El significado, su contexto y la motivación
Los hablantes al comunicarnos empleamos palabras, que adquieren significados distintos atendiendo al contexto en el que se producen y motivado por valoraciones personales, sociales o culturales.
Según el valor que obtienen estas palabras en la conversación, ya sea puramente objetivo o presente un carácter subjetivo, diferenciamos entre denotación y connotación:
La denotación
Se entiende por denotación o significado denotativo el que presenta una naturaleza objetiva y común a todos los hablantes. Es el que encontramos en los diccionarios. Por ejemplo, si buscamos la palabra plomo en el Diccionario de la lengua española (DLE) encontramos la siguiente definición:
1. m. Elemento químico metálico, de núm. atóm. 82, de color gris azulado, dúctil, pesado, maleable, resistente a la corrosión y muy blando, escaso en la corteza terrestre, donde se encuentra en la galena, la anglesita y la cerusita, usado en la fabricación de canalizaciones, como antidetonante en las gasolinas, en la industria química y de armamento, y como blindaje contra radiaciones. (Símb. Pb).
Nos referimos, por tanto, al significado común para todos los hablantes y que el DLE recoge como primera acepción por ser la más frecuente.
La connotación
Se entiende por connotación o significado connotativo el que presenta una naturaleza subjetiva y puede variar de un hablante a otro. Este significado está relacionado con el conjunto de contenidos secundarios que puede asociarse a la palabra. Si de nuevo acudimos al Diccionario de la Lengua Española encontramos que, bajo la misma entrada y en la quinta acepción, aparece la palabra plomo con la siguiente definición:
5. m. colq. Persona o cosa pesada y molesta.
En esta ocasión se trata de un significado connotativo, que posee una connotación negativa, y se nos indica, además, que pertenece al registro coloquial.
Según estas definiciones, podríamos afirmar que el significado denotativo es el verdaderamente descriptivo, estable, frecuente e independiente; frente al significado connotativo que es el que consideramos no descriptivo, cambiante, secundario y contextual. De hecho, frente al significado denotativo, que es el que aparece recogido en el diccionario como primera acepción, el significado connotativo no siempre aparece recogido, o se nos indica que pertenece a un registro no formal. Ahora bien, ¿es suficiente con conocer el significado denotativo de una palabra?
Si buscamos la palabra riñón en el Diccionario de la lengua española nos encontramos con la siguiente definición:
1. m. Cada uno de los órganos excretores, generalmente en número par, que filtran la sangre para eliminar los residuos del metabolismo en forma de orina.
Sin embargo, en ninguno de los siguientes enunciados podríamos emplear la definición recogida y se darían fallos en la comunicación si no se supiese interpretar el significado connotativo:
- -¡Marchando unos riñones al jerez!
- -El nuevo reloj le ha costado a Mario un riñón.
En los ejemplos anteriores ni el comensal ha pensado en los riñones como los órganos excretores que filtran la sangre y que se eliminan en forma de orina, ni Mario ha tenido que donar uno de sus riñones para comprar su nuevo reloj.
Por lo tanto, el significado connovativo está muy presente y es frecuente en nuestro uso de la lengua y puede llegar a ser igual de descriptivo, estable e importante que el denotativo, para poder ejercer la comunicación con el resto de hablantes.