Profundizamos en la estructura de los morfemas...
Los morfemas son fragmentos mínimos con la capacidad de expresar un significado. Ahora bien, por un lado, tenemos significados léxicos, los que dan noticia de la naturaleza semántica de aquello de lo que estamos hablando, y, por otra parte, significados gramaticales, aquellos que nos informan de las características particulares que podemos aplicar al lexema, tales como género y número, pero también tiempo, aspecto o modo en el caso de los verbos.
Veamos, primero, los lexemas o morfemas léxicos:
En "niña" o "gatos" tenemos un morfema inicial del que no podemos desprendernos si queremos expresar la idea o concepto en el que estamos pensando, ni dividir en segmentos más pequeños sin perder su significado. Los morfemas léxicos serían "niñ-" y "gat-".
Ahora los morfemas gramaticales:
Nos han sobrado algunos morfemas al separar "niñ-" y "gat-" del resto de componentes de las palabras. Esto es porque nos restan unos elementos que están indicando género femenino, en el caso de "-a" en "niña", y género masculino y número plural en el caso de "-o" y "-s" finales en "gatos".
Existen otros morfemas que nos permiten formar palabras nuevas, y que se distinguen de los que hemos visto hasta ahora. Nos referimos a los morfemas derivativos. Estos morfemas se dividen en prefijos, interfijos y sufijos. Por ejemplo, con el prefijo "sub-", que significa "por debajo de", podemos crear la palabra "submarino", mediante la cual expresamos que algo está por debajo del nivel del mar. Con el sufijo "-illo", expresamos que algo es particularmente pequeño, así que en la palabra "chiquillo", estaríamos refiriéndonos a un chico muy pequeño, es decir, un niño.