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Actividad 1: En clave filosófica

 

Sesiones 1 y 2

En esta primera actividad, y una vez estemos seguros de que el alumnado ha entendido la dinámica del juego (tal como está descrita en la introducción a esta situación de aprendizaje), cada equipo de alumnos y alumnas preparará 25 tarjetas para la prueba «En clave filosófica».

MEFP. Tarjetas 1a (CC BY-SA)

En cada una de estas tarjetas deberán aparecer los siguientes elementos:

  • Un argumento sobre alguna cuestión filosófica (argumento que podrá ser válido o inválido).
  • La pregunta que los jugadores deberán responder, que, para esta prueba, es la siguiente: «¿Es el siguiente argumento válido o inválido?»   
  • La respuesta a la pregunta formulada, que deberá ser «válido» o «inválido».
  • Junto a la respuesta aparecerá el tipo de argumento de que se trata, o el tipo de falacia formal que se ha cometido en el argumento.

Para ello, deberán, en equipos de cuatro o cinco miembros, elegir problemas filosóficos que les resulten atractivos (por ejemplo: ¿Existe Dios? ¿Hay algo más allá de la muerte? ¿Cómo lograr la felicidad? ¿Cuál es el mejor tipo de gobierno? etc., etc.), y repartirse los temas según intereses.

Algunos alumnos y alumnas podrán elegir dos o tres cuestiones filosóficas y otros sólo una; dependerá de los temas sobre los que deseen investigar. Del mismo modo, podrá haber dos o tres alumnos o alumnas que trabajen en el mismo equipo el mismo problema filosófico de manera colaborativa. Sea como fuere, al finalizar la actividad, cada equipo deberá haber creado 25 tarjetas para la prueba «En clase filosófica».

Una vez elegidos los temas, tendrán que investigar, con la orientación y guía del o la docente, lo que distintos filósofos y filósofas a lo largo de la historia de la filosofía han defendido acerca de esas cuestiones. Para ello, el profesor o la profesora les dirigirá a textos o páginas concretas de algún libro de texto donde podrán encontrar la información necesaria y, si algún alumno o alumna lo necesita, se realizarán las aclaraciones y explicaciones necesarias para que puedan comprender las tesis expuestas en los textos.

Así, por ejemplo, en el caso de que algún alumno o alumna quiera investigar acerca de la existencia de Dios, se le podrá entregar un libro de texto de la Historia de la Filosofía de 2.º Bachillerato, y dirigirle a las páginas en las que se explican las cinco vías de Tomás de Aquino, el argumento ontológico de San Anselmo, las demostraciones de la existencia de Dios de Descartes, o la crítica de Hume al argumento cosmológico.

Una vez conozcan y comprendan algunas de las teorías al uso, tendrán que identificar y redactar, de manera resumida, los argumentos que aparecen en ellas. Esta es una de las tareas más complejas de la SA, y será necesario que el docente o la docente, dependiendo de las capacidades de cada alumno o alumna, adecúe la tarea a sus necesidades.

Para ello se propone lo siguiente:

Ilustración de profesora explicando
MEFP. Profesora explicando (elaborado con Canva). (CC BY-ND)

De manera general, y antes de realizar la actividad, el o la docente explicará algunos tipos de argumentos (silogismo hipotético, silogismo disyuntivo, modus ponens, modus tollens…), así como las falacias formales más frecuentes.

Para aquella parte del alumnado que requiera mucha ayuda, el o la docente extraerá el argumento para que el alumno o la alumna vea claramente las premisas y pueda identificar el tipo de argumento empleado.

Con alumnos o alumnas que requieran algo de ayuda, el o la docente colaborará en la identificación y organización de las premisas.

Con quienes no requieran nada o casi nada de ayuda, el o la docente se limitará a revisar y guiar en algún momento el trabajo del alumno o la alumna. También los animará y ayudará a que elaboren sus propios argumentos.

Teniendo claros los argumentos descubiertos o creados por el propio grupo, y sabiendo identificar (con la ayuda del profesor o la profesora) el tipo de argumentación de que se trata (si se trata de silogismos hipotéticos, silogismos disyuntivos, modus ponens, modus tollens…), deberán recopilarlos para posteriormente plasmarlos en sus tarjetas del juego «En clave filosófica».

