia, y tiene forma semicircular.
• En la parte delantera encontramos una o dos torres.
• El arco más usado es el de medio punto.
• Las bóvedas son de cañón, formadas por una sucesión de arcos de medio punto.
• Los muros eran gruesos, para sustentar esas bóvedas, y además se reforzaban con contrafuertes exteriores.
• Las ventanas eran pequeñas, por lo que el interior era oscuro.
• En la fachada principal encontramos la portada decorada con esculturas.

• 

  En los monasterios y algunas iglesias de grandes dimensiones se construyen patios de planta cuadrada, llamados claustros. 

  

• Los edificios solían decorarse con pinturas y esculturas religiosas, que transmitían enseñanzas sobre la Biblia.