• Aprendizaje activo e interactivo.

El alumnado asume un papel activo en su proceso de aprendizaje, a través de la búsqueda de información, análisis y síntesis de la misma. Se aplica un método iterativo que hará que el alumnado construya su conocimiento aplicando destrezas y actitudes que ya ha incorporado a su bagaje personal, lo que da la oportunidad de mejorar las mismas. Esto se traduce en un aumento competencial significativo.

Al trabajar, tanto en espacios virtuales como presenciales, de forma colaborativa, el alumnado aprende mediante el diálogo y el consenso, abandonando progresivamente un aprendizaje memorístico y dejando paso a una comprensión más profunda.

• Situaciones de resolución de problemas.

Al tratarse de un recurso que plantea un reto final que se debe alcanzar tras un proceso continuo de reflexión, dividido en etapas, se guía al alumnado en la creación de una opinión informada y una actitud crítica, por medio de la resolución de situaciones menores que permitan abordar la solución final.

Este tipo de estrategias metodológicas permite desarrollar el pensamiento crítico y la lógica.