Nuevos horizontes de la enseñanza de la literatura
El currículo de Lengua Castellana y Literatura propone dos novedades importantes en lo relativo a la educación literaria para el segundo ciclo de la Educación Secundaria Obligatoria (3.º y 4.º ESO):
- Se sustituye un canon prescriptivo limitado a la historia de la literatura española, presentado cronológicamente y con pretensiones de exhaustividad, por un corpus abierto de «obras y fragmentos relevantes del patrimonio literario nacional y universal y de la literatura actual, inscritas en itinerarios temáticos o de género que atraviesan épocas, contextos culturales y movimientos artísticos». Será, por tanto, el profesorado, en virtud de su autonomía docente, quien seleccione esas obras relevantes y quien construya dichos itinerarios.
- Se propone que las lecturas «obligatorias», comunes y compartidas, sean aquellas objeto de lectura guiada en el aula, mientras que la lectura autónoma, muchos de cuyos títulos se desprenderán de los itinerarios trabajados en clase, debe dar respuesta a los diferentes intereses, gustos y preferencias de los estudiantes, siempre desde la necesidad configurar itinerarios personales de lectura que vayan evolucionando en lo relativo a la diversidad, complejidad y calidad de las obras, y desde la voluntad de propiciar ocasiones para compartir las experiencias de lectura individuales.
El tercer curso de la Educación Secundaria Obligatoria es un curso crucial en el abandono de hábitos lectores. Como recogía el informe Jóvenes y Lectura de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez de 2022, «de un modo simplista, pero fácil de comprender, se puede afirmar que en la adolescencia se pierden lectores que, en una edad más avanzada, no se recuperan sino muy parcialmente». Y, si bien los factores que influyen en esta desafección son de naturaleza muy diversa, parece que la escuela, lejos de frenar ese abandono, contribuye más bien a acelerarlo: «Los participantes han repetido, una y otra vez, manifestaciones sobre su distancia sideral respecto a las propuestas curriculares en cuanto a la literatura de ficción».
Es hora, por tanto, de revisar la selección de lecturas escolares y de hacerlo, tal y como propugna la investigación en didáctica de la literatura desde hace décadas, atendiendo a la adecuación entre la complejidad de las obras y la madurez lectora y biográfica de los lectores a quienes van destinadas. Ese es el propósito del itinerario que presentamos.