Las funciones vitales
Al igual que todos los seres humanos comparten una serie de características comunes que definen su especie, también tienen en común tres funciones vitales inherentes a cualquier persona:
- La función de nutrición
De esta función depende la transferencia de energía que necesita el cuerpo para poder realizar sus actividades, gestionar los alimentos que ingerimos, el agua que bebemos, el aire que respiramos y los aportes alimenticios de las sustancias que necesitamos, así como desechar las que no necesita nuestro organismo. Para ello, los sistemas del cuerpo se coordinarán para un buen funcionamiento y aprovechamiento de los alimentos que necesita el organismo para crecer.
- La función de relación
Gracias a esta función el ser humano es capaz de recibir estímulos externos, así como internos, para un mejor funcionamiento de su cuerpo. Para que todo se produzca de forma correcta los órganos de los sentidos se coordinan con el sistema nervioso y el sistema locomotor.
- La función de reproducción
Esta función es la que explica que el ser humano, en su etapa adulta, tenga la posibilidad de tener descendencia. Para ello, necesitará de la unión de dos células, una masculina (espermatozoide) y otra femenina (óvulo).