El trabajo ya hecho: los elementos compositivos cultos
Antes de pasar a las palabras compuestas y parasintéticas, debemos detenernos en los elementos compositivos cultos, a los cuales muchos gramáticos denominan elementos compositivos prefijos y elementos compositivos sufijos, ya que se comportan casi siempre como los morfemas derivativos que acabamos de estudiar.
Estos elementos provienen directamente del latín y el griego, sin apenas haber sufrido cambios desde su introducción en la lengua castellana. Son, así, lexemas latinos y griegos, que tienen su carga de significado completamente plena y diferenciada. Los aprovechamos para formar palabras compuestas cultas pero también como prefijos y sufijos de la manera habitual. Por ejemplo: "biomasa", "antropocéntrico", "neoconservador" o "hipermerado". En estos términos tendríamos, por el mismo orden, materia biológica, gracias a "bio-"; importancia del ser humano, mediante "antropo-"; nuevo conservador, mediante "neo-"; o mercado grande, gracias a "hiper-".
En el caso de sufijos, la presencia de "-cida" y "-cracia" en "herbicida" o "deomcracia" nos permitirá pensar en un producto que mata las hierbas o en el gobierno del pueblo.
Muchos de estos elementos compositivos cultos pueden aparecer antepuestos como un prefijo o pospuestos como un sufijo, como sucede con "fono" en "fonograma" y "teléfono".
Quién sabe, quizás en un futuro lejano algunos de los lexemas del castellano sean utilizados en una lengua que los empleará como elementos móviles, derivativos, que junto a sus propios lexemas, constituirán nuevas palabras.