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Estructura de las plantas

Partes de una planta

Las plantas, por lo general, están formada por una parte aérea, fuera de la tierra y otra subterránea, debajo de la superficie. Por lo tanto vamos a diferenciar esas dos partes para hablar de su estructura.

En la parte subterránea encontramos las raíces. Es cierto que algunas plantas presentan raíces aéreas, como las orquídeas, algunas higueras o la hiedra, pero la gran mayoría de las plantas tienen una estructura como la indicada: raíz subterránea y resto de la planta aérea.

La raíz de una planta puede mostrar una raíz principal que ramifica en varias raicillas hacia los lados. Estas suelen ser plantas leñosas, es decir, con un tallo principal más o menos definido. Sin embargo, podemos encontrar también raíces fibrosas, donde no encontramos una raíz principal, sino muchas pequeñas raíces entrelazadas formando un conglomerado de ellas. Estas últimas suelen ser plantas de tipo herbáceas.

Dibujo de tipos de raíces
Pixabay / GDJ. Plantas raíces línea arte (Pixabay License)



En la parte aérea, es decir, fuera de la tierra, nos encontramos con varias partes diferenciadas:

Por un lado tenemos un tallo, que es una rama más gruesa que el resto, que sale del suelo normalmente en perpendicular a este (hacia arriba) y del cual salen el resto de elementos aéreos. En ocasiones este tallo es leñoso, es decir, pierde su color verde y su composición tierna, para convertirse en un vara dura y marrón. En ambos casos, los tallos contienen dos tipos de conductos, unos que conducen el agua desde las raíces hasta al resto de la planta llamados xilemas y otros que conducen las sustancias y nutrientes a toda la planta llamados floemas, tanto de las raíces hacia el resto de la planta como también hacia las raíces, cuando esa sustancia es el nutriente que las células de las raíces necesitan. para nutrirse.

En la parte aérea también nos encontramos con las ramas, que son varitas más delgadas que el tronco que salen de este hacia los lados. En estas ramas se van produciendo yemas, de las que saldrán las hojas y otras ramas más pequeñas que de la que van saliendo. En las plantas angiospermas nos encontramos también flores, que servirán a la planta para realizar la reproducción. Conviene recordar que existen plantas angiospermas (producen flores) y gimnospermas (no producen flores) y que en ambos tipos se produce una reproducción sexual, es decir, es necesario una célula femenina y una masculina para que se pueda llevar a cabo. Cuando se lleva a cabo la fecundación en las plantas angiospermas, se produce un fruto, que sustituirá a la flor y que desarrollará las semillas en su interior. En las plantas gimnospermas, tras la fecundación, aparecen distintos tipos de piñas que contienen dichas semillas. 

Ramas y piña de pino
Intef / Jorge Martínez Huelves. Pino piñonero - Piña (CC BY-SA)
Dibujo de estructura de una planta
Intef / José Alberto Bermúdez. Estructura de la planta dicotiledónea (CC BY-SA)


Por último, dentro de la parte aérea y también saliendo desde las ramas, tenemos las hojas, que son unos elementos, generalmente verdes, en forma de láminas que se unen a las ramas por los peciolos. Las hojas poseen unos poros llamados estomas, por los que se realizan diversos procesos, como el intercambio de gases tanto en la fotosíntesis como en la respiración, o la evaporación del agua que llega desde las raíces. Las hojas pueden ser perennes si aguantan todo el año o caducas, si se caen en otoño y vuelven a salir en primavera.

Hojas de arbol
Intef / Jorge Martínez Huelves. Fresno de hoja estrecha (CC BY-SA)