Asimismo, deberán modificar los argumentos válidos, o crear algunos argumentos inválidos, de forma que en ellos se cometan falacias formales (como la de extraer el antecedente a partir de la afirmación del consecuente, negar el consecuente por la negación del antecedente, o en el caso de las disyunciones, negar el segundo término de la disyunción por la presencia de la afirmación del primero).

Se recomienda que, de las 25 tarjetas a diseñar, la mitad sean argumentos válidos y la otra mitad inválidos. 

Una vez que los alumnos y las alumnas hayan recopilado los argumentos, bien habiendo trabajado de manera individual o bien en parejas, los pondrán en común con su equipo para seleccionar, revisar, corregir y consensuar cuáles serán los argumentos que aparecerán en sus tarjetas «En clave filosófica».

Antes de proceder a la elaboración de dichas tarjetas, cada equipo de alumnos y alumnas le entregará al profesor o la profesora los argumentos en lenguaje natural que deseen plasmar en sus tarjetas, junto con la respuesta acerca de la validez o no validez de cada uno de ellos, así como sobre el tipo de argumentación que se presenta o el tipo de falacia formal que contiene. El profesor o la profesora se encargará de comprobar que efectivamente son argumentos válidos o inválidos, y que tienen la estructura que los alumnos y las alumnas afirman que tienen. Tras haber recibido el visto bueno del o la docente, los alumnos y las alumnas pasarán a elaborar sus tarjetas de «En clave filosófica».

Para realizar esta última parte de la actividad, los alumnos y alumnas tendrán a su disposición la plantilla propuesta en el ANEXO 1a, que podrán completar de manera digital o analógica, dependiendo de las habilidades y preferencias del equipo de trabajo. También se les propondrá que, si lo desean, elaboren sus tarjetas siguiendo la misma plantilla, o que diseñen su propia plantilla (dándoles a las tarjetas la forma, tamaño, color, imagen, etc., que deseen), personificando de este modo su juego Speech Party. Junto a la plantilla, los y las docentes podrán encontrar dos ejemplos de tarjetas ya preparadas para mostrárselas al alumnado y que les sirva de referencia a la hora de elaborar sus propias tarjetas.

Recursos, productos y evaluación de los aprendizajes

Recursos

Enlace a los anexos de la actividad 1

Productos evaluables

  • Tarjetas para la prueba «En clave filosófica».

Instrumentos y técnicas de evaluación

  • El o la docente evaluará, a través de una rúbrica similar a la propuesta en el ANEXO 6, las tarjetas creadas por el equipo para la prueba «En clave filosófica».
  • Asimismo, se propone que cada equipo de alumnos y alumnas coevalúe de manera dialogada el trabajo de los compañeros y las compañeras del equipo, y autoevalúe su propio trabajo al terminar la actividad. Para ello podrán seguir unos indicadores como los mostrados en el ANEXO 7. Estos indicadores permitirán que el alumnado tome conciencia de en qué deben mejorar para, de este modo, ir realizando una evaluación formativa de su trabajo y así avanzar en la adquisición de las competencias específicas actividad tras actividad.
  • Los criterios referidos al trabajo en grupo, la colaboración, la actitud constructiva, el respeto y la búsqueda del consenso (criterios 3.3 y 4.1 de la materia de Filosofía), se irán evaluando a través de la observación directa. Estos criterios quedan recogidos en la ficha de coevaluación y autoevaluación del alumnado, por lo que el o la docente cotejará sus observaciones con la información vertida por los miembros del equipo acerca de su trabajo en grupo.
  • El profesor o la profesora podrá revisar los indicadores de cada equipo para ajustar la calificación general obtenida por cada grupo a cada participante, de modo que, tras hablar con los integrantes de los grupos de trabajo, pueda, partiendo de su rúbrica, sumar o restar puntos a cada estudiante atendiendo al trabajo individual realizado por cada alumno o alumna (siempre de manera consensuada con el alumnado).

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