En esta actividad, el alumnado, mediante la escucha activa, analizará, identificará y clasificará diferentes ejemplos de paisajes sonoros, estableciendo conclusiones en función de los rasgos propios de cada uno de ellos. Posteriormente, el alumnado creará su propio paisaje sonoro imaginario mediante la exploración y la improvisación guiada, empleando la voz, el cuerpo, los instrumentos musicales y las herramientas tecnológicas disponibles en el aula.
La actividad se desarrollará mediante el trabajo cooperativo en equipos, y el establecimiento de conclusiones generales en el grupo clase se basará en la puesta en común de las conclusiones propias de cada equipo.
La primera parte de la actividad consistirá en la constitución de los equipos de trabajo cooperativo y la distribución de los roles, que deberán ser rotativos para cada una de las tareas a realizar por el equipo (Anexo 5). Seguidamente, el o la docente planteará la audición de tres ejemplos de paisajes sonoros diferentes: un paisaje sonoro natural, un paisaje sonoro rural y un paisaje sonoro urbano (Anexo 6). Cada equipo analizará las audiciones con la ayuda de una ficha de análisis de paisajes sonoros que será facilitada por el o la docente, explicando cada uno de los aspectos de análisis contemplados en ella (Anexo 7). A continuación, se realizará una puesta en común de las conclusiones de cada equipo, estableciéndose las conclusiones generales sobre la naturaleza y los rasgos principales de cada paisaje sonoro, que serán consignados en el apartado final de la ficha de análisis.
En una segunda etapa, cada equipo de trabajo elegirá un paisaje sonoro imaginario de entre los propuestos por el o la docente. Algunos ejemplos podrían ser: paisajes sonoros naturales (marinos, fluviales, de montaña, desiertos, selvas, etc.); paisajes rurales (pueblos, granjas, labores agrícolas, etc.); paisajes urbanos (sonidos de la ciudad); o imaginarios (espacio exterior, planetas imaginarios, etc.). La elección también podrá llevarse a cabo a partir de propuestas de cada equipo.
Todos los equipos elaborarán un paisaje sonoro (cuya duración será de 3-4 minutos) a partir de la exploración y la improvisación de los recursos vocales, corporales o instrumentales (convencionales o no convencionales), así como de los medios y herramientas tecnológicas disponibles en el aula o aportados por el alumnado. Finalmente, cada equipo interpretará su paisaje sonoro ante el resto de sus compañeros de clase.
Para la evaluación tanto del proceso como de los productos evaluables de la actividad, el o la docente emplearán una rúbrica en la que se recogen los criterios de evaluación vinculados a las competencias específicas de la materia (Anexo 16). Para finalizar, los alumnos y alumnas realizarán una autoevaluación y coevaluación de lo llevado a cabo en esta actividad (Anexo 17).
Recursos
- Audios de paisajes sonoros (Anexo 6).
- Instrumentos musicales (escolares, convencionales y no convencionales, objetos sonoros, etc.).
Productos evaluables
- Creaciones de paisajes sonoros imaginarios.