Este proceso tiene como objetivo el desarrollo de la autobservación en movimiento, respetando el ritmo natural de cada cuerpo. La alineación y la atención sobre distintas partes del cuerpo es un asunto básico para usar en el canto coral. Además, se puede sumar la atención al ritmo de respiración. Finalmente, se puede incluir alguna pauta de improvisación vocal.
Actividad 1: Paseo lento* (4 sesiones)
Comenzar la actividad con un estiramiento de la columna vertebral, de puntillas y bajando a posición en cuclillas, para realinear la columna y la pelvis. Ya en posición erecta, de reposo, pedir algunas respiraciones diafragmáticas (Vídeo 6).
Posteriormente, cada persona comienza a caminar por la sala lentamente, sintiendo el contacto con el suelo, planta y dedos de los pies, y las flexiones de rodillas. Poco a poco, se puede pedir que la espiración se realice con sonido («shh»). La pauta que hay que tener en cuenta es recordar que siempre se puede caminar más lento (Vídeo 5).
En ese flujo, se puede tocar una nota o un acorde y que se sustituya la espiración (sonido «shh») por una nota larga o notas cortas y rítmicas. Se puede jugar con la dinámica haciendo crescendos o decrescendos.
Algunas posibles variantes del ejercicio:
- Se puede realizar con música grabada o tocada.
- Se puede dividir en dos grupos, uno que realiza el paseo y otro que canta para el paseo.
- Caminar hacia atrás.
- Caminar con ojos cerrados.
*Este ejercicio está inspirado en la obra Extreme Slow Walk de Pauline Oliveros.