El itinerario En primera persona: diario, autobiografía, autoficción. La literatura como testimonio histórico está integrado por cuatro títulos alumbrados por cuatro escritoras nacidas en el siglo XX en diferentes partes del mundo, y cuya lectura en contrapunto enriquece las posibilidades de interpretación de cada una de ellas.
El Diario de Ana Frank, Persépolis, Madera de eucalipto quemada y El color púrpura están todos escritos en primera persona, una primera persona que responde a la voz narrativa de una mujer joven, víctima de unas condiciones históricas, políticas y sociales de las que no puede zafarse y de las que sus páginas dan testimonio. Se diferencian, sin embargo, en el grado de ficcionalización de la escritura, la mayor o menor distancia entre los sucesos históricos evocados y el momento de la escritura, o el manejo interno del tiempo del discurso.
Por lo tanto, son varios los hilos que permiten poner a dialogar una obras con otras y que aparecen de manera recurrente en cada uno de los coloquios en torno a las obras:
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En primer lugar, los motivos que llevan a las diferentes autoras a acometer la escritura de un libro en primera persona, aspecto indisociable de los motivos que las llevan a escribir, y que en tres de los libros se hacen explícitos.
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En segundo lugar, el grado de ficcionalización de ese «yo» protagonista (y narradora), y la mayor o menor distancia entre el tiempo de la escritura y el tiempo de la historia, lo que implica la elección entre diferentes subgéneros narrativos (diario, memorias, autoficción) y los recursos narrativos asociados a cada uno de ellos.
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En tercer lugar, el propio manejo del tiempo del discurso, que puede avanzar en orden cronológico lineal, con saltos mayores o menores entre unas partes y otras del libro o la frecuente incorporación de flashbacks, o un ir y venir entre el pasado y el presente entretejidos en un relato que en ocasiones oscila entre la narración y el ensayo.
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Y, en cuarto lugar, los dos principales ejes temáticos que emergen de la construcción de la identidad de cada protagonista, todas ellas en un tramo biográfico entre la infancia y la juventud: por un lado, su mundo interior y sus relaciones familiares, amorosas o de amistad y, por otro, la situación y acontecimientos socio-políticos del mundo exterior con su mayor o menor grado de crítica y denuncia.
Todos estos paralelismos justifican el diseño de un itinerario de lectura guiada construido en torno a estas obras que, por otra parte, conectan de manera extraordinaria con el horizonte lector adolescente, al tiempo que cada una de ellas abre sus puertas a la provisión de una abanico de sugerencias para la lectura autónoma